El Centro de Documentación pone a consulta sus joyas raras

El espacio fue renovado y abre en horario fijo; está integrado por las colecciones M-68, Juan Acha, Rodolfo Stavenhagen y CLETA

Fotos: CCUT.
El Centro de Documentación del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), reabierto al público el pasado 5 de junio, guarda joyas raras. En uno de sus fondos, el del crítico de arte Juan Acha, se localiza el único ejemplar de un libro que no puede encontrarse en ningún otro acervo universitario: Teatro pánico, de Alejandro Jodorowsky, ilustrado por José Luis Cuevas.

“Sabemos que es el único en toda la Universidad. Lo tenemos claro porque damos de alta los títulos en LIBRUNAM”, comparte en entrevista Ander Azpiri, subdirector académico del CCUT, en referencia al catálogo donde se registran los libros impresos y electrónicos adquiridos por el Sistema Bibliotecario y de la Información de esta casa de estudios.

Otra rareza es un volumen en alemán de Naturphilosophie (Filosofía natural), editado en el siglo XIX, cuando tomó auge esta corriente derivada del idealismo, impulsada por Friedrich Schelling.

También puede encontrarse una edición de principios del siglo XX de una selección de fragmentos del Códice Florentino, editada como regalo al entonces presidente Porfirio Díaz, según se lee en la portada. “Es bastante peculiar”, comenta Azpiri sobre la pieza que forma parte del fondo del antropólogo Rodolfo Stavenhagen. Títulos como estos, manuscritos y documentos varios pueden consultarse por primera vez en horario fijo en el Centro de Documentación del CCUT, que inaugura un espacio acondicionado ex profeso para alojar la totalidad de sus fondos en condiciones óptimas.

“Entre 2018 y 2021 reestructuramos nuestras áreas de exposición, vino la pandemia y es hasta ahora cuando podemos poner a consulta nuestros fondos en un mismo centro, en un sitio nuevo, que cuenta con fondo reservado y zona de consulta”, explica.

El Centro de Documentación está integrado, hasta ahora, por cuatro colecciones: M-68, Juan Acha, Rodolfo Stavenhagen y del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística (CLETA), todos ellos relevantes para el estudio de fenómenos sociales y culturales.

“Son acervos históricos que la UNAM conserva y divulga. Antes de su donación al CCUT no estaban disponibles al público”, dice Azpiri. “Por ejemplo: el de Stavenhagen y el del CLETA no estaban en físico para consulta, ahora ya lo están. No es una estantería abierta, siempre habrá asistencia de nuestro personal, pues algunos documentos requerirán un manejo especial”.

Fue poco después de la apertura del CCUT, en 2007, cuando éste empezó a recibir acervos. El primero fue el del crítico de arte peruano-mexicano Juan Acha, donado en 2008 por su viuda, Mahia Biblos. Contiene la biblioteca personal del estudioso del arte latinoamericano, interesado en los vínculos entre arte y revolución, quien ejerció influencia importante entre artistas e investigadores. Son 11,000 ítems cuya joya mayor, dice Ander Azpiri, son textos mecanografiados inéditos, que no se habían puesto a consulta; así como correspondencia, centenares de catálogos y el material con el que daba clases.

Por aquellos años también se empezó a incorporar el acervo del Fondo M-68, que está en crecimiento permanente –el resto son fondos históricos de donación completa–. Por ahora contiene 500 documentos hemerográficos y bibliográficos sobre el Movimiento Estudiantil de 1968 y otras movilizaciones sociales, entre los que está un volumen de ¡El Móndrigo! Bitácora del Consejo Nacional de Huelga, difícil de conseguir, o ejemplares de la revista Por qué? de los años 60 y 70.

En 2015 llegó el acervo del investigador de El Colegio de México y la UNAM Rodolfo Stavenhagen: 490 piezas donadas por su viuda, Elia Stavenhagen, conforman la colección bibliográfica especializada en antropología y arte de quien fue un defensor decidido de los derechos de los pueblos indígenas. Su biblioteca personal guarda ejemplares excepcionales en torno al arte y la antropología, como una edición facsimilar del Códice Mendocino y otras del Códice Florentino, “esta última nos importa mucho en el CCUT porque se escribió aquí (en Tlatelolco), es una obra de referencia para entender la cultura mexica antigua”, apunta Azpiri. Además, el Centro es depositario de su colección de arte prehispánico mesoamericano desde 2010.

El acervo del CLETA, de 12 artículos, llegó en 2019. “Básicamente reúne toda la historia del colectivo en carteles, volantes, lo que han hecho por 50 años y que no está reunido en ningún otro lado”. El grupo contracultural surgió en los años 60 en el seno de la UNAM, y su trabajo se orientó hacia la lucha popular a través de distintas manifestaciones artísticas.

También podría gustarte