Útil, contar con un atlas de la conectividad y complejidad cerebral

Violeta López Huerta, del Instituto de Fisiología Celular, presentó resultados de sus investigaciones durante la Semana del Cerebro 2022

Alrededor de cien mil millones de neuronas conforman este órgano.

Comprender el origen de enfermedades psiquiátricas como el trastorno del espectro autista (TEA) es tan complejo como el cerebro mismo. Una de las estrategias que utiliza el laboratorio de Violeta López Huerta en el Instituto de Fisiología Celular (IFC), consiste en construir atlas o mapas de conectividad neuronal en regiones del cerebro asociadas con problemas que se presentan en pacientes con este padecimiento.

La investigadora presentó resultados de su trabajo en la Semana del Cerebro 2022 –organizada por ese Instituto– que se inscribe en los estudios del conectoma cerebral, o sea, de las redes y circuitos de neuronas que moldean el funcionamiento del cerebro, pero también de la genética asociada a ellos.

“Lo que queremos es mapear la complejidad cerebral. Todas las acciones que realizamos están basadas fisiológica y biológicamente en nuestro cerebro, el cual a su vez se compone de circuitos y neuronas cuyos genes cumplen su función neuronal”, narró López Huerta.

“Cuando los procesos de conectividad fallan es cuando tenemos enfermedades psiquiátricas o neurológicas”, explicó.

Creciente prevalencia

El equipo del Instituto trabaja con distintos modelos animales de TEA por su creciente prevalencia en años recientes y por lo difícil que resulta su diagnóstico y tratamiento.

Para estudiar este padecimiento, López Huerta se ha centrado en el núcleo reticular talámico (nRT), un área moduladora que está estratégicamente ubicada entre la neocorteza y el tálamo.

“Este circuito está asociado con sueño, atención, percepción sensorial, entre otros; todos asociados con TEA”, detalló.

Cuando los procesos de conectividad fallan es cuando hay enfermedades psiquiátricas o neurológicas. Imagen: cortesía Brain Atlas / Karoll Svodoba.

De acuerdo con la analogía que usó la investigadora en su charla, el tálamo es la “puerta” del cerebro, mientras que el nRT sería su “guardián”, en tanto selecciona a qué estímulos poner atención.

“Si conocemos bien (al nRT) podemos encontrar formas de modular su actividad y entonces podemos encontrar algunos fármacos o tratamientos para enfermedades psiquiátricas”, precisó.

Para esto, López Huerta y sus colaboradores están desarrollando atlas del nRT según diferentes escalas: a nivel génico, para conocer por ejemplo qué genes están activados o desactivados en cada neurona de esa región; a nivel de ubicación anatómico, para saber dónde están las neuronas con diferentes patrones de expresión, y a nivel de conectividad, identificando por ejemplo cómo se conectan las subpoblaciones de neuronas.

Un conocimiento profundo de la conectividad del nRT es crucial para entender los mecanismos neuronales que subyacen a enfermedades psiquiátricas como el autismo, concluyó López Huerta.

MÁS INFORMACIÓN DE LA SEMANA DEL CEREBRO

https://sites.google.com/ifc.unam.mx/comunicacion/noticias/celebra-el-ifc-semana-del-cerebro-2022

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