Viven dolor y brutalidad

Urgente, detener la violencia contra las personas intersexuales

Es un tema escabroso, un secreto familiar y una práctica médica: Hortensia Moreno, directora de la revista Debate Feminista

Activistas, artistas e intelectuales de la comunidad intersexual en México reclamaron justicia por las vejaciones que han sufrido sus cuerpos al tratar de ser ajustados a los estándares de la anatomía genital impuestos por la práctica médica, el binarismo y el pensamiento rígido.

Lo anterior, durante la mesa de especialistas “Vuelta al género desde el movimiento intersexual. A una década de la comunidad intersexual en México”, que se realizó en el contexto del XXIX Coloquio Internacional de Estudios de Género. Lenguajes, Flujos y Luchas en los Archipiélagos Feministas del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

Según el texto Cuando digo intersex. Un diálogo introductorio a la intersexualidad, de Mauro Cabral y Gabriela Benzur, publicado en la revista Debate Feminista, vol. 47, del año 2013, con ese término “nos referimos a todas aquellas situaciones en las que el cuerpo sexuado de un individuo varía respecto al estándar de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente”. El sitio de la Organización Brújula Intersexual estima que “más de una de cada 150 personas nace intersexual”.

Hortensia Moreno, directora de la revista Debate Feminista, editada por el CIEG, expresó que la intersexualidad es un tema escabroso, un secreto familiar y una práctica médica. En México, en los últimos 10 años, la academia, el activismo, las redes comunitarias y el arte han evidenciado el dolor y la brutalidad que experimentan las personas intersexuales en el país y otras naciones de América Latina, así como el enojo y la angustia que genera la ceguera moral, barbarie que debe detenerse.

A los saberes hegemónicos del establishment médico y psiquiátrico se enfrenta la academia activista porque se carece de un conocimiento alternativo, sistemático y riguroso. Falta argumentar y sostener, en el espacio público, un posicionamiento de justicia y prevención para desarmar el saber de las ciencias convencionales, enfatizó.

Corrección de las corporalidades

La activista Laura Inter, desde un mensaje de voz de WhatsApp, contó que fue corregida con una cirugía feminizante, con la reducción del clítoris y el agrandamiento del canal vaginal. Los cuerpos agregó, tienen muchas formas y todas son válidas; los tratamientos médicos pueden ser irreversibles e invasivos, como la vaginoplastia, que ocasiona daños en la salud física y mental. Muchas veces se trata de procedimientos innecesarios. Brújula Intersexual se opone a que a bebés intersexuales se les someta a mutilaciones.

Ceci López Bemsch, directore de Argentina Intersex, manifestó su deseo de que nadie vuelva a pasar por su propia experiencia, en la que ha sufrido múltiples intervenciones médicas. Reclamó que existen médicos que se anuncian como grandes salvadores y sólo violan los derechos humanos de las personas intersexuales, pues consideran este tipo de variaciones sexuales como rarezas y anomalías.

Adiós al Futuro, por medio de una conferencia performática, relató que desde su infancia ha sido forzada a encajar para borrar su “ambigüedad genital” con toda clase de cirugías correctivas, pastillas, bombas de hormonas y corticoides. Esta violencia no le ha permitido “ser un cuerpo” y su sensibilidad ha sido severamente afectada. Pensó en el suicidio, en desaparecer, y usó drogas (éxtasis, cristal, anfetaminas) que la llevaron al límite.

“¿Cuántas vidas tienen que ser destruidas en nombre de la ciencia? No hay la normalidad, existen las normas para quienes tienen miedo a la vida y a la existencia”, recalcó Adiós al Futuro.

Fabián Giménez Gatto, de la Universidad Autónoma de Querétaro, aclaró que la intersexualidad no es una identidad de género, sino una condición corporal. En su ponencia detalló que la historia de la intersexualidad es la historia de la humanidad e hizo un símil entre la mirada del pornógrafo y la de los médicos que registraron fotográficamente los cuerpos intersexuales en el siglo XIX como monstruosos y con genitales equívocos, expuestos a toda clase de violencias desde la erótica de la banalidad.

Eva Alcántara, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, y Fabián Giménez coincidieron en que cualquier cuerpo que se sale de las expectativas culturales sufre de violencias simbólicas y materiales. El mundo de hoy es más complejo y no todos los cuerpos son iguales ni caben en el binario, por lo que es urgente acabar con las violencias estructurales que impiden el libre desarrollo de las personas intersexuales en México y el mundo.

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