El conflicto bélico se ha reducido a un duelo de artillería clásico

El 24 de agosto se cumplieron 31 años de que Ucrania se independizó de lo que entonces era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; pero también, paradójicamente, seis meses de que las tropas de Rusia invadieron suelo ucraniano y desataron una guerra que ha trastocado el orden político mundial.

¿Cómo ha evolucionado este conflicto bélico?, ¿en qué punto está hoy en día? Imelda Ibáñez Guzmán, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y experta en el tema, comenta: “La operación militar ordenada por el presidente ruso Vladímir Putin en Ucrania no busca controlar este país, sino neutralizarlo territorialmente para que ya no amenace los intereses estratégicos de Rusia. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados no han dejado de fortalecer económica y militarmente a Ucrania para que no sucumba ante Rusia. Ahora bien, es cierto que al principio hubo un diálogo político entre estas dos naciones para tratar de alcanzar la paz, pero pronto dicho diálogo se rompió. A consecuencia de esto, Estados Unidos y sus aliados incrementaron su respaldo a Ucrania, y Rusia mostro más fuerza al apoderarse de la mayor parte de la región del Dombás. Así las cosas, puede afirmarse que, en este momento, la guerra en Ucrania se encuentra estancada”.

En opinión de la académica universitaria, la línea que divide el apoyo indirecto y la participación directa de Estados Unidos y sus aliados en esta guerra se ha vuelto cada vez más borrosa; y el conflicto bélico en sí se ha reducido a un duelo de artillería clásico a nivel táctico.

“Los focos rojos están prendidos en la región de Zaporiyia, donde se asienta una central nuclear de vital importancia para Ucrania, y en la región de Crimea, lugar en el que Rusia tiene su flota del mar Negro.”

Naciente multipolaridad

De acuerdo con Ibáñez Guzmán, Rusia ha mostrado un gran poder que le ha permitido desbaratar el esquema unipolar de la política mundial, y ahora, una vez debilitado ese esquema, pretende que surja una multipolaridad en la que otros polos de poder tengan influencia en diversas regiones del mundo, y no sólo Estados Unidos y sus aliados.

“La negociación para alcanzar la paz en Ucrania comenzará cuando, en lugar de seguir aceptando el apoyo de los líderes occidentales y encender aún más el conflicto bélico, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski decida reconocer que las regiones del Dombás y la de Crimea se anexarán a Rusia. En tal caso, este país podría poner fin a la invasión de Ucrania, pero eso no convendría a los intereses de los líderes occidentales. Además, los grupos ultranacionalistas ucranianos están ejerciendo una fuerte presión sobre Zelenski para que tampoco ceda a un acuerdo con Rusia. Por eso creo que, al menos a corto plazo, la guerra en Ucrania continuará estancada.”

Debido a la desestabilización ocasionada por las sanciones que Estados Unidos y sus aliados le impusieron a Rusia, el país que abastece de petróleo y gas a Europa, ha estallado una crisis energética. “Los europeos tendrán, sin duda, un invierno muy crudo y vendrán cambios sustanciales. Desde el espacio euroatlántico, la política exterior de Rusia pasó a posicionarse en la región euroasiática. Así, se prevé que esta región se transformará en un gran ente de la política mundial y de las relaciones internacionales”.

El mismo 24 de agosto, el presidente estadunidense Joe Biden prometió más ayuda económica y militar a Ucrania. Al respecto, Ibáñez Guzmán dice: “Con el propósito de mantener su esquema unipolar, el eje anglosajón de Occidente seguirá apoyando a Ucrania, pero mediante la Unión Europea. De esta manera intentará matar dos pájaros de un tiro: desestabilizar más a la Unión Europea y sujetar a Ucrania para que no establezca un canal de pacificación con Rusia. No obstante, parece que la política exterior de Rusia será cada vez más soberana e independiente, y fortalecerá, junto con la República Popular China, la naciente multipolaridad”.