Invidente se titula en Educación Musical

Itzel Santiago Cortés realizó una investigación interdisciplinaria sobre el quehacer docente en el proceso enseñanza-aprendizaje para la inclusión de los estudiantes con discapacidad visual

Itzel durante su presentación. Fotos: Erik Hubbard.
Itzel durante su presentación. Fotos: Erik Hubbard.

Mujer, alumna, universitaria, música, ahora maestra. Itzel Santiago Cortés protagonizó el clímax del ideal de la educación inclusiva y argumentó a su favor, no sólo con el desempeño propio, sino además con su investigación interdisciplinaria que propone el desarrollo de la enseñanza musical para personas con discapacidad visual, desde una perspectiva social y de derechos humanos.

En el Aula D-307, de la Unidad de Posgrado de la UNAM, Itzel se convirtió en la primera universitaria invidente con grado de maestría en Educación Musical.

Tras casi 150 minutos frente a un jurado de cinco especialistas, y una veintena de asistentes, entre los que se encontraban dos músicos en su misma condición, la universitaria se tituló con mención honorífica y fue postulada para la Medalla Alfonso Caso.

“La licenciatura en música es complicada porque hay que comprar el instrumento, aunque estudiar en condición de discapacidad se torna doblemente complejo, porque estamos en desventaja”, reconoció Santiago Cortés.

La música hace comprender que la discapacidad no es una enfermedad, continuó, lo difícil son las barreras del entorno y las actitudes sociales, por eso decidió hacer una investigación relacionada con esta temática.

Educación inclusiva

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Itzel es también la primera mujer invidente de la Facultad de Música (FaM) que obtuvo el nivel licenciatura en piano, y ahora en su faceta como investigadora es avalada no sólo por la FaM, sino también por el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico.

Su trabajo recepcional de maestría, “El quehacer docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje para la inclusión de los estudiantes con discapacidad visual: un estudio de caso en la Facultad de Música de la UNAM”, aborda “la educación inclusiva como medio para ejercer otros derechos”.

Itzel entrevistó a dos alumnos y cuatro egresados de la referida entidad con discapacidad visual, así como a 30 docentes para elaborar su tesis.

La investigación arrojó, entre otras conclusiones, que “deben abrirse incondicionalmente las puertas de las escuelas públicas a niños y jóvenes mal entendidos como ‘diferentes’; resolver las barreras de accesibilidad en la FaM, y atender la falta de materiales específicos, equipo y software especializado con personal capacitado para su uso adecuado.

“Debe hacerse que el lenguaje del derecho se haga práctico, que el docente construya un aula inclusiva, lo que compete a toda la comunidad, porque esto es un indicador de calidad educativa”, subrayó.

Frente a la quinteta de sinodales, Itzel Santiago Cortés hizo una presentación convencional de un examen de grado. Desplegó electrónicamente imágenes, gráficas, lo cual logró con un lector auditivo de pantalla, colocándose un audífono.

Manipuló sin asistencia la computadora y se apoyó todo el tiempo en sus mnemotecnias o acordeón del tamaño de fichas de trabajo, pero escritas en el sistema Braille. El jurado y los asistentes no las veían, pero ella las leía con las yemas de los dedos.

A punto de la resolución, Itzel reflexionó: la cromática de sus ojos para quienes se asoman a ellos, estaba intacta, como un par de aceitunas que cruzaban el futuro con el propósito hacia el doctorado, sin dejar de lado aquella niña, a la que regalaron un pequeño piano de juguete, y que ahora evoca escenofonías impresionistas con Maurice Ravel, su compositor favorito.

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