El clown debe ser parte fundamental en la formación actoral

Aziz Gual dirige la tragedia con integrantes de la Generación 2020 del CUT

El navío de los ingenuos. Tragedia clown es un viaje por la vida en el que lozanos pasajeros se enfrentan a las grandes dificultades de estos tiempos. La dramaturgia de la obra se inspira un tanto en el mito portugués de Adamastor, convertido en el Espíritu del Cabo de Buena Esperanza, un abominable espectro de palidez sobrenatural. Esta anécdota es en realidad un pretexto para que jóvenes clowns se desplacen en una embarcación que representa a la vida misma.

Aziz Gual dirige y escribe esta pieza que se escenifica en la Velaria del Centro Universitario de Teatro (CUT) y en la que actúan egresados de la Generación 2020. Se trata de un espectáculo de gran plasticidad y dimensión poética. A decir del propio Gual, “toca las fibras de las personas, la gente se divierte y se suma a un viaje en el que se expone un amplio espectro de emociones, entre las que sobresalen los miedos y las incertidumbres”.

Es una experiencia memorable que se hace más lúcida mediante un diálogo directo con el público, sin la cuarta pared de por medio. Es a la vez una charla de orden emocional y una búsqueda del contacto humano. “Para crear esta experiencia entrañable se tiene que viajar por los momentos polarizantes”, dice en entrevista Gual, uno de los clowns más reconocidos en México y América Latina.

“Lo que estoy tratando de mostrar es un momento histórico de nuestros jóvenes, utilizando un lenguaje de muchísima esperanza. Crean a su personaje no desde fuera, sino desde sí mismos. El subtexto del personaje es su propia vida. Cada quien descubre su manera de ver al público y cómo por medio de esa mirada puede conectarse y establecer una comunicación más verdadera. Al conseguir que el público viaje por las emociones, éste se lleva un momento inspirador y esperanzador, a pesar de las complejidades de los tiempos modernos”, apunta.

Foto: Barry Domínguez.

Con respecto al uso del clown, el director explicó: “Va más allá del lenguaje teatral, descubre otra manera de hablar, otra manera de ser, hay todo un trabajo gestual, se habla con el cuerpo. En El navío de los ingenuos, nueve payasos salen a escena, cada uno con una identidad propia, nadie copia a nadie, y crean diferentes atmósferas: el miedo, la soledad y la vejez, los grandes enemigos del ser humano. Son personajes nostálgicos y melancólicos, pero lo más valioso es que tienen un grado de dramatismo. Su universo abarca infinitas emociones y expresividades. Así es el ser clown”.

Hay dos momentos de tensión en la obra: “Uno es cuando se aparece un ser que nos conecta con el otro mundo, es alguien exótico y extraño, un ser marino que podría representar una conexión con lo superior o lo inferior; uno de los clowns se enamora de este ser, lo cual es sorprendente y nos ubica entre la risa y la tragedia. El segundo es cuando aparece una cabeza de un gigante de 30 metros de altura y aniquila a los viajantes, pero de risa”.

El mensaje, agregó el director, es que hay que ver las cosas con optimismo, sin negar la melancolía, la nostalgia, ni la tristeza. “En El navío de los ingenuos, el espectador vivirá muchos más momentos sin palabras y de luces. Nuestra poética es la de la esperanza, la poética del lenguaje del corazón”.

En la obra se involucran nueve actores y actrices del CUT, quienes durante los cuatro meses de ensayos mostraron su generosidad y talento. Gual expresa su deseo de que el clown sea parte fundamental en la formación de los estudiantes de las artes escénicas, lo que haría que su preparación actoral fuera más completa, con más humanidad, menos actuada y sí más sentida. Él, como buen clown que es, reconoce ser heredero de aquellos payasos que realizaban sketches con el único propósito de hacer reír y para lo cual construían diferentes gags.

“Había quienes usaban la máscara blanca, la del narizón, la roja y la del payaso negro. En el caso del clown ya no hay máscara, éste es mucho más parecido a nosotros, mucho más humano. El navío de los ingenuos zarpa los jueves y viernes a las 8 de la noche y los sábados y domingos a las 12:30 y 19 horas. Permanecerá en cartelera hasta mediados de junio, previo a las vacaciones de verano. La entrada es libre hasta completar el aforo. Los boletos se entregan una hora antes del inicio de cada función.

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