Alma Guillermoprieto, en la Biblioteca Casul de Escritoras

Los textos de la periodista mexicana están desde ahora disponibles para los visitantes de la institución

Alma Guillermoprieto y Guadalupe Alonso. Foto: Barry Domínguez.

La obra publicada de la periodista mexicana Alma Guillermoprieto ya forma parte de la Biblioteca Casul de Escritoras de la Casa Universitaria del Libro. Tras el estampado de los exlibris que acreditan su pertenencia a esa institución, de la que también forman parte Elena Poniatowska, Margo Glantz, Cristina Pacheco, Elsa Cross y la Colección Vindictas de Libros UNAM, se generó un conversatorio que perfiló vívidamente los elementos esenciales de la escritura periodística de la homenajeada.

La narradora y poeta Sandra Lorenzano afirmó que Guillermoprieto “es un mito, una de las voces más propositivas del periodismo”, pues sus escritos se asemejan más a la literatura dotada de una interioridad entrañable, que a una nota periodística ordinaria.

“La realidad le pasa por el cuerpo”, afirmó, y citando a Borges le preguntó: “¿Qué pones en tu caldero de la magia menor que es la escritura periodística?”

Guillermoprieto respondió que su objetivo al escribir es que, como lector, “sientas que estás conmigo, que leerme se experimente como una bebida que seduce”, y que su texto “divierta, interese y conmueva”. Para ella es primordial plasmar la realidad tangible y sensorial que la rodea. Quiere que el lector aparezca a su lado a partir de la lectura de sus trabajos periodísticos.

Afirmó: “Yo no hago periodismo, sino reportería. Quiero que sea exacto, comprobable. Y que sea un viaje emocionante”.

Un aspecto importante en su vida, que no se dejó de lado en la charla moderada por Guadalupe Alonso, directora de Casul, es su paso por la danza. ¿Ese arte tiene una relación directa y consciente en su escritura?, una pregunta que la autora indicó se la han repetido mucho en entrevistas, y ella responde que si bien “tiene la música por dentro, no soy consciente de ello… no digo que no sea (musical su escritura), pero no es parte de mi caldero (de Borges)”.

Durante el evento se hizo un recuento por dicha faceta de su vida. Recordó que a los 13 años ya era parte del Ballet de la Ciudad de México, que se enfocaba primordialmente en danza contemporánea. Desde entonces y hasta sus 21 años se empeñó en ser un personaje destacado en esa actividad, pues “nadie se mete a la danza para ser una más del montón”.

Pero es a partir de algunas malas experiencias dentro de la danza que decidió apartarse. Y no puede determinar un motivo exacto: “fueron un montón de razones…”, dijo.

Fue a partir de ese momento errático en su vida que “cayó en la reportería por accidente”. Tuvo que cubrir el evento que había sido encargado a un familiar suyo en Nicaragua.

Reportear era un trabajo que le exigía mucha atención, “era casi tan difícil como la danza”, recuerda. Pero precisamente porque era complejo, fue que decidió permanecer en el oficio. La evolución que ha transcurrido desde sus primeras crónicas hasta ahora apuntan a un desarrollo estilístico personal muy poco observado en el ámbito.

A propósito de ese estilo, Lorenzano le preguntó por qué se burla de ella misma en sus notas, a lo que respondió que ese uso tan particular de la primera persona le permite articular un estilo liberador. Hacer el ridículo lo considera como algo “sumamente importante” para dar fluidez a la lectura, pues el ser humano “tropieza y pregunta estupideces”.

En la sesión se ahondó en temas como, por ejemplo, el momento en el que decidió que su patria no era solamente México, sino toda América Latina. A partir de su primer viaje a Colombia, concluyó que ella se sentía parte de allí. Inmediatamente después, en su viaje a Nicaragua, reafirmó que existían “cosas por las que pelear” también allá.

Es precisamente a partir de esos primeros viajes que su escritura, además de tener ese aspecto profundamente personal, adquiere un sentido de responsabilidad social, pues Guillermoprieto es sensible ante las injusticias y los eventos desafortunados que ocurren día con día en Latinoamérica. “Sé que soy privilegiada. Tengo la obligación de usar mi privilegio y de ser útil”, afirmó.

Alma Guillermoprieto fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2018, el Premio Ortega y Gasset de Periodismo en 2017 y el Premio Nacional de Periodismo a la trayectoria en 2019.

La Biblioteca Casul de Escritoras es una iniciativa que se propone reunir la obra publicada de destacadas autoras en lengua hispana para ponerlas al alcance de investigadores, estudiantes y visitantes de la dependencia.

También podría gustarte