Conocimiento y reflexión unen a científicos y pensadores

“Lo que uno quisiera es tener una alumna de biología que leyera a Kant y uno de filosofía que leyera a Newton, y eso cada vez ocurre menos”

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

El conocimiento de múltiples disciplinas y un pensamiento crítico son las claves para tener mejores científicos y filósofos, reflexionaron Antonio Lazcano Araujo, profesor emérito de la UNAM, y Jaime Labastida, poeta y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008.

Los grandes científicos como Charles Darwin, precisó Lazcano Araujo, no se veían a sí mismos como tales; eran pensadores. Se les consideraba filósofos naturales, que lo mismo estudiaban las leyes de Newton como la filosofía de Emmanuel Kant. La distinción está en el desarrollo de un pensamiento crítico abierto a todas las ideas. De ahí que incluso Jorge Luis Borges puede ser visto como filósofo, matemático y, claro, un prolífico poeta, escritor y ensayista.

Esto es más evidente, dijo, al revisar las biografías de personajes como Isaac Newton, Carlos Linneo o Ada Lovelace, en las que es posible darse cuenta de que fueron educados de manera que tuvieran cultura literaria, musical y filosófica. Sin embargo, hoy en día, aunque existe una gran atracción por el desarrollo de un método de investigación objetivo, pocos han leído a Platón.

“Lo que uno quisiera es tener una alumna de biología que leyera a Kant y uno de filosofía que leyera a Newton, y eso cada vez ocurre menos. Ese es el origen de esta especie de diálogo de sordos que deberíamos tratar de remediar”, comentó el miembro de El Colegio Nacional.

Agregó que cuando se lee la Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, de Emanuel Kant, es posible darse cuenta de que contiene las reflexiones de un hombre de ciencia que trata de establecer al mismo tiempo muy claramente la necesidad de una visión laica de la naturaleza. Es un pensador capaz de establecer un panorama histórico del Universo, pues antes de él, el modelo que se tenía era el newtoniano.

“Kant rompe con este modelo y dice que el Sistema Solar se forma como resultado de la condensación de una nube de material interestelar y de ahí salen los planetas; es decir, introduce el sistema tiempo en un proceso físico y eso es extraordinario”, señaló al participar en el ciclo Nuevos Diálogos, organizado por la Coordinación de Humanidades y la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.

A su vez, el escritor Jaime Labastida comentó que la parcelación del conocimiento no sólo ocurre entre las ciencias, pues dentro de las humanidades se advierte que un poeta difícilmente lee ensayos de carácter literario, a pesar de que ha llevado esa materia en la Facultad de Filosofía y Letras, y difícilmente conoce de las ciencias sociales, no se diga de las naturales; y lo propio ocurre entre los científicos.

Conozco bibliotecas de científicos o de filósofos, dedicados a las humanidades, donde escasamente ve uno un libro de poesía, o una novela: leen exclusivamente sus materias”

“Conozco bibliotecas de científicos o de filósofos, dedicados a las humanidades, donde escasamente ve uno un libro de poesía, o una novela: leen exclusivamente sus materias. Lo cual también ocurre con muchos científicos, que sólo conocen su campo. Un biólogo difícilmente trata cuestiones de física, y un físico no suele trabajar temas de biología”, señaló el académico de la Facultad de Filosofía y Letras.

Respecto a Kant, ejemplificó el ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, éste lee a Newton y sus principios fundamentales que establecen la existencia del tiempo y el espacio, y en su Crítica de la razón pura los convierte en formas puras de la sensibilidad que nos permiten pensar en por qué no podemos conocer nada sin colocarlo en un determinado espacio, ni conocer ninguna cosa si no la ubicamos en un tiempo.

Durante la charla “Ciencia y filosofía, ¿atracción o aversión?”, realizada en el auditorio de la Casa de las Humanidades, Labastida enfatizó que la ciencia nunca se detiene, avanza de manera continua, pone límites a un conocimiento anterior. Pero saber de ciencia no es conocer lo que se dijo antes, sino hacer nuevos postulados; no sólo encontrar certezas inmediatas de carácter sintético, sino establecer leyes y, por encima de ellas, teorías. Es lo que la filosofía reclamaría de una adecuada investigación científica.

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