Azerbaiyán, centro importante de energía

En el escenario de la guerra ruso-ucraniana, la región del Cáucaso del Sur emerge y cada día cobra más importancia: Talya Iscan, profesora de la FCPyS

El país tiene tres proyectos de escala mundial.
El conflicto entre Rusia y Ucrania puso los ojos del mundo en la región del Cáucaso, un territorio que, por su distancia con respecto de México, parece lejano pero cuya importancia aumenta con el paso de los días para la geopolítica del mundo, debido a su posición geográfica y su capacidad energética.

Gracias al Centro de Análisis de Relaciones Internacionales de la República de Azerbaiyán, Talya Iscan, profesora del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), recientemente realizó una estancia de investigación en dicho país y muchas de sus observaciones han dado como resultado el artículo Un vistazo a la reconciliación: ¿se acerca la paz entre Azerbaiyán y Armenia?, el cual fue publicado por Global Thought (https://www.globalthoughtmx.com/news-2/un-vistazo-a-la-reconciliación%3A-¿se-acerca-la-paz-entre-azerbaiyány-armenia%3F-un-análisis).

—¿Por qué debería interesarnos este proceso que vive la región del Cáucaso Sur y, en específico, de Azerbaiyán?

—Talya Iscan (TI): A pesar de que México está geográficamente muy lejos, la región latinoamericana tiene que tomar en consideración las ideas postuladas por Azerbaiyán. Aprovechando su ubicación geopolítica, se convirtió en un centro importante de transporte y de energía, cambiando todo el mapa de energía de la región de Eurasia en las últimas décadas.

Hoy el Cáucaso del Sur vuelve a ser un conector entre el mundo del Este y el occidental. Para conectar al Este –empezando con China– y Europa, Rusia e Irán tenían una posición estratégica, actualmente son los dos países más sancionados del mundo. En este momento surge Azerbaiyán con tres proyectos principales de escala mundial: hablamos de la ruta de ferrocarril más corta entre Europa y Asia, el Ferrocarril Bakú-Tiflis-Kars, que conecta Azerbaiyán, Georgia y Turquía, también el Oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan. Por último, y muy importante, el Corredor del Gas del Sur –que pasa por seis países– el cual es un gasoducto que conviene, más que a nadie, a Europa, porque tiene una dependencia al gas y por la cuestión de Rusia ha sido un tema complicado.

—¿Hay un componente étnico en la construcción de este nuevo panorama en la zona?

—TI: Estamos hablando justo del escenario posconflicto de Karabaj, una región que consiste en 20 % del territorio soberano de Azerbaiyán. Técnicamente hoy no queda ni un azerí, es decir, ni una persona de Azerbaiyán en estos territorios porque se convirtieron en pueblos internamente desplazados desde sus propias tierras.

Posterior a la guerra de 44 días, la cual resultó en la liberación del territorio de Azerbaiyán,uno de los objetivos más importantes del gobierno de Azerbaiyán ha sido garantizar el regreso digno y seguro de la población azerí a sus hogares. Hay desafíos respecto de los procesos de reconstrucción y es importante dar seguimiento a un escenario de posconflicto, porque los tratados, acuerdos y declaraciones se firman, pero las huellas de un conflicto tan duradero siguen hasta el día de hoy.

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