Las zonas de lava del centro de la Tierra son más grandes de lo calculado

Se les denominó “zonas de ultra baja velocidad”; podrían ser de utilidad para conocer el origen de la tierra

Un grupo de científicos de la Universidad de Maryland, encabezados por el sismólogo Doyeon Kim, detectó en el centro de la Tierra, donde el manto sólido se une con el núcleo externo fundido, dos gigantescas estructuras de lava más grandes de lo que se había calculado.

Luego de que los investigadores publicaran el pasado 12 de junio en la revista Science, el resultado de sus investigaciones, la comunidad científica mundial atendió de manera inusual la noticia del hallazgo.

Las estructuras se componen, aparentemente de roca caliente del tamaño de un continente que se extienden por cientos de kilómetros. Estas montañas subterráneas han sido conocidas con diversos nombres: “pilas termoquímicas”, “zonas de ultra baja velocidad (ULVZ, por sus siglas en inglés) o coloquialmente “gotas”.

Los geólogos desconocen su origen y de qué material están conformadas. Hasta ahora han podido determinar que son enormes. “Las dos ‘gotas’ más grandes, ubicadas en las profundidades del Océano Pacífico y África, representan casi el 10 por ciento de la masa total del manto, según un estudio de 2016, y, si se colocaran en la superficie de la Tierra, el par de cuerpos se extendería aproximadamente 100 veces más que el Monte Everest. Sin embargo, una investigación sugiere que incluso esas elevadas analogías pueden subestimat cuán grandes son realmente”, reportó Brandon Specktor de LiveSicence.

Debido a que las gotas se ubican en lo profundo del interior de la Tierra, explicó el divulgador científico, “los geólogos sólo pueden comprender su forma y tamaño al observar las ondas sísmicas (ondas de sonido generadas por los terremotos) que viajan a través de ellas”.

“Doyeon Kim y colegas crearon un mapa de ULVZ debajo del Océano Pacífico utilizando un algoritmo llamado ‘Secuenciador’, desarrollado originalmente para encontrar patrones en la radiación estelar. Con este algoritmo, el equipo analizó 7,000 sismogramas, o medidas de ondas sísmicas, recolectadas entre 1990 y 2018, causadas por cientos de terremotos de magnitud 6.5 o más intensos. Los terremotos ocurrieron en Asia y Oceanía, indicaron los investigadores; pero cuando sus ondas sísmicas impactan en todo el mundo, pasaron a través de la capa de manto del Océano Pacífico antes de llegar a los sismómetros en los Estados Unidos.

“El algoritmo reveló enormes secciones de ULVZ nunca antes detectadas, incluida una región en forma de bloque debajo de las Islas Marquesas en el Océano Pacífico Sur, que medía más de 1,000 kilómetros de ancho. El secuenciador también mostró un segmento en las profundidades de las islas hawaianas considerablemente más grande de lo que se calculaba.

“El enorme tamaño de estas estructuras sugiere que las gotas a lo largo del límite entre el núcleo y el manto, y particularmente las ULVZ más calientes y densas, probablemente estén más extendidas de lo que indica la investigación anterior. Además, agregó Kim, el hecho de que estas grandes zonas acechan cerca de los puntos calientes volcánicos conocidos también podría revelar algunas pistas sobre su impacto en la geología de la Tierra.

“Es posible que las ULVZ en el fondo del manto puedan alimentar las grandes “columnas” de roca caliente en el manto superior que crean puntos calientes volcánicos en la superficie]”, comentó Kim a la revista. “Esas plumas de manto podrían ‘chupar’ el material fundido recogido en las ULVZ y lanzarlo hacia arriba, lo que podría explicar por qué las ULVZ más grandes se encuentran en lo profundo de las cadenas de islas volcánicas como las islas Hawai y Marquesas.

Hasta ahora se desconoce cómo se forman las ULVZ y de qué material están conformadas, pero se estima que son lo suficientemente densas para desacelerar las ondas que las atraviesan.

Según el portal científico Noticias por el mundo, que cita a Doyeon Kim, el hallazgo resulta “muy interesante porque podría indicar que las mega-ULVZ son especiales y pueden albergar materiales primitivos que estuvieron relativamente sin mezclarse desde los comienzos de la historia de la Tierra”, lo cual podría contribuir a conocer el origen del planeta.

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