Equinoccio de primavera, acontecimiento universal

Ceremonias emblemáticas en Chichén Itzá, la Pirámide del Sol en Teotihuacan y Chalcatzingo

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Dos minutos antes de las cuatro de la tarde de ayer se presentó el equinoccio y con él llegó la primavera. “Se trata de un fenómeno universal que ocurre para toda la Tierra, lo único que cambia es la hora en cada país y se llama así porque, cuando sucede, la duración del día y la noche tiene un valor igual, es decir, de aproximadamente 12 horas”, señaló Daniel Flores Gutiérrez, académico del Instituto de Astronomía.

De hecho, hay muchas creencias en torno a este acontecimiento, lo cual se debe en parte a que nuestros antepasados tenían un interés especial en estudiar los movimientos del Sol y otros cuerpos de la bóveda celeste.

Para las culturas antiguas indicaba la llegada de los días de más calor, aunque en México este cambio no es tan radical como en otros países cercanos al Polo Norte. En latitudes arriba de 40 grados, después de una temporada de invierno con grandes nevadas, llegan los días de altas temperaturas que se dan a partir del equinoccio de primavera, con el que los árboles y plantas también empiezan a reverdecer, aclaró.

En nuestra nación, refirió, la asociación más emblemática entre el equinoccio y las culturas mesoamericanas se ubica en Chichén Itzá, Yucatán, en la escalinata sur de la pirámide conocida como El Castillo , aunque también puede observarse en la Pirámide del Sol en Teotihuacan o en el antiquísimo centro ceremonial Chalcatzingo.

El astrónomo explicó que gracias al conocimiento legado por las antiguas culturas hoy sabemos que el equinoccio es el instante en que el Sol cruza el ecuador celeste. En el caso de la primavera el llamado astro rey pasa del hemisferio sur al hemisferio norte. En septiembre cuando se vuelve a presentar este fenómeno, sucede lo contrario.

En torno al equinoccio de primavera han surgido diversas prácticas y creencias que si bien son respetables, en realidad no tienen un sustento científico. Por ejemplo, se dice que el Sol emite con mayor intensidad su energía hacia la Tierra, pero no es así. La radiación es la misma para todo el mundo y su intensidad es la misma, semanas antes y semanas después de la presencia de este fenómeno, mencionó.

Sin embargo, apuntó, todas estas creencias no tienen nada que ver con los cálculos que conocemos hoy en el campo de la física y astronomía sobre el movimiento del Sol, la Luna y las estrellas.

Flores Gutiérrez indicó que en esta ocasión el equinoccio coincide con la última superluna del año, es decir, cuando la luna llena ocurre muy próxima a la distancia mínima entre la Tierra y la Luna, y dijo que esto es común que suceda, pero en largos intervalos de tiempo, ya que se repetirá dentro de 18 años.

Lo cierto es que actualmente, gracias al conocimiento creado por el hombre a través de siglos tenemos la posibilidad de determinar instantes que solamente podemos conocer desde el punto de vista de la geometría de los movimientos orbitales de los cuerpos celestes, en este caso, de los cuerpos de nuestro Sistema Solar, resaltó.

Así, hoy podemos calcular cuándo ocurrirán equinoccios, solsticios o eclipses. Para nosotros debería ser un motivo de disfrute el poder apreciar estos fenómenos, concluyó.

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