Con apoyo de la NASA
Universidades de México prueban tecnología espacial en la estratósfera
Impulsan este proyecto la UNAM y los institutos Politécnico Nacional y el Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente; investigadores participantes expusieron sus objetivos

En México se están generando capacidades científicas y tecnológicas de alto nivel en materia espacial, lo cual quedó demostrado con el lanzamiento, el mes pasado del módulo de carga útil EMIDSS-7 (Módulo Experimental para el Diseño Iterativo de Subsistemas Satelitales) en un vuelo suborbital de la NASA.
Dicho dispositivo, el cual es resultado del trabajo conjunto entre la UNAM y los institutos Politécnico Nacional (IPN) y el Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), muestra, además, que la colaboración entre instituciones es clave para avanzar en proyectos complejos como el desarrollo de satélites, al tiempo que abre oportunidades para la formación de estudiantes y la creación de soluciones nacionales.
Mejorar equipos
A decir de Rafael Prieto Meléndez, coordinador del Grupo de Modelado y Simulación de Procesos del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT) de la UNAM, el módulo lanzado desde la base en Fort Sumner, Nuevo México, Estados Unidos, viajó en un globo el cual alcanzó la estratósfera, donde se encuentran condiciones ambientales muy similares a las del espacio, lo que resulta ideal para efectuar validaciones tecnológicas antes de enviar instrumentos al espacio.
Y es que entre los objetivos del proyecto mexicano, señaló, se encuentra mejorar los equipos para que, cuando realicen misiones orbitales, funcionen de manera adecuada; asimismo, a mediano plazo se espera construir una serie de satélites pequeños de tipo CubeSat para participar en el estudio de la ionósfera.
Una de las principales ventajas de los vuelos suborbitales, agregó, es que permiten recuperar los equipos: “A diferencia de los satélites en órbita –que una vez enviados no pueden regresar–, en estos vuelos los globos ascienden hasta una altura de entre 35 y 40 kilómetros, flotan por un tiempo en la estratósfera y posteriormente descienden y, al hacerlo, se puede evaluar su funcionamiento y desempeño”.
En el caso del EMIDSS-7 se espera comenzar a tener algunos resultados el próximo octubre cuando el instrumento se encuentre de regreso en México.
Aclaró que el tiempo de permanencia en la estratósfera depende de la misión. “En el caso del programa de globos científicos de la NASA, se realizan varias campañas de vuelo al año en distintas partes del mundo. La más común, en la que participa el equipo mexicano, es la de otoño desde Nuevo México”.
Rafael Prieto afirmó que el módulo EMIDSS que voló este año corresponde a la versión número siete, en la cual se ha desarrollado y mejorado la instrumentación que en el futuro se utilizará en un satélite de órbita baja tipo CubeSat, un estándar internacional de satélites pequeños en forma de cubo.
“Un satélite CubeSat de una unidad está formado por un cubo de 10 por 10 por 10 cm con un peso máximo de un kilo. Entonces, a partir de ese estándar se pueden construir satélites de una, dos o tres unidades”, precisó.
El científico expresó la importancia de difundir que en la Universidad Nacional se desarrollan trabajos relevantes en materia espacial, no únicamente en el ICAT, sino en varias dependencias.
“Queremos que más estudiantes y académicos conozcan estas oportunidades, se integren y participen. De hecho, en nuestro equipo colaboran alumnos de tesis y de servicio social, lo cual es clave para seguir creciendo en esta área”, finalizó.
Suma de capacidades
A su vez, Mario Alberto Mendoza Bárcenas, coordinador de Cooperación, Regulación y Divulgación en el Centro de Desarrollo Espacial del IPN, así como investigador principal del EMIDSS-7, habló de la relevancia de la colaboración de las tres universidades participantes en este proyecto.
“Para México es fundamental. Ninguna institución por sí sola puede abarcar la complejidad de un proyecto espacial. Aquí confluyen ingenieros electrónicos, especialistas en instrumentación, en telecomunicaciones, en cómputo. Este trabajo conjunto nos permite sumar capacidades, formar estudiantes en un área estratégica y participar en un ámbito donde el país aún tiene mucho por crecer”.
Dijo de forma contundente que desarrollar satélites no sólo es ciencia de frontera; “también significa formar capacidades tecnológicas, crear soluciones nacionales y abrir oportunidades a nuestros jóvenes. Son áreas que tarde o temprano impactan en la vida cotidiana: telecomunicaciones, monitoreo ambiental, predicción del clima. Y sobre todo porque demuestra que México puede y debe estar presente en la exploración espacial”.