El gobierno de Javier Milei genera dudas sobre su futuro y el de Argentina

José Briceño Ruiz y Andrés Kozel. Foto: Francisco Parra.
Aunque Javier Milei dilapidó su primera oportunidad para consolidar su “luna de miel” con el electorado argentino en los meses iniciales de su gobierno, aún es temprano para hablar de un fracaso integral. Hoy, en ese país se vive un “tiempo nuevo” y sólo quedan dudas de cómo va a terminar esa suerte de laboratorio de aplicación de las políticas de la nueva derecha libertaria, que van más allá de reformas económicas. En la nación sudamericana queda mucho por ver, afirmaron especialistas en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.

En el conversatorio La Argentina de Milei, José Briceño Ruiz, integrante del CIALC, refirió que el mandatario argentino hoy resulta ser la mezcla de muchas cosas: un libertario en lo económico, un conservador reaccionario en lo político y un provocador que habla de “castas”. Y así como en su gobierno no hay mucha experiencia en términos de políticas públicas, nunca se tuvo una plataforma ideológica clara, sino una que se fue construyendo, en la misma medida que su movimiento político crecía.

El triunfo de Milei sucede porque se da una alianza con la “casta” tradicional a la que se opuso: sin el apoyo del expresidente Mauricio Macri, “no sabemos si el resultado de las elecciones hubiera sido el mismo”.

Durante su intervención, Andrés Kozel, académico de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina, destacó la estrategia de comunicación digital utilizada por Milei “muy aceitada y nada improvisada, que supuso la inversión de fondos ilimitados”.

Eso explica que el enojo de la gente con muchas de las situaciones de los últimos tiempos, inflación, desaciertos del gobierno anterior, la pandemia, etcétera, se hayan canalizado hacia el actual presidente.

Los hombres jóvenes, atrapados en las relaciones sociales que supone el “capitalismo de plataforma”, fueron los que más votaron a Milei, proporcionalmente, precisó el académico.

El nuevo gobierno está desprovisto de aparato político; no tiene cuadros. En ese sentido Milei mintió; uno de sus slogans de campaña fue que con la misma gente no se podía cambiar nada, y muchos lo votaron por eso.

La sesión, en el Auditorio Leopoldo Zea del CIALC, fue moderada por Francisco Mejía Flores, investigador de esa entidad.

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