

Aun cuando México y Estados Unidos (EUA) atraviesan por un momento de mayor integración y convergencia económica, el presidente Donald Trump ejerce un discurso xenófobo, pero unificador, además de acciones antiinmigrantes que derivan en miles de deportaciones, establecieron los académicos Leonardo Curzio Gutiérrez, José Alejandro Mosqueda Esparza y Camelia Nicoleta Tigau.
Los especialistas participaron en el Seminario de Investigación “La segunda administración de Donald Trump”, organizado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
En EUA el antimexicanismo ha crecido de manera importante y se ha convertido en un discurso agresivo y estructurador de las actitudes políticas que hoy son mayoritarias en la derecha republicana, afirmó Curzio Gutiérrez al dictar la conferencia “La retórica antimexicana como arma política de Trump”.
La paradoja histórica es que esta retórica antimexicana convive con el momento de mayor integración y convergencia económica entre los dos países. Sucede cuando nuestras prioridades están alineadas; estamos de acuerdo con la regionalización que hay, el famoso nearshoring es popular entre nuestras élites empresariales y, en principio, tenemos un acuerdo para contener el avance de las potentes economías asiáticas, explicó el también analista político.
Expuso que las raíces del antimexicanismo tienen que ver con cuestiones demográficas, migración y la llamada guerra contra las drogas.
En la sala de conferencias Mónica Verea del CISAN, agregó que, debido a la intersubjetividad que no mejora entre ambas naciones, hay miradas complejas y contrastantes, muchas de las cuales llevan a la desconfianza y la confrontación discursiva.
Ante la moderadora Paz Consuelo Márquez Padilla, investigadora del CISAN y coordinadora del seminario, el sociólogo y doctor en Geografía e Historia dijo que en Estados Unidos viven 62 millones de personas hispanas, de ellas casi 40 millones son de nacionalidad mexicana y se concentran mayoritariamente en California y Texas.
En este contexto identificó seis claves asociadas a la relación México-EUA: “invasión” de migrantes; militarización de la contención migratoria; enfoque terrorista y la ampliación de capacidades; vinculación del gobierno con los cárteles; tentación de intervenir directamente, y uso de aranceles para presionar.
Atacar a las personas más vulnerables amenaza los valores democráticos y los derechos humanos, consideraron José Alejandro Mosqueda Esparza, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y Camelia Nicoleta Tigau, investigadora del CISAN.
En la conferencia “Discontinuidades, confusiones y agresividades en la política migratoria del segundo mandato de Donald Trump”, Mosqueda Esparza sostuvo que el presidente estadunidense ejerce una xenofobia que agrupa a la población de su país desencantada porque no se cumplió con el Estado de bienestar.
Este proceder describe actitudes y acciones con propósito de exclusión de no nacionales por su “extranjería” percibida. Las personas de otros orígenes son vistas como extrañas, forasteras y consideradas una amenaza. Se manifiesta con hostilidad, aversión u odio hacia grupos externos basados en origen, género o religión.
A decir del experto, se ha utilizado la palabra trumpismo o autoritarismo reaccionario para explicar este fenómeno en el cual la ultraderecha ha creado, a partir de un discurso xenófobo pero unificador, una respuesta a este fracaso del Estado de bienestar. También ha politizado la angustia social, además usa el orden y la seguridad, señalando enemigos interiores y exteriores.
En su oportunidad, Camelia Nicoleta, doctora en Ciencias Políticas, recordó que durante el primer día de su segundo mandato Trump firmó 26 órdenes ejecutivas, algunas específicas para la inmigración.
“En 2024 los mexicanos representaron 32 % de las deportaciones desde Estados Unidos, el porcentaje más alto entre todas las nacionalidades”, argumentó.
La población considerada como migrante indocumentada representa 3.3 % en la Unión Americana; 40 % vive en ciudades santuario que limitan la cooperación con las autoridades federales de inmigración.
Suman 40 % de la fuerza laboral en el sector de la construcción en California y Texas, y 41 % de las y los trabajadores agrícolas. “Se estima que las deportaciones masivas podrían reducir el Producto Interno Bruto de Estados Unidos entre 2.6 y 6.2 % durante las próximas décadas”, señaló.
Entre las promesas de Trump destacan la reducción de la migración indocumentada y blindar la frontera. En ese sentido, hay 50 órdenes de restricción de docenas de jueces federales y más de 650 personas detenidas al día por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Finalmente, mencionó que esta agencia deportó a 271 mil 484 migrantes en 2024, es decir, un aumento de 90 % respecto a 2023. De éstos, 32.7 % contaban con antecedentes penales.