El medio ambiente es responsabilidad de todos

Es necesario modificar nuestro actuar mediante pequeñas acciones ecológicas para mejorar el entorno: Arcadio Monroy

Según ONU-Hábitat, en noviembre de 2022, la población mundial alcanzó 8,000 millones de personas. Cada una contribuye a la generación de toneladas de residuos sólidos urbanos (orgánicos, inorgánicos, desechos peligrosos y basura tecnológica), como resultado de múltiples factores, entre ellos el crecimiento urbano, el desarrollo industrial, las modificaciones tecnológicas y el cambio en los patrones de consumo.

De acuerdo con Arcadio Monroy Ata, de la Unidad de Investigación en Ecología Vegetal de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, “por nuestro estilo de vida, los seres humanos estamos convirtiendo al mundo en un gran basurero de residuos sólidos, de aguas residuales y de contaminantes atmosféricos; cada vez somos más habitantes en el planeta”.

Indica que, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en la actualidad se producen cada día en México 120 mil toneladas de residuos sólidos urbanos. “Somos 130 millones de mexicanos, ello implica que cada uno de nosotros, incluso un bebé, genera en promedio casi un kilogramo de residuos sólidos, 45 % de éstos son orgánicos, es decir, desechos de comida (cáscaras de plátano y naranja, por ejemplo), y el resto, 55 %, sólidos como plásticos blandos y duros (entre ellos el PET), metales –aluminio, por ejemplo–, vidrio, cartón, papel, etcétera”.

Asimismo, dicha secretaría del gobierno federal señala que sólo se recicla 7 % de las 120,000 toneladas de desechos que a diario se generan en el país. “Es decir, sólo 8,400 toneladas, el resto es recaudado por los camiones colectores; ahí se hace algo de pepena y quienes se encargan de esa tarea venden los residuos separados a los centros de acopio, y lo que ya no es reciclable se lleva al relleno sanitario”.

Pero, aclara, estos sitios conocidos también como tiraderos no cumplen con la normatividad porque están a cielo abierto y representan focos de fauna nociva; además, pueden generar lixiviados y contaminar el suelo y aguas superficiales y subterráneas.

En ocasión del Día Mundial del Reciclaje, que se conmemoró el 17 de mayo, Arcadio Monroy resalta que México es la nación que más bebidas embotelladas (refresco y agua) consume en el mundo, por lo que también encabeza las listas relacionadas con la producción, el acopio y el reciclaje de PET (tereftalato de polietileno), el material más utilizado para fabricar botellas de plástico.

Menciona que en el país hay empresas que se encargan de reciclar y una vez procesado el insumo se vende a empresas de otras naciones dedicadas a la confección de tejidos destinados a la elaboración de prendas de vestir del tipo moda sustentable.

Pero “justo a naciones donde no hay tanto PET es a las que México exporta ese plástico transformado en pellet, pequeños comprimidos que, una vez procesados, se utilizan en la elaboración de hilos a los que se añaden químicos para obtener la textura, la suavidad y el color deseados y usarlos en la confección de prendas de vestir”, detalla el investigador.

Es necesario modificar nuestro actuar mediante pequeñas acciones ecológicas para mejorar el entorno, ya que el medio ambiente es responsabilidad de todos, incluso de empresas y gobiernos, insistió.

Propuestas

De acuerdo con el experto, cuatro acciones contribuirían a tomar conciencia de la importancia del reciclaje. La primera, separar los residuos sólidos desde su origen. Si lo hacemos así, ninguno sería basura, ésta es la clave para que puedan entrar en las cadenas de reciclamiento.

La segunda, valorar el reciclaje mediante algún estímulo económico. “Incluso, el valor podría ser sólo emocional, es decir, me siento mejor si ya no soy un foco contaminador o generador de basura, soy capaz de promover un medio ambiente más limpio o de cero basura”.

La tercera, difundir ampliamente que la basura no es basura, siempre y cuando no se mezclen residuos orgánicos e inorgánicos, de lo contrario se contaminan y se dificulta su correcta separación.

Finalmente, añade, la regla de las tres erres: reducir, reusar y reciclar, como una propuesta sobre hábitos de consumo.

Otra solución sería que en el hogar se adoptaran sistemas composteros técnicos para controlar los procesos de biodegradación de la materia orgánica, finaliza.

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