WireFrame, danza con un enfoque arquitectónico

La pieza recibió el Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga


La Compañía Juvenil de Danza Contemporánea de la UNAM (DAJU) reestrenó en el Salón de Danza del Centro Cultural Universitario la pieza WireFrame (estructura metálica), del coreógrafo originario de Mexicali y radicado en Mérida, Gervasio José Cetto, quien a partir de una técnica para diseñar planos y esquemas arquitectónicos devela una fisicalidad coherente, de tal modo que la estructura coreográfica se transforma en un espacio en el que los bailarines construyen un universo de acciones.

Este proceso creativo planteó cómo fusionar la danza con lo arquitectónico, explorando cómo el funcionalismo se ve reflejado en los cuerpos. La pieza dancística se diseñó a partir de una estructura metálica, y de la escucha de sus posibilidades se creó la coreografía. Fue así que apareció la danza con los objetos como entes animados y acomodados en un espacio reducido, similar al de una vivienda de interés social.

En WireFrame no se cuenta una historia. “El proceso –a decir de Bacho, así conocido el coreógrafo en el gremio– es similar a cuando un escultor va dando forma a una pieza en bruto y comienza a tallarla. La misma obra te dice qué es lo que sigue. Invita al público a concebir cómo es el armado de lo que llevamos a escena, al mismo tiempo que revela con el cuerpo lo que va pasando con acciones muy claras”.

Coreografía innovadora y sencilla, con un enfoque arquitectónico en que los objetos se difuminan y los cuerpos en movimiento se exponen en una interacción donde los personajes o las narrativas están ausentes. Cruces y salidas de un espacio delimitado que define quién es uno y cómo lo habita.

Escenocoreografía

En un sentido más amplio, WireFrame es una escenocoreografía que para su construcción requirió antes escuchar detenidamente qué dice la materia, en lugar de imponer una interpretación de la relación sujeto-objeto. José Cetto recurre a figuras geométricas que no evocan algo de manera directa. Define vectores, tendidos de hilos que simulan muros y techos, además de trazos para ir armando la estructura en la que los objetos dialogan.

Bacho incorpora lentes translúcidos para que aparezcan otras dimensiones del sujeto que se contorsiona, y que a la vez se ensambla con las pequeñas mesas y bancos negros de un minimalista mobiliario. Cuatro bailarines se asumen como arquitectos-albañiles y con ello abren las posibilidades ocultas en el espacio. En el fondo un paisaje sonoro remite a resonancias de construcciones y actividades de trabajo manual.

La pieza toma como referente la obra arquitectónica de Max Cetto, exponente del funcionalismo mexicano y bisabuelo del coreógrafo, y nos invita a reflexionar en torno a la arquitectura y la danza, y en una de esas hasta cuestionarnos cómo nos movemos al construir un espacio con un cuerpo funcionalista.

WireFrame recibió en 2018 el Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga. El reestreno con la DAJU tuvo tres funciones con la dirección artística de Andrea Chirinos, la asistencia de Rocío Gutiérrez y música de Diego Martínez. Los dos elencos de bailarines los integraron Alexis Alatriste, Agustín Martínez, Marisol Xochihua, Emoé Ruiz del Sol, Tifanny Fierro, Samanta Torres y Odalis Retano.

Fotos: Frida Coriche.
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