Yuturi Warmi, mujeres que defienden su territorio

“Si nos quieren atacar desde los gobiernos y las industrias, si quieren acabar con nuestra vida, vamos a levantarnos, vamos a alzar más nuestras voces”

Al dañar una parte del río y nuestros bosques también afectan nuestras formas de vida. Foto: Tomada de Instagram de Yuturi Warmi.

María José Andrade Cerda pertenece a la comunidad quechua y forma parte de la Guardia indígena. Esta asociación nació de la necesidad de autoorganizarse para la defensa de su territorio.

En su más reciente visita a México participó en la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, celebrada en esta casa de estudios. En entrevista con Gaceta UNAM señala que figuran como la primera guardia indígena liderada por mujeres en la provincia de Napo, en la amazonia de Ecuador. “Estamos conformadas por alrededor de 40 mujeres, entre jóvenes, adultas y abuelas de distintas comunidades, porque también a nuestra lucha se sumaron mujeres, hermanas y primas de otras cercanas, de San Pablo y Sinchipura, Ecuador”.

Agrega que es la lucha “de nosotras como mujeres, Yuturi Warmi está en nuestro idioma quechua. Yuturi es una especie de hormiga guerrera y conga, que no permite que nadie ingrese a su casa sin permiso previo. Por eso nos autoidentificamos con ésta, porque es una necesidad de nosotras que se nos ha creado desde afuera. Nosotras estábamos en paz antes de que sucediera esto de las concesiones mineras. Si nos quieren atacar desde los gobiernos y las industrias, si quieren acabar con nuestra vida, obviamente ahí vamos a levantarnos, vamos a alzar más nuestras voces”.

Afirma que “al dañar una parte del río y nuestros bosques también afectan nuestras formas de vida. Nos sentimos enfermas cuando pasan este tipo de situaciones. Los espíritus del río se pueden enfermar, se pueden enojar con nosotros y por ende nosotros también. Es una cuestión mutua de fluir, pero de una manera en la que todos estemos correctamente en armonía”.

Lo maravilloso de esta lucha, acota, es que “las mujeres estamos contribuyendo y también los hombres para generar estos espacios de paz y armonía. Antes los hijos, padres, abuelos estaban un poco reticentes a lo que podía suceder con la comunidad, pero ahorita también son parte de nuestra lucha, eso es lo bonito que está pasando”.

Las empresas mineras ilegales se esconden, precisa, “y dijeron a la organización que mejor vaya comprando ataúdes. No sólo se violenta de forma natural a los bosques, a la selva, a los ríos, sino que también ya están violentando nuestros cuerpos. Cuando salieron estas amenazas, fueron a visitar a la presidenta de la comunidad en moto, a preguntar por ella. Si ella salía no sabíamos qué iba a pasar, pero ya teníamos una idea de cómo funcionan estas mafias. Se resguardó en su casa, tuvimos que apartarla, llevarla a otro sitio, a otra ciudad. Una vez cuando estuvo en otra urbe, representando a la organización, también la atacaron. No sólo se violentan nuestros ríos, es todo, como mujeres también lo hacen con nuestra integridad física y psicológica”.

Escuela comunitaria, conocimiento de la gente

Venimos de pueblos con saberes ancestrales muy grandes, señala, “y eso nos ha permitido cuidar nuestro territorio. Vamos dialogando para conseguir que este conocimiento sea comunitario, y esté de acuerdo a las necesidades y a los requerimientos de nuestras comunidades”.

En esta escuela comunitaria, concluye, “tenemos jóvenes de los 15 a los 28 años, de diferentes pueblos y nacionalidades de la amazonia ecuatoriana. Es un grupo muy dinámico donde vamos aprendiendo saberes tradicionales de cada uno de nosotros, porque nuestras luchas son compartidas”.

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