Semana de Inmersión Cultural

El legado de Vasconcelos, intelectual e institucional

La enseñanza del español, crucial ante la globalización: Alberto Vital

José Vasconcelos. Foto: Erik Hubbard.

Las dos instituciones vasconcelistas fundadas hace exactamente 100 años, la Escuela de Verano de la Universidad Nacional, y la Secretaría de Educación Pública, subsisten porque tocaron puntos cruciales de aquella época y de las subsecuentes, afirmó Alberto Vital Díaz, director del Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE).

Por un lado, dijo, la educación pública es uno de los legados seguros de la Revolución Mexicana, y por el otro, la enseñanza del español, desde la cultura, permanece porque ante la globalización e internacionalización es simple y sencillamente crucial. “Sin la enseñanza del idioma perdemos un brazo fundamental para su expansión en todos los puntos del planeta”.

Al continuar la Semana de Inmersión Cultural Universitaria de México 2021. Grandeza de México: 4 Centenarios, organizada por el CEPE y la Sede UNAM-Alemania (Centro de Estudios Mexicanos), añadió que el legado de Vasconcelos fue institucional y no únicamente intelectual.

En la conferencia Destruir y Construir. Cien Años de Enseñar Español y Cultura Mexicana: José Vasconcelos, recordó que éste fue designado rector de la Universidad Nacional de México en 1920. Tenía 38 años y en apenas 12 meses dejó una huella inconfundible en la institución. Su paso por ella fue breve y productivo.

Hace exactamente un siglo se dio un tiempo para fundar la Escuela de Verano en esta casa de estudios (que se convirtió en el CEPE en 1981), y la Secretaría de Educación Pública, de la que fue su primer titular.

Los vínculos entre la educación pública federal y el paradigma de educación pública que es la Universidad, se expresan muy bien en un paralelismo de Henrique González Casanova rescatado por el historiador Álvaro Matute: “en 1910, el Ministerio de Instrucción Pública inauguró la Universidad; once años después, la Universidad creó la SEP”.

En José Vasconcelos “la lectura como fuente inicial de conocimiento y de individuación se ligaba entonces a una voluntad de poder que, tarde o temprano, debía canalizarse hacia la educación. La lectura era un refugio para el niño y el adulto Vasconcelos, ya en plenas luchas revolucionarias”.

En la pasión educativa, expuso Vital, se asemejaba a las dos generaciones precedentes en México, que buscaban asentar en las aulas el futuro del país, con la clara diferencia de que el positivismo de Gabino Barreda descartaba todo trato con el espíritu, de modo que el lema de la Universidad terminó siendo una última victoria contra aquel positivismo de corte juarista y porfirista predominante en la educación por alrededor de 40 años y que tantos aspectos positivos dejó, como la Escuela Nacional Preparatoria.

Vasconcelos llegó a la Rectoría como un auténtico revolucionario. Se había salvado de las persecuciones y de los asedios del golpista Huerta y del revolucionario Carranza. Llegar a la titularidad de una universidad aún no autónoma, en 1920, era el fruto de una serie de políticas acertadas y de riesgos asumidos.

El margen de acción que tuvo como rector en ese año tan fructífero, debe considerarse un anticipo de la autonomía alcanzada nueve años más tarde y un anticipo de las tensiones que él mismo habría de vivir, de pronto colocado en la oficina de la secretaría que lo convertía en jefe del rector de una universidad poco a poco orientada hacia una ardua y heroica autonomía.

Finalmente, Alberto Vital refirió que el escudo de la Universidad Nacional abarca a toda América Latina, y el mapa continental se ampara con el águila, del norte de América, y el cóndor, del sur: así, esta casa de estudios asumía simbólicamente, desde la educación, el sitio que Simón Bolívar había querido reservarle a toda la América hispana.

Educación pública

Lorena López Jáuregui, de la Universidad Libre de Berlín, destacó que a 100 años de la aspiración educativa nacional proyectada por Vasconcelos, no cabe duda que la educación pública debe ser celebrada como uno de los legados más importantes de la Revolución, y la UNAM ha sido y es uno de los ejes de expansión de esa educación.

En Vasconcelos, la identificación y valoración de lo propio pasó a través de una cuestión tan importante como la lengua y la historia; sin embargo, también buscó distanciarse de lo anglosajón y de la complejidad étnica de la nación, mencionó.

Una institución como la Escuela de Verano es geoestratégica, opinó. A 100 años de su inauguración, la enseñanza del español es probablemente más fuerte que nunca: se habla en tres continentes, es el idioma oficial de 21 países y el tercero que más se utiliza en Internet, concluyó López Jáuregui.

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