En Tiempo mexicano, la creatividad del lenguaje

El autor hizo suya la exigencia de dar cuenta de la riqueza de la lengua: Liliana Weinberg

Uno de los principales protagonistas de Tiempo mexicano y de toda la obra de Carlos Fuentes es el lenguaje, y si la trama misma del ensayo está siempre tejida por incontables discursos, el caso de este autor confirma sobradamente este fenómeno, dada la riqueza de registros, referencias, voces que lo atraviesan y confirman que en ese libro coexisten innumerables tiempos e inagotables Méxicos, afirmó Liliana Weinberg, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe.

A través de su obra, señaló, Fuentes hizo suya la exigencia de dar cuenta de la riqueza de la lengua y de las posibilidades creativas del lenguaje. Él mismo lo reconoció en más de una ocasión: “Mi razón de ser es mantener el lenguaje y el lenguaje es privado, mío, imaginativo, pero en el momento en que lo publico se vuelve público y con ello contribuimos los escritores a la sociedad”.

Durante su participación en la mesa redonda Tiempo Cultural, realizada en el marco de la VIII Edición de la Cátedra Interamericana Carlos Fuentes. Tiempo Mexicano: 50 Años Después, la universitaria aseveró: “Para el escritor no sólo se trata de mantener el lenguaje, sino además recrearlo gozosa y creativamente. El lenguaje también era para él una caja de herramientas para indagar la realidad y rehacerla de manera imaginativa”.

“Si su Tiempo mexicano contiene innumerables tiempos, su ejercicio de la lengua le permitió también traer al presente la escritura; convocar y reinterpretar los innumerables registros, las innumerables voces manifestaciones de la lengua”, puntualizó en el evento realizado de manera virtual.

Literatura universal

En su oportunidad, Hernán Lara Zavala, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, aseguró que Carlos Fuentes es un fenómeno literario no sólo de México sino de la literatura universal.

Refirió que en una entrevista que le hizo Elena Poniatowska al autor de La región más transparente, le preguntó ¿qué vas a ser de grande? ¿qué vas a hacer de tu vida? A lo que respondió: “Voy a inaugurar un nuevo tiempo, voy a sacudir a las buenas conciencias, voy a cambiar el statu quo, voy a jugármela, voy a ser escritor, voy a entrar a todas las casas, meterme en camas victorianas y virginales, cargar todas las culpas, voy a hacerle ver a mis contemporáneos y a sus hijos y a los hijos de sus hijos toda la corrupción y la hipocresía de la sociedad emanada de la Revolución Mexicana, rasgar todo el velamen, recorrer los paralelos y los meridianos de la Tierra, voy a atreverme a todo, voy a darle la vuelta a todos los cerebros, a la cintura de todas las mujeres”.

Es muy impresionante, indicó, que siendo un joven escritor ya tuviera esa ambición desmedida, y “creo que finalmente logró todo y con mucho éxito”.

Su carrera fue muy clara desde los inicios de su oficio, y esto se dio gracias a la combinación de una voluntad y disciplinas férreas, un enorme talento, una infraestructura que le dio la vida de poder conocer diferentes países, imaginación y una capacidad de trabajo extraordinaria. Estas cualidades las cultivó a lo largo de toda su prolífica, importante y versátil trayectoria, mencionó.

Georgina García Gutiérrez Vélez, investigadora del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas, consideró que Tiempo mexicano posee una actualidad que sorprende y alarma. “Si se analiza esta obra y se compara con la realidad actual resulta de una vigencia impresionante. El tino con el que Fuentes eligió temas pertinentes, problemas, hasta el tratamiento que les dio, logran que el libro se adelante al tiempo de su publicación”.

Las críticas, las denuncias de injusticias y abusos de poder contenidos en el texto, han cobrado fuerza en la medida en que no se corrigieron los errores que señala el autor, precisó.

“En el México autoritario de ese entonces hubo un auge en las letras, como si todos esos jóvenes escritores hubieran producido su obra a contrarreloj en un entorno a veces poco hospitalario por el nacionalismo oficial que era muy dogmático y persecutorio, y del cual Fuentes se expresó muchas veces porque él mismo tuvo una serie de ataques a su obra”, dijo.

La mesa fue moderada por Alexandra Saavedra, coordinadora de la Cátedra Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana, la cual se realizó de manera virtual y constó de tres mesas temáticas: Tiempo Histórico, Tiempo Político y Tiempo Cultural.

El evento fue organizado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Universidad Veracruzana y la Organización Universitaria Interamericana.

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