Visualizan equipos con bluetooth para medir señales corporales

Bruno Méndez Ambrosio, del IFC, dijo que esta tecnología no invasiva puede llevarse a comunidades rurales o bien ser aplicada en veterinaria

El experto en electrónica adaptó sistemas comerciales, sensores bioeléctricos y un amplificador de señal para enviar los registros a una computadora que capta señales enviadas por el corazón o el cerebro. Fotos: Benjamín Chaires.

Aquellos que se han realizado un encefalograma o han acompañado a quien lo requiere, saben que hay una gran cantidad de cables que se colocan en el cuerpo y se conectan directamente a una máquina que registra los latidos de su corazón.

Sin embargo, ahora ya es posible medir las señales emitidas por el corazón, los músculos o el cerebro y registrar sus variaciones en una máquina gracias al bluetooth, eliminando así la maraña de cables utilizada actualmente para realizar este tipo de estudios, comentó Bruno Méndez Ambrosio, del Instituto de Fisiología Celular (IFC).

En el marco de la Semana del Cerebro, organizada por el IFC, el técnico académico explicó que ya existen múltiples equipos comerciales que han vinculado las señales inalámbricas a la toma de datos por su alta utilidad para la salud; sin embargo, su costo aún es muy elevado, por lo que instituciones de educación como la UNAM han creado versiones más económicas que realizan este trabajo.

“Este tipo de conocimientos adquiridos permiten que utilicemos de forma más eficiente los equipos; hay un proyecto que se llama “Arte y Cerebro” donde pudimos sincronizar tareas de estimulación visual de arte con 20 canales de registro, también tenemos señales con una buena relación de señal-ruido. Pero estamos listos para reproducir y tener nuestro propio electroencefalograma”, explicó.

Méndez Ambrosio, uno de los expertos del IFC que desarrolla dispositivos electrónicos útiles en Neurociencias, añadió que debido a que esta tecnología no es invasiva puede llevarse a comunidades rurales o bien ser aplicada en veterinaria para mediciones en animales que usualmente no pueden estar quietos en un sitio fijo para un estudio de este tipo.

Para el trabajo, el experto en electrónica adaptó sistemas comerciales de bluetooth, sensores bioeléctricos y un amplificador de señal para enviar los registros a una computadora que capta ya sea las señales enviadas por el corazón o el cerebro.

El ingeniero en electrónica destacó que medir señales bioeléctricas del cuerpo humano no es sencillo, por lo que se utilizan electrodos de contacto superficial y este tipo de señales, comparadas con las que se pueden medir directamente en una neurona son muy pequeñas.

Añadió que si se midiera la señal eléctrica directa de una neurona, la respuesta se mide en alrededor de 100 milivolts, pero cuando se hace vía cutánea las cosas cambian, y como ejemplo puso las mediciones del corazón y músculos que al hacerse de forma superficial registran un milivolt; es decir, 100 veces más pequeño que el potencial de acción, mientras que las señales cerebrales que están cubiertas por el cráneo están en el orden de microvolts.

Durante mucho tiempo ha habido diferentes científicos involucrados en temas de mediciones de señales bioeléctricas y entre los más destacados está el caso de Luigi Galvani, famoso por sus preparaciones en rana quien vio que al conectar las extremidades a una corriente había una contracción muscular y ese tipo de respuesta lo llevó a hacer una teoría de la electricidad animal. Para refutarlo, su contemporáneo Alessandro Volta inventó la pila que todos usamos hoy en día.

Agregó que el primer electrocardiograma construido fue por Willem Einthoven, en 1900, quien logró registrar la actividad eléctrica del corazón, en lo que es considerado uno de los avances más importantes en la historia de la cardiología.

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