Una noche para el eclipse total de Luna

La transmisión de la UNAM tuvo un alcance de 302 mil 287 personas en redes sociales, con 132 mil 150 reproducciones y dos mil 800 conectadas en vivo

Foto y fotocomposición: Juan Antonio López.
Con variadas y atractivas actividades de divulgación científica, Universum, el Museo de las Ciencias de la UNAM, dedicó el domingo al eclipse total de Luna que se pudo disfrutar desde nuestro país. La fiesta incluyó conferencias magistrales que explicaron diversos aspectos de este fenómeno, talleres y una noche de observación directa con telescopios durante la que participó el público.

De las 10 a las 23 horas se atendieron alrededor de mil 200 personas, entre talleres y demostraciones.

La transmisión del eclipse tuvo un alcance de 302 mil 287 personas en sus tres redes sociales (Universum, Divulgación de la Ciencia y Ciencia UNAM), con 132 mil 150 reproducciones y dos mil 800 personas conectadas en vivo.

Para presentar el evento, en su página web se explicó que un eclipse es la ocultación de la luz que procede de un cuerpo celeste por otro eclipsante; desde nuestra Tierra sólo puede ser por el Sol, la Luna o entre las estrellas.

Un eclipse lunar sucede cuando la Tierra es la que se interpone en el camino de la luz del Sol hacia la Luna. Hay tres tipos: el total (como en esta ocasión), el parcial y el penumbral.

Instantes para el asombro en el Museo de las Ciencias. Foto: Francisco Parra.

Durante el eclipse total de Luna, este cuerpo celeste está exactamente opuesto al Sol con la Tierra en medio. La Luna se torna rojiza, y por eso se le llama comúnmente Luna roja o de sangre, debido a que la atmósfera de la Tierra dispersa la luz solar y sólo deja pasar la luz roja que se refleja en nuestro satélite.

En una conferencia magistral sobre el tema, Julieta Fierro Gossman, investigadora y divulgadora del Instituto de Astronomía, explicó que en la Tierra ocurren dos eclipses de Luna al año, siempre en Luna llena. “Es fascinante verlos”, comentó.

Desde nuestro planeta vemos la Luna con manchas oscuras que los mexicas interpretaron como un conejo en una vasija. “Las partes claras son más elevadas y las profundas más oscuras porque se llenan de lava que proviene del núcleo magmático de nuestro satélite natural, en las que se hacen grietas por donde escurre la lava”, explicó.

Además, la Luna tiene muchas oquedades, producidas por los golpes de meteoritos y cometas sobre su superficie. “Son cráteres de impacto”, señaló.

Con modelos de los objetos celestes y ejercicios donde interactuó con un entusiasta público de chicos y grandes que la acompañó en el Teatro Universum, Julieta Fierro detalló que desde la Tierra solamente vemos una cara de la Luna, porque ésta gira pero no sobre su eje. “Siempre vemos un mismo lado porque el tiempo que tarda en dar la vuelta a la Tierra es igual al que emplea en dar vuelta a su eje, gira al mismo tiempo que se traslada”, comentó mientras ejemplificó el fenómeno con jóvenes en vivo que giraban unos en torno a otros. “No se asusten con la ciencia jamás, cuando no la entiendan hagan un experimento”, dijo a los participantes.

La científica comentó que en el diámetro de la Tierra caben cuatro lunas. “México es del tamaño de la Luna”, ejemplificó.

Agregó que, en el eclipse, la Luna llena va a pasar por la sombra de la Tierra, la cual es circular porque se trata de una esfera.

Sobre las fases de la Luna, comentó que son los días y las noches de la Luna vistos desde la Tierra. “Siempre hay eclipses en luna llena”, afirmó.

Julieta Fierro precisó que un eclipse se produce cuando están alineados el Sol, la Tierra y la Luna. Esta última se oscurece y tiene dos sombras: la umbra y la penumbra. “El eclipse de Luna es largo”, advirtió.

El del domingo 15 de mayo comenzó después de las 20 horas, cuando paulatinamente la Luna se fue poniendo roja, porque la luz del Sol no es blanca, sino una mezcla de colores. “Hay partículas suspendidas en la atmósfera y sólo pasa la radiación amarilla, naranja y roja. La atmósfera es como una lupa, y sólo enfoca la luz naranja y roja. Se le llama Luna de sangre por una tradición cristiana que dice que fue por el dolor de la muerte de Juan el Bautista, quien fue decapitado, narró.

“Es posible que se nuble hoy, pero se ve bonito el eclipse”, dijo Julieta Fierro, quien al despedirse se dirigió a su amplio público: “Acuérdense que la ciencia es dulce”, para luego lanzar caramelos y libros al público desde el escenario.

Más adelante, en la conferencia virtual Los eclipses de Luna en la cultura y la ciencia, Juan Martín Morales Camarillo, presidente del Club Astronómico de Bernal, Querétaro, y operador del Observatorio Giordano Bruno de ese estado, hizo un recorrido por aportaciones históricas al conocimiento de los eclipses para hacer mediciones precisas de las etapas del fenómeno y almanaques que influyeron incluso en la historia

Aclaró que los eclipses son fenómenos naturales que nada tienen que ver con malos presagios, catástrofes y augurios de desgracia, como aún se asocian en algunos lugares.

Dijo que, a diferencia de los eclipses solares, los de Luna son totalmente seguros para observar a simple vista o bien a través de binoculares o telescopios. “Un eclipse lunar es un fenómeno completamente natural, previsible e inofensivo que no anuncia nada malo”, insistió.

Señaló que el eclipse de este 15 y 16 de mayo estaba calculado para iniciar a las 20:33 horas del domingo 15 y terminar a la 1:51 del 16 de mayo. “El evento tiene una duración de cinco horas con 26 minutos desde que la Luna empieza a entrar a la umbra hasta que termina de salir”, adelantó.

Morales Camarillo recordó que el evento astronómico está precedido dos semanas antes por uno solar parcial ocurrido el 30 de abril pasado. “Estos dos eclipses tienen lugar en una sola temporada de eclipses, un periodo aproximado de 35 días durante el cual es inevitable que ocurran por lo menos dos y posiblemente tres”, comentó.

Adelantó que la temporada de eclipses de octubre a noviembre de 2022 contará con uno solar parcial el 25 de octubre y otro lunar total los días 7 y 8 de noviembre de este año.

En la noche, a partir de las 20:30 horas, hubo observación con telescopios desde la explanada del museo universitario, encabezada por Abraham Rubí Vázquez, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia. En este evento participaron con Universum el Club Astronómico de Querétaro José Franco, A.C., la Sociedad Astronómica de Nuevo León y la Universidad Autónoma de Sonora, los cuales hicieron observaciones y compartieron transmisiones en línea desde sus estados.

Fotos: Reuters.
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