Cuando el silencio se transformó en risas…

Emociones encontradas al recorrer las instalaciones universitarias

Foto: Juan Antonio López.
Tras meses de tomar lecciones en línea, el martes 16 de noviembre fue el primer día en la Facultad de Química (FQ) para Montserrat Fuentes, y aunque aún no conocía el edificio, la joven no se sintió perdida. Para llegar a su salón, ubicado en un largo andador donde casi todo era silencio, sólo tuvo que dirigirse hacia donde escuchaba risas, señal de que ahí había más alumnos que, como ella, estaban entusiasmados de asistir, por fin, a una clase presencial.

“¡Claro!, me da un poco de nervios estar aquí porque no sabes a qué te vas a enfrentar, a fin de cuentas ahí afuera hay una pandemia acechándonos, pero al mismo tiempo me siento emocionada de estar aquí, en Ciudad Universitaria, tal y como soñé por tanto tiempo.”

El fin de una época difícil

Y no sólo los estudiantes lucen contentos, también lo están los profesores, quienes aseguran que hasta hace poco las instalaciones lucían un tanto descoloridas sin jóvenes en los pupitres o caminando por los pasillos, pero por fortuna todo cambió de un día para otro y ahora perciben un ambiente similar al de la FQ de antaño.

“En pocas palabras, con los muchachos aquí, se intuye el fin de esta época tan difícil para la Universidad. Han sido 20 meses de incertidumbre y vernos aquí, de nuevo y juntos, da esperanza”, dice el director de la Facultad de Química, Carlos Amador Bedolla.

Con un avance en la vacunación de 90 por ciento y con el llamado de la UNAM para reintegrarse presencialmente a actividades, la FQ está poniendo todo de su parte para que la vida estudiantil se reactive en sus salones y laboratorios, aunque siempre conscientes de que ello no implica bajar la guardia. Por eso sus clases serán híbridas, es decir, la mitad del grupo ocupará una banca en su salón y la otra podrá seguir las explicaciones, en tiempo real, desde sus casas.

Fernando Vega Calderón imparte Física 1 a alumnos de primer semestre y para dar esta asignatura tuvo que entrenarse en el manejo de nuevos dispositivos. Ahora, en las aulas hay unas gigantescas pantallas táctiles que permiten realizar conferencias de Zoom, reproducir videos e incluso escribir sobre ellas como lo haría cualquiera sobre el pizarrón con un pedazo de tiza.

“Es mi primera vez usando algo así, es algo nuevo para mí. Jamás imaginé que daría la misma clase a alumnos frente a mí y a otros hasta sus hogares, pero aquí estamos. Es una modalidad diferente a todo y, por lo mismo, tanto ellos como yo estamos aprendiendo.”

A Carmen Martínez siempre le interesó la ciencia y cuando decidió estudiar Química no imaginó que debería hacerlo así, en medio de una pandemia y con lecciones vía remota. Por ello, cuando le plantearon la posibilidad de tomar clases presenciales y le aclararon que esto sería voluntario, ella de inmediato dijo que sí.

“Ya estoy vacunada y me explicaron que seguirían todos los protocolos sanitarios, así que dije, ¿por qué no?, a fin de cuentas, para aprender no hay nada como lo presencial. Como soy de primer semestre no había pisado la Facultad y hasta ahora sólo había visto a mis compañeros por Zoom o Google Meets. Es bueno acercarnos y romper con la frialdad de las pantallas.”

Cada vez hay más facultades adoptando la modalidad híbrida. Ya lo han hecho Derecho y Filosofía y Letras, y en breve lo hará Medicina. A quienes comienzan a reincorporarse a estas actividades, Carmen les pide no tener miedo y cuidarse. “Las cosas están mejorando y ya pasó el momento de quedarse en casa. Mucha suerte a todos y disfruten mucho esta nueva etapa de su vida universitaria”.

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