Semana del Orgullo-UNAM

Abriendo el ropero

Charla sobre el primer manifiesto homosexual, iniciativa de Nancy Cárdenas, Luis González de Alba y Carlos Monsiváis

Fotos: Francisco Parra.

¡Sin libertad sexual no habrá liberación social!”, fue una de las consignas de la primera caminata de un grupo de homosexuales para exigir respeto e igualdad en México, realizada el 26 de julio de 1978, y con ello sentarían el antecedente en la vida pública del país y en la lucha por el reconocimiento de la diversidad sexual, refirió Magdalena Copca Santana, profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.

En el contexto de la jornada Semana del Orgullo organizado por la UNAM, la universitaria indicó que hoy la humanidad sigue luchando por ese reconocimiento como iguales y con los mismos derechos, a pesar de que la diversidad sexual ha existido a lo largo de la historia.

Consideró que aun cuando las prácticas homosexuales han sido verificadas incluso desde la prehistoria y es posible encontrar registros de ellas en cada cultura, su abordaje histórico comenzó a partir de la década de 1970, época en la que inició una situación que despertó el morbo y la polémica por el despido de un trabajador de una tienda muy grande de la época.

A raíz de ello se desencadenan diversas historias, una de ellas relacionada con Nancy Cárdenas, “una de las primeras voces femeninas en hablar en televisión nacional sobre su orientación sexual y de los derechos humanos de los homosexuales”, abundó como parte de su charla Primer Manifiesto Homosexual en México. Abriendo el Ropero.

Uno de sus principales objetivos de la poeta, actriz, dramaturga, productora teatral, periodista y universitaria egresada de la Facultad de Filosofía y Letras, fue elaborar el primer manifiesto en defensa de los derechos de los homosexuales denominado “Contra la práctica del ciudadano como Botín Policiaco”, junto con los escritores Luis González de Alba y Carlos Monsiváis.

Con ellos, Nancy Cárdenas formó parte del Frente de Liberación Homosexual, ella fue una de las primeras mujeres en dedicarse a hablar de los derechos de esta minoría.

Copca Santana recordó que “Luis González de Alba tuvo en su haber algunas situaciones que para su época podrían haberse considerado transgresoras, como abrir una sex shop para homosexuales, acompañada de una librería con temas del mismo tipo, y un bar gay llamado el Taller, también de los primeros en su tipo en Ciudad de México”.

Lucha por los derechos

En tanto que Carlos Monsiváis, cronista, periodista y coleccionista, “el señor de los gatos”, fue un personaje entendido del ambiente gay mexicano, siempre estuvo pendiente de las expresiones artísticas, culturales y de las reflexiones teóricas y políticas de la cuestión gay, “todo ello acompañado de la lucha por los derechos de esta minoría excluida históricamente”.

Señaló que Monsiváis documentó en sus crónicas la vida gay de la primera mitad del siglo XX en México, dedicó parte de su obra a la diversidad sexual en la nación y a lo marginal de pertenecer a estos grupos.

También rememoró que en 1975, reconocido por la ONU Año Internacional de la Mujer, se celebró en Ciudad de México la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, y en ella participó Nancy Cárdenas, cuyo activismo lésbico-gay logró que se le diera espacio al tema.

Entonces, por primera vez se colocaba un titular a ocho columnas sobre el lesbianismo, otra salida del clóset bastante elocuente e importante que sentó el antecedente que nos permite comprender de alguna manera como estos tres intelectuales se reunieron para escribir el primer manifiesto “Contra la práctica del ciudadano como Botín Policiaco”.

Publicación

Dicho documento, el primero en favor de los derechos de los homosexuales en México, salió a la luz en 1975 y se publicó en la edición de agosto del suplemento La cultura en México de la Revista Siempre!, dirigido entonces por Carlos Monsiváis. En ese escrito se denunció la intolerancia hacia este grupo, lo que podría dar pie a los crímenes de odio.

Se trató de un posicionamiento sobre el peligro de que hubiera fuerzas de seguridad que no respetaban los derechos de los homosexuales, algo que aún persiste; pero no sólo se trataba de violencia y golpes, también ocurría una gran homofobia que distinguía a estos funcionarios y que ocasionaba crímenes de odio. El manifiesto habla de vigilar que se diera un respeto al derecho de la diversidad, que se permitiera la pluralidad y la democracia para que no existiera la impunidad. Para concluir, resaltó que ese fue el primer documento en México sobre los derechos civiles y humanos de una minoría que era perseguida y violentada, y que fue firmado en apoyo por un importante número de intelectuales, entre ellos Juan Rulfo, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, Vicente Rojo, Emilio Carballido y José Revueltas, y también por personajes del ambiente artístico como Ofelia Medina, Carmen Salinas y Ofelia Guilmain.

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