El conocimiento, factor más importante para impulsar el desarrollo: Lomelí
“Hoy más que nunca las universidades estamos obligadas a buscar alternativas para los problemas del país”, afirmó el Rector
“Sin una apuesta decisiva por la educación y la investigación es imposible superar las brechas que nos separan de los países desarrollados”, aseguró al participar en la mesa Las universidades en la sociedad del conocimiento, durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El Rector expuso que el nearshoring se presenta para México como una nueva oportunidad para lograr una mejor inserción en la globalización, y la cercanía con Estados Unidos permita aprovechar que una gran cantidad de actividades industriales puedan venir al país. Sin embargo, no se debe apostar una vez más a la mano de obra barata, sino en formar una fuerza de trabajo calificada, que pueda añadir valor agregado.
Lomelí Vanegas detalló que este escenario plantea diversos desafíos para las universidades: adecuarse a la evolución tan acelerada con la que se genera el conocimiento, revisar la pertinencia de sus carreras y la necesidad de crear otras nuevas, analizar sus métodos de enseñanza. También, insistir en una formación que capacite a los estudiantes para aprender a lo largo de la vida, y desarrollar una oferta robusta de educación a distancia.
Además, revisar su agenda de investigación e impulsar lo multi e interdisciplinario. “Hoy más que nunca, las universidades estamos obligadas a buscar alternativas para los problemas del país y que el gran potencial que ofrece el conocimiento sirva para generar valor y plantearnos agendas de investigación que respondan a las necesidades a mediano y largo plazo del mundo y que escapan a la lógica del mercado”.
En su oportunidad, Joan Subirats Humet, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y ministro de Universidades de España entre 2021 y 2023, coincidió en que la sociedad del conocimiento demanda que las instituciones de educación superior replanteen sus actividades de docencia y se revalore la presencialidad, es decir, saber cuál es el valor añadido que ofrece este tipo de educación, que no sea posible sustituirlo con una grabación, un pódcast.
“Se está pensando en crear grupos de profesores que generen experiencias educativas complejas”, dijo.
Señaló que se requiere que la investigación generada por las universidades tenga trascendencia –que es distinta a la utilidad comercial– y justifique el esfuerzo que la sociedad hace para financiar la universidad pública.
Asimismo, subrayó que estas instituciones no deben enfocarse sólo en los grupos poblacionales en edad de cursar la educación superior, sino a la población en general, pues la velocidad con que se generan los conocimientos también provoca la obsolescencia de éstos y que las personas requieran actualizarse. “Hoy nadie puede pensar que lo que estudia le servirá para toda la vida. Hay universidades americanas en las que se paga una matrícula abierta y permite que la persona actualice sus conocimientos”.
En tanto, el rector general de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, indicó que es importante repensar la educación superior y lo que debe enseñar, pues se sabe que, por ejemplo, hoy no existen los trabajos a los que se dedicarán el 65 % de las niñas y niños que estudian la educación primaria.
También insistió en que las universidades deben moverse más rápido, pues la generación de conocimiento se da a gran velocidad. En 1945 se pensaba que la humanidad duplicaba los conocimientos cada 25 años, y en 2023, con la existencia de la inteligencia artificial, se estima que lo hace en menos de 24 horas.
La rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Teresa de Jesús García Gasca, expuso que las universidades deben tener claro que los niños, niñas y jóvenes de hoy piensan y aprenden de manera diferente e interactúan con nuevas tecnologías y con la inteligencia artificial. Esto exige que las instituciones analicen cómo hacerle frente y cómo van a educar a sus alumnos en términos de ética e integridad académica.
La mesa fue moderada por Enrique Cabrero Mendoza, director del Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno de la Universidad de Guadalajara e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM.