De la solemnidad a la transgresión, cantos de la época colonial

Canto llano cuenca valle, de Lorena Mal, última pieza del ciclo Entre Tres del CCUT

Foto: CCUT.

Lo que fueron cantos solemnes usados en la Colonia para el adoctrinamiento, ahora son piezas sonoras transgredidas por la artista contemporánea Lorena Mal, presentadas de manera virtual como parte de 1610/3, el último de los proyectos curatoriales del ciclo Entre Tres del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) sobre el palimpsesto que es la Plaza de las Tres Culturas.

Las obras fueron presentadas en una sesión de escucha con la propia autora, acompañada de Mariel Vela, especialista en arte contemporáneo, y de Sofía Carrillo, coordinadora de Artes Visuales del CCUT.

1610/3 tiene por objetivo plantear tres diferentes aspectos de la parroquia de Santiago Tlatelolco, consagrada en 1610. Uno de ellos es relativo a su santo patrono, Santiago el Mayor, con lo cual se ha revisado su iconografía en el relieve de madera del siglo XVII del propio templo. El segundo examina la renovación moderna a la que fue sometida en la década de 1960 a cargo del arquitecto Ricardo de Robina y el artista Mathias Goeritz. Por último, su resonancia contemporánea a través de la pieza sonora Canto llano cuenca valle, comisionada a Lorena Mal.

Con el propósito de comprender el proceso histórico conocido como la Conquista también en clave sonora, Carrillo y Mal solicitaron la asesoría de especialistas como Silvia Salgado, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, quien les facilitó algunos libros de coros franciscanos del siglo XVI usados en el adoctrinamiento y que se convierten en insumo fundamental para la exposición.

“Durante la primera parte de la investigación nos dedicamos a revisar todos los registros y archivos de canto llano en México, todos, los más antiguos de la época, los más posteriores, conocerlos a fondo, algo que fue un proceso largo y complicado por la pandemia, pero afortunadamente tuvimos el apoyo de Silvia Salgado quien nos mostró varios libros que ella analiza”, explicó Lorena Mal.

La artista mexicana eligió algunos misereres de los libros franciscanos, los intervino y luego presentó el resultado a Elisa Schmelkes, fundadora del No coro, para que fuera su grupo de ensamble vocal el que los interpretara.

El producto final fue la transgresión de estos cantos solemnes. Un ejemplo de esto es que los misereres, históricamente cantados por hombres, ahora son interpretados por mujeres. Otro es que las piezas artísticas fueron conformadas con fragmentos y recursos de varios misereres.

“Lo que hicimos fue reconfigurarlos, fragmentarlos, tomar algunas partes de estas piezas, descontextualizar algunos sonidos, como si agarráramos sólo los ecos y se escucharan desordenadamente y deseducadamente, como si se escuchara el canto de un ave: no sabes qué dice, pero sabes que hay intenciones”, contó.

Fueron tres piezas las que se presentaron durante la sesión de escucha; en dos predominan los cantos de las mujeres y en uno el de aves.

“Estos que oyeron son una serie de misereres de diferentes momentos del año y celebraciones, que son cantos que sucedían en la mañana, en la liturgia de las horas; son coros para pedir compasión por sufrir, por sentirse oprimidos, por la maldad incesante de los otros; es básicamente un canto sobre la compasión hacia lo terrible del mundo”, agregó.

“La segunda parte son, en realidad, dos cantos del libro franciscano que son distantes entre sí en el calendario de las celebraciones, pero que dicen exactamente lo mismo, con la excepción que una canta al inicio domine, que significa señor, dios, amo, y la otra canta deus.”

En la tercera pieza se escuchan grillos de campo así como el canto de pájaros, mencionados en varios salmos o códices revisados por la autora.

“El que tu exploración termine con el canto de las aves es, precisamente, para traer a la Tierra este mundo divino del canto llano y de esta religión católica occidental donde lo divino está allá, lejos”, comentó Sofía Carrillo en referencia al contraste de la concepción de lo divino para los cristianos y para los indígenas, pues mientras que para unos es inmaterial e inconcebible, tal cual aparece en los misereres, para los otros resulta algo terrenal, relacionado con la naturaleza.

El proyecto curatorial 1610/3 puede verse y escucharse en la página tlatelolco.unam.mx/tlatelolcoentretres.

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