El SARS-CoV-2 y sus secuelas emocionales

Hay un efecto directo de la inflamación que causa el virus en zonas cerebrales, menciona Benjamín Guerrero, jefe del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la FM

La inflamación por la Covid-19 trajo también repercusiones a nivel emocional, como la depresión, esto como un efecto directo de la inflamación en zonas cerebrales, menciona Benjamín Guerrero López, jefe del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina.

El especialista comenta que el proceso inflamatorio que genera la enfermedad causa que las personas experimenten cambios emocionales, alteraciones cognitivas y que otras desarrollen, por ejemplo, enfermedades vasculares, debido a que altera el cerebro y los vasos sanguíneos.

Por otro lado, Guerrero expresa que otra de las consecuencias en los individuos que tienen la infección se da cuando el virus también ataca el sistema nervioso y esto ocasiona que puedan quedar con secuelas neurológicas.

Hay casos en que quienes padecen este mal se angustian al sentir síntomas que son parecidos a los de la Covid-19, pues tienen miedo de volver a contagiarse, pero también hay otros en los que las personas escuchan sobre los casos graves del coronavirus y les ocasiona temor vivir esa experiencia.

Guerrero López refiere que esto se debe a lo que se conoce como trauma vicario, el cual puede presentarse al estar expuesto a las comunicaciones graves de otras personas y entonces se producen efectos psicológicos como temor, desgano y problemas de sueño en la persona.

Algo que ha ayudado mucho a los pacientes y que ha sido muy utilizado… es el mindfulness”

“Ese miedo a la muerte o la enfermedad grave lleva a que se desarrollen todos los síntomas del estrés postraumático: sentir miedo intenso, pensar continuamente sobre la muerte, despertar a medianoche y estar angustiado ‘porque me voy a morir’. Entonces los fenómenos psicológicos son diversos, pero el punto central es el miedo y la incertidumbre”, afirma el especialista.

Quienes vivieron la enfermedad en su forma grave pueden presentar ciertos traumas. “Si estuvieron intubados o en terapia intensiva durante algunos días, el que se vuelva a infectar o pensar que es probable que se tenga el padecimiento puede reactivar la angustia, porque lleva a las personas a recordar el momento justo en que estuvieron graves; entonces, se revive la posibilidad de estar nuevamente en la misma circunstancia” apunta.

Benjamín Guerrero refiere que las personas con trastorno obsesivo compulsivo pueden afrontar escenarios complejos ante el miedo de contagiarse del virus y tras la pandemia se han vuelto muy escrupulosas, aunque antes ya se les veía, pero no se les prestaba atención.

“Se subían al metro con guantes o a otro transporte público y agarraban con un pañuelo el tubo para sostenerse, pues este tipo de individuos tenían temor de contagiarse de cualquier enfermedad”, ejemplifica. Con la pandemia son todavía mucho más cuidadosos. “Todo el tiempo usan gel antibacterial y evitan tocar las cosas, y si lo hacen es con algo que las proteja; además no se permiten quitar el cubrebocas por este temor”, señala.

¿Cómo enfrentarlo?

Guerrero López afirma que no se tiene un tratamiento establecido para enfrentar esta situación, pero los especialistas de la salud mental deben evaluar, en primera instancia, hasta qué grado es el miedo que las personas tienen a contagiarse.

“Una de las formas de tratar el miedo, es la exposición a lo que te causa el temor; es enseñarle al paciente que hay la posibilidad del contagio y se le muestran estrategias de relajación, así como técnicas de respiración, para que pueda controlar la emoción intensa y desviar los pensamientos de miedo o cambiarlos por otros”, explica.

Añade que algo que ha ayudado mucho a los pacientes y que ha sido muy utilizado en tiempos de la Covid-19 es el mindfulness, herramienta que ocupa la atención plena del paciente “de estar en el aquí y ahora”, que ayuda a disminuir el temor al futuro o al futuro inmediato.

“Si un paciente experimenta miedo a la Covid grave y hay la posibilidad de que vuelva a tener el virus, en ese momento comienza a pensar: ‘¿cuántos días me faltan?’, ‘me voy a agravar’, ‘me voy a morir’, ‘no sé si iré al hospital’, etcétera, la mente genera puros escenarios negativos. Entonces, el mindfulness ayuda a tratar de estar centrado en el momento, sin estar imaginando situaciones que no existen”, concluye.

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