El camino de un canterano

El sol de mediodía relucía en las gradas del Estadio Olímpico Universitario, más de 15 mil personas entonaban con euforia los cánticos de apoyo a Pumas. Un nuevo torneo también significaba su inicio en el futbol profesional. “El director técnico gritó mi nombre. Recordé lo que viví, lo que me tocó sufrir, lo que corrí y sudé durante años. Cuando escuché: ‘Entra José Navarro en su debut’, me di cuenta que todo había valido la pena. Es un orgullo debutar con el equipo que amo”.

Con emoción y nostalgia en su mirada, José Navarro, canterano de Pumas, recuerda cómo fue su primer partido como profesional. ¿Qué se piensa instantes antes de pisar por primera vez el césped del Olímpico Universitario? Él recordó sus inicios dentro del balompié, cuando salía a jugar con su padre a los cuatro años. “Mi papá no me compró juguetes, sino un balón para que peloteáramos juntos”.

Navarro comenzó en Pumitas, una escuela filial del Club Universidad Nacional. Después de varios años encontró una visoría en Xochimilco. Fue uno de los cinco elegidos, entre centenares de jóvenes, para seguir el filtro y entrenar con la categoría Sub-14 en la Cantera. La exigencia de entrenar con las fuerzas básicas se incrementó. A partir de ahí, no se ha quitado el compromiso de defender los colores azul y oro.

Su familia ha sido el gran impulso durante su carrera. “Mi papá y mi mamá han estado conmigo desde niño, desde mi primer entrenamiento. En todos los juegos que pueden, están ahí. Hay regaños y correcciones cuando tienen que hacerlo, pero mi familia es lo más importante”. También existe un enorme agradecimiento para Jorge Vantolrá, quien deportivamente lo ha apoyado en este proceso.

Ya son más de cien partidos los que ha jugado Pepe Navarro en fuerzas básicas. Desde las categorías Sub-15, Sub-17, Sub- 18 y Sub-20. Se considera un delantero con mucha ambición y hambre por jugar y anotar en cada partido; sus 37 goles lo respaldan. El canterano universitario hizo pretemporada con el primer equipo auriazul previo al Apertura 2022. Nunca había estado tan cerca su debut.

Fue en la Jornada 1 de este torneo cuando llegó su ansiado primer partido. “Un día previo a mi debut estaba en el hotel de concentración. Sólo pensaba en entrar al campo y hacerlo bien. Se sienten nervios diferentes desde que desayunas con el primer equipo. Ya durante el partido, sentado en la banca, vi a la afición enfrente y, más que ponerme nervioso, me sentí motivado”.

Con risa, Navarro cuenta una de las anécdotas previas a entrar al campo: “Cuando estábamos calentando, Efraín Velarde me dijo que el entrenador había dicho mi nombre. Me quité la casaca y me acerqué con los auxiliares técnicos. Me vieron con sorpresa porque les dije que ya estaba listo, pero respondieron que a mí no me habían hablado. Fue una broma de Velarde. Cuando regresé, todos se estaban riendo. Después de la broma, Chispa me dio la mano y aseguró que sí iba a entrar”.

Su plan sigue intacto. Tiene objetivos muy claros. En su mira está consolidarse con el primer equipo, coronarse con Pumas, ser campeón de goleo, llegar a la selección mexicana y, en su punto más alto, jugar en Europa. “El escudo no es como en otros equipos que está pequeño en la playera. Nuestro escudo abarca todo el pecho. Pumas significa grandeza, pasión y garra”.

Hoy, José Navarro está orgulloso de pertenecer a Pumas, el club que ama y que le ha brindado la oportunidad de vivir sus primeros minutos en el profesionalismo, y con el que está cerca de conseguir un título en la categoría Sub-20, con la que disputa la final del torneo ante Atlas. Con una mirada convencida, quiere replicar en infinidad de ocasiones más esa tarde gloriosa en Ciudad Universitaria.