Cinco millones de desplazados debido al conflicto en Ucrania

Pláticas académicas del Instituto de Geografía sobre la guerra a partir de sus diferentes escalas

Foto: Reuters.

Si bien el primer impacto de la invasión de Rusia a Ucrania se ha visto reducido en términos territoriales, si se consideran las demografías de la zona, en realidad no está en un punto de fracaso, sino de comodidad, y ello significa que la guerra se puede mantener en un sistema de reproducción. Eso, por supuesto, lleva a la crisis humanitaria, afirmó Federico Saracho López, profesor del Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras.

Al participar en el Fórum de Geografía. Pláticas Académicas, del Instituto de Geografía, con el tema “La guerra en Ucrania. Pensar el conflicto a partir de sus diferentes escalas”, añadió que la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reconoce actualmente cinco millones de desplazados internos debido al conflicto. Además, hasta junio de 2023 se tiene registro de más de 6.3 millones de personas refugiadas procedentes de Ucrania en otros países.

El académico mencionó que también se observa la relación de género “particularmente brutal” dentro de estos movimientos de la crisis humanitaria, no sólo por concebir al cuerpo femenino como “el cuidador, el que se queda con la familia y el que puede vivir”, sino que la guerra demuestra un mandato de masculinidad (como lo llama la antropóloga y activista feminista Rita Segato), porque apenas comenzó la invasión, el propio gobierno ucraniano estableció que todos los hombres entre los 18 y 60 años tenían prohibido salir del país.

Hoy se tiene registro de casi 20,000 hombres que han podido huir de Ucrania desde el inicio del conflicto para evitar ser reclutados, porque no quieren morir: Rumania, Moldavia, Polonia, Hungría y Eslovaquia son las naciones en donde más se han refugiado. Pero hay 21,113 varones ucranianos que han intentado salir y no lo han logrado, según los registros de su propio gobierno. Es decir, está cazando a su población para que se enliste en el ejército y pueda sostener la guerra, dijo el también profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

“¿Qué hace, dentro de la construcción de la masculinidad, que alguien perciba que no tiene otra opción más que quedarse a pelear?”. Ello va más allá de una simple relación con “lo nacional”, que en un contexto de guerra comienza a entrar en jaque; se vincula con que el hombre debe sostener esa forma de violencia porque es parte integral del mandato de masculinidad.

Saracho López indicó que estamos ante un conflicto muy fuerte, y “podemos observar cómo comienza a fluir el capital, en particular militar”. Estados Unidos, en 2022, dio más de 1,300 millones de dólares de asistencia a Kiev, y para este año aprobó un presupuesto de 4,500 millones de dólares; es decir, un aumento de 10 % de su presupuesto militar anual, que es el más grande porque se trata del mayor ejército que existe.

En tanto, la Unión Europea, al inicio, dio un apoyo de 450 millones de euros para armas de combate, y otros 50 millones destinados a armas no letales. Es la primera vez que ese bloque de naciones compra armamento, “lo cual habla de cómo está cambiando la forma en que funciona su institucionalidad”.

En una época en la cual seguimos todavía en una crisis inflacionaria muy importante, el único sector en abierto crecimiento en Estados Unidos es el de las armas, el militarista, y eso es muy interesante. “Vivimos un momento en el cual se reconfiguran las cadenas de valor”.

Además, agregó, el conflicto se está utilizando para la sustitución tecnológica de los arsenales militares de muchos de los países que han apoyado a Ucrania, es decir, han enviado armamento viejo para obtener nuevo.

En el Auditorio Francisco Díaz Covarrubias del Instituto, el investigador señaló que buena parte de las cadenas de valor globales están conectadas dentro de la del Pacífico, y aunque hay momentos de tensión en la relación bilateral entre EE. UU. y China, también existen muchas inversiones estadunidenses en el gigante asiático y viceversa. De ese modo, en un nivel de “clase” se comportan como una burguesía que no tiene fronteras.

El conflicto en Ucrania representa sólo una de varias tensiones que se manifiestan al mismo tiempo. Se trata de relaciones de producción del espacio concreto, con las que “nos están pasando por arriba a todos”. Hoy la vida es más cara porque alguien invadió al granero más importante a escala global, o porque la producción de fertilizantes se ha visto detenida, ya que buena parte de esas industrias se ubican donde está la invasión, concluyó.

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