Vania Catalán obtuvo el Premio Nacional de Servicio Social 2020

Su investigación consistió en hacer el seguimiento de viviendas afectadas por el sismo de 1985 y su secuela en el temblor de 2017

Foto: Francisco Parra.

Vania Catalán, egresada de la Facultad de Arquitectura (FA) y becaria del Instituto de Ingeniería (II), obtuvo el Premio Nacional de Servicio Social 2020 que otorga la Comisión Interuniversitaria de Servicio Social, en la categoría de estudiante individual.

La joven trabajó en un proyecto que se enfocó a revisar una muestra de viviendas colectivas (multifamiliares) que durante los sismos de 1985 presentaron daños menores, para saber cómo se comportaron ante el sismo de septiembre de 2017.

La investigación, efectuada en el II y que antes obtuvo el Premio a la Excelencia del Servicio Social y la Práctica Profesional de la FA, se realizó bajo el indicio de que muchas personas tienen la idea de que si su edificio de viviendas “aguantó un temblor previo de cierta magnitud, podrá resistir otro igual o menor y tampoco presentará daños”.

“Me integré al Instituto en una iniciativa de la Coordinación de Ingeniería Estructural, para examinar la muestra y revisar su comportamiento, para dar respuesta a esa premisa con bases sustentadas.”

De ese modo, bajo la tutela de Miguel Ángel Jaimes Téllez, investigador del II, la joven comenzó el análisis de un estudio publicado por el propio Instituto en 1985, respecto a los daños en los edificios de la ciudad a raíz de los sismos de septiembre. Luego, “tomamos los multifamiliares que en ese momento presentaron daños menores, es decir, que no requerían de un proyecto de rehabilitación y no se reconstruyeron, y revisamos su comportamiento en 2017”.

Para ello utilizó bases de datos publicadas por el Gobierno de la Ciudad de México y dictámenes estructurales; en los casos en los que la información no era congruente o “se salía de la estadística y la probabilidad, fui a ver in situ si realmente habían presentado ese nivel de daño o no. En este caso, la mayoría estaba mal dictaminado”.

Memoria de corto plazo

Al elaborar las estadísticas con base en los datos obtenidos, la pasante de arquitectura encontró que dentro de la muestra de viviendas ubicadas por toda la ciudad –300 al inicio de la investigación y 287 al final, porque algunas cambiaron el uso de suelo– alrededor de 10 por ciento fueron destinadas a un plan de rehabilitación o reconstrucción.

Al respecto, Vania Catalán añadió: “Tenemos memoria de corto plazo y continuamos con acciones que pueden derivar en un daño importante a nuestra vivienda, en un aumento de la vulnerabilidad sísmica de nuestros edificios, porque se les hacen cambios sin supervisión adecuada y se modifica el sistema estructural”.

Al concluir su servicio social, Jaimes Téllez la invitó a realizar su tesis con él para dar continuidad y profundizar en el tema. De ese modo, con la aprobación de la FA, comenzó a trabajar en la siguiente parte de la investigación, en las irregularidades que tenían los edificios destinados a rehabilitación o reconstrucción, “para entender algunos comportamientos que terminan siendo sociales, ya que muchas veces dependen de los dueños de los inmuebles o de la participación de arquitectos dentro del proyecto, y para establecer en qué punto mi disciplina debe tomar un papel relevante en lo que está pasando”.

Catalán quedó impresionada después de haber vivido, en su etapa de estudiante, el sismo del 19 de septiembre de 2017; en ese momento decidió que la arquitectura debía tener una mayor intervención en un contexto sísmico. Algún tiempo después, se le presentó la oportunidad de colaborar en el Instituto de Ingeniería.

En la actualidad, ha concluido su tesis “Factores arquitectónico-estructurales que influyeron en el daño severo de viviendas multifamiliares en la Ciudad de México ante el sismo de 2017” y está en espera de fecha para presentar su examen profesional. Luego, continuará estudiando una maestría.

Mientras tanto, se dio “la oportunidad de renovar mi estancia como becaria en el II. Voy a dar continuidad a este tema y vamos a hacer una revisión de la normatividad en la ciudad y a realizar recomendaciones”.

Por último, mencionó que recibir el Premio Nacional de Servicio Social 2020, que se otorga por haber sido parte en algún proyecto que promueva el desarrollo social o con un alto impacto en la sociedad, representa para ella una responsabilidad muy grande y un gran orgullo.

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