Una historia de fuerza, agresividad, valentía, rapidez e inteligencia

Este deporte nació hacia 1927 en esta casa de estudios de la mano de los hermanos Roberto y Leopoldo Noriega, y de Manuel Landa; en sus comienzos los equipos fueron llamados Osos y más tarde Pumas

Primer clásico entre Universidad y Politécnico en 1936. Foto: tomada del libro Historia gráfica del futbol americano en México, de Luis Amador de Gama.

La grandeza de una institución que compite en el plano deportivo se mide a través de galardones, y en ese sentido el programa de futbol americano de la Universidad Nacional Autónoma de México es el que tiene más triunfos a nivel nacional con 38 campeonatos gestados en diferentes épocas doradas para esta casa de estudios.

Pero el legado y significado del futbol americano de la UNAM van más allá de eso. Una parte importante de los rasgos identitarios que posee la Universidad Nacional han surgido del deporte de las tacleadas, desde los colores institucionales azul y oro hasta el mote de Pumas, con el cual también se denomina a todos los representativos de esta casa de estudios.

Además, el futbol americano ha difundido en la UNAM un espíritu deportivo y competitivo en diferentes categorías, desde edades muy tempranas, fomentando identidad, pertenencia y formación integral en pequeños y estudiantes.

Se siembra la semilla

Cuenta la leyenda que durante 1927 algunos alumnos de la entonces Universidad Nacional de México, encabezados por los hermanos Roberto y Leopoldo Noriega, y Manuel Landa, introdujeron desde los Estados Unidos de América la práctica de este deporte e importaron los colores azul y oro de la Universidad de Notre Dame, mismos que después se volverían icónicos.

Por esos tiempos Arthur Constantine, periodista estadunidense arraigado en Ciudad de México, obtuvo recursos para la adquisición y manutención del material requerido para este deporte y los sueldos de los primeros entrenadores de la escuadra. Jugadores como los propios hermanos Noriega, Jaime Roberts, Manuel Estañol, entre otros, integraron el equipo llamado Osos.

En 1929 esta escuadra disputó un partido de exhibición contra el Mississippi College de Estados Unidos en Ciudad de México, ante la mirada del presidente de la República, Emilio Portes Gil. Aunque el resultado no fue positivo, empezaron a forjar una relación con los aficionados, quienes principalmente eran estudiantes, al grado de nombrar al equipo “La Horda Dorada”, con lo cual dio inicio una tradición que habría de consolidarse como una disciplina deportiva de importante arraigo en el ámbito estudiantil.

La ola ganadora

Entre 1933 y 1947 se comenzó a forjar la grandeza del equipo de la Universidad. En 1933, el entrenador en jefe Allen Converse fue el primer campeón nacional y sentó las bases de un conjunto competitivo y ganador que hizo época con la consecución de 12 campeonatos al hilo, con entrenadores como John Killculler (1934), Millard Howell (1935), Charlie Marr (1936 y 1937), Gonzalo Flores (1938), Ernesto Navas (1939 y 1940), Bernard Hoban (1941, 1943 y 1944) y Roberto Tapatío Méndez (1942).

En 1936 surgió la Liga Mayor, y también nació el Instituto Politécnico Nacional (IPN) a la par de su equipo representativo, Burros Blancos, con el cual se inició la tradicional rivalidad deportiva.

“Era el juego más importante del país, porque concitaba la presencia de más aficionados en cualquier estadio, comparado con otros deportes”, afirma Ricardo Márquez Orozco, quien perteneció a la Selección Puma de 1972 a 1974.

Con la promulgación de su Ley Orgánica, en 1945 se consolida la figura institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México, y en los años posteriores, entre 1946 y 1961, emerge el primer entrenador en jefe legendario: Roberto Tapatío Méndez, con ocho campeonatos nacionales para la institución (1946, 1947, 1951, 1952, 1956, 1957, 1959 y 1961), los cuales, sumados al del 42, totalizaron nueve en el palmarés del estratega. En 1952, hace 70 años, se inauguró el Estadio Olímpico Universitario, siendo desde esa fecha la sede del equipo auriazul y un emblema a nivel nacional íntimamente ligado a la práctica del futbol americano.

Más allá de los campeonatos, el Tapatío Méndez dejó múltiples enseñanzas a sus pupilos y un legado imborrable en la institución, toda vez que a él se le adjudica haber impuesto al conjunto representativo de la Universidad Nacional el mote de Pumas, pues consideraba que sus jugadores reunían todas las características de un felino de esta especie: fuerza, agresividad, valentía, rapidez e inteligencia. Otro reconocido entrenador en jefe, Manuel Neri, logró los campeonatos de 1966 y 1967, como antesala de lo que a la postre resultaría otra época dorada.

Foto: Fredy Pastran.

Época gloriosa

Entre 1970 y 1997 se dio una era peculiar en el futbol americano de la UNAM a nivel nacional. En ese periodo fueron tres equipos representativos de Ciudad Universitaria los que compitieron en el máximo circuito del futbol americano estudiantil en México: Guerreros Aztecas, Águilas Reales y Cóndores, siendo este último el campeón de 1970, bajo el mando de Manuel Neri. A partir de 1978 comenzó la época gloriosa del head coach Diego García Miravete, quien logró nueve campeonatos nacionales: 1978, 1979, 1980, 1983, 1984, 1985, 1986, 1990 y 1991.

“Creamos la frase ‘no puedo dejar de ganar’. Implicaba que disfrutabas el campeonato únicamente el día de la final, pero al regresar a las prácticas en enero volvíamos a empezar con un arduo trabajo, meses de gimnasio, a mejorar técnica, a actualizarnos nosotros los coaches, todo con la consigna de hacer mejor las cosas”, subraya el mismo Diego García Miravete.

En 1978 la Liga Mayor comenzó a ser tutelada por la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA), y ese mismo año surgió el primer equipo de la UNAM descentralizado de Ciudad Universitaria: Osos Coatlicue de la ENEP Acatlán, que en 1983 se convirtió en Osos Acatlán y en 1987 alcanzó el máximo campeonato nacional, bajo el mando del entrenador en jefe Arturo Alonso. Todo esto como prólogo de la historia que actualmente escribe Pumas Acatlán, orgullo de Naucalpan, Estado de México.

En el historial de los equipos de Acatlán también se registraron cuatro campeonatos de una segunda categoría: en 1983 como Osos Acatlán, y los de 1999, 2003 y 2013, como Pumas Acatlán. Otra escuadra de la UNAM campeona de esa rama fue Guerreros Aztecas en 1995.

Asimismo, en 1979 se sentaron las bases para el surgimiento de un equipo en Aragón que primero se llamó Sheetas, para después dar vida a Huracanes ENEP Aragón, como equipo representativo de la UNAM en Liga Mayor.

Durante estos años existió también la llamada Selección Puma, conformada por los mejores jugadores de los equipos representativos de la UNAM, que enfrentaba al Instituto Politécnico Nacional en el clásico estudiantil.

En 2008, y luego de la reunificación de los tres equipos de Ciudad Universitaria en 1998 para conformar a Pumas CU, éste se reencontró con el máximo cetro del futbol americano estudiantil en México al vencer en la gran final a Águilas Blancas del IPN por 17-0 en el Olímpico Universitario, bajo el mando de Raúl Rivera Sánchez, quien también comandó a la escuadra auriazul que logró el campeonato de 2010 y el bicampeonato en 2013 y 2014.

El último campeonato nacional de Pumas CU fue el logrado con el entrenador en jefe Otto Ulrike Amilcar Becerril García, en 2017, año en el cual se celebraron los 90 años del futbol americano en la UNAM con ese trofeo obtenido tras derrotar por 18-15 a Auténticos Tigres en el Olímpico Universitario.

El actual programa de futbol americano de la UNAM está compuesto por cinco categorías: Babys (5 a 8 años de edad), Infantil (de 9 a 15 años), Juvenil (de 16 a 18 años), Intermedia (de 18 y 19 años) y Liga Mayor. En esta última, por reglamento, debe haber al menos 70 por ciento de jugadores registrados como alumnos universitarios y todos ellos pueden pertenecer al equipo durante cinco o seis años.

“El amor por los colores azul y oro se da gracias a que los jugadores de Liga Mayor son entrenadores en categorías menores. Los fines de semana esos niños ven jugar a sus coaches en el Estadio Olímpico Universitario, representando a la Universidad Nacional. Es algo muy significativo para nuestros pequeños pumas. Somos el programa de futbol americano más grande en infantil; el único del país que tiene dos categorías por línea, es decir Oro y Azul, y que alberga tanta cantidad de niños”, destaca José Luis Canales Rivera, entrenador en jefe del actual equipo de Pumas CU y el principal coordinador del programa de futbol americano de la UNAM.

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