Desmontar los estereotipos de género, tarea pendiente

Charla de Mireya del Pino Pacheco, curadora de la muestra

Imagen tomada de la exhibición: Francisco Parra.

Han pasado 58 años desde que en 1964 Mafalda apareció en las tiras cómicas de una convulsionada Argentina que iniciaba su lucha por los derechos humanos. Pero la voz espontánea y crítica de la niña de pelo alborotado ha traspasado de siglo, y hoy sus cuestionamientos siguen vigentes respecto a los roles de género entre mujeres y hombres, mostrados en agudas viñetas creadas por Quino y expuestas en el Museo de las Constituciones de la UNAM.

Bajo el título Mafalda: miradas a lo femenino, esta singular exhibición presenta algunos ejemplos de la famosa historieta para invitar a la reflexión sobre los estereotipos de género y su permanencia en nuestras vidas.

“Mafalda y sus amiguitos muestran estereotipos que nos han acompañado, como ese rol tradicional femenino de ser mamá, limpiar, cocinar, cuidar a la familia y la casa con una imagen normalizada y otra estática, en las que no imaginamos otro tipo de papel para ellas”, relató Mireya del Pino Pacheco, directora de Estudios y Políticas Públicas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), y curadora de la muestra.

Realidad mexicana

En una charla abierta ante medios de comunicación moderada por Rosalba Mejía Albarrán, subdirectora del Museo de las Constituciones, Del Pino Pacheco mostró que, aunque parezca risible al leerlo en los dibujos de Quino, la realidad mexicana sigue cercana a esos roles estereotipados. “La realidad de nuestro país es que dos terceras partes del tiempo de las mujeres lo dedican al trabajo no remunerado en los hogares, y solamente 31 por ciento de éste en el mercado laboral, mientras que la carga se invierte en los hombres, quienes utilizan 69 por ciento de su tiempo en tareas del mercado laboral afuera de casa”, señaló.

Además, el trabajo de las mujeres en casa no es remunerado, no se reconoce; pero algunos grupos feministas han presionado a las instituciones para hacer un cálculo que estima que el trabajo de ellas en casa aporta entre 22 y 27 por ciento del producto interno bruto, comentó.

La muestra está dividida en tres partes –todas ilustradas con la tira cómica–, las cuales abordan: una mirada a la mujer en el hogar, otra a los estereotipos de género y una más a lo masculino, explicó Mejía Albarrán sobre la exposición inaugurada en ese recinto el pasado 19 de agosto.

En otro ejemplo de la tira, Susanita refuerza el estereotipo de la mujer imposible de transformar, y preparada siempre para casarse y tener un marido proveedor.

Otro caso es el de Felipito, quien ayuda a su mamá a secar los platos y se siente culpable porque será objeto de escarnio por parte de sus amigos; mientras Manolito asegura que los hombres jamás se deben dejar el pelo largo.

De vuelta a la realidad mexicana, Del Pino Pacheco señaló que la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 reveló que seis de cada 10 mujeres mayores de 18 años estaban de acuerdo en que lo más importante para una mujer es ser madre. “El 43 por ciento está de acuerdo con que el hombre sea el principal proveedor de la casa; 22.5 por ciento cree que las labores domésticas y el trabajo no remunerado deben hacerlo sólo las mujeres, aunque ello signifique la desvalorización y el no reconocimiento”, informó.

Por ello, la funcionaria de Conapred invitó a seguir reflexionando para lograr desmontar los estereotipos de género que aún tenemos muy arraigados en nuestra sociedad.

Museo de las Constituciones

Rosalba Mejía Albarrán recordó que el Museo de las Constituciones es un espacio universitario localizado en el Centro Histórico, en la antigua iglesia del Colegio Máximo jesuita de San Pedro y San Pablo, ubicado en la esquina de las calles Del Carmen y San Ildefonso.

Ese recinto fue el primer colegio jesuita fundado en la Nueva España hacia 1603, y después de la Independencia se convirtió en la primera sede parlamentaria de nuestra historia, pues ahí se promulgó la Constitución de 1824, y sesionó el Congreso hasta 1828.

En 1929, el inmueble fue incorporado al patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México, y en 2011 se inauguró el Museo de las Constituciones, que tiene como una de sus tareas divulgar la historia constitucional del país, los derechos incluidos en nuestra Constitución y su importancia, así como fomentar el ejercicio de una cultura ciudadana y de la legalidad, a través de sus cuatro salas temáticas, que se pueden visitar de miércoles a domingo en horario de 10 de la mañana a 5 de la tarde.

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