Física y matemáticas aplicadas abren posibilidades de estudiar la salud de los ecosistemas

Esto puede cambiar por completo la forma de abordar los objetivos y la agenda del desarrollo en términos muy generales

Otro campo de análisis es sobre la crisis planetaria.

El estudio de los ecosistemas a través de la física y las matemáticas aplicadas está abriendo nuevos campos de investigación para descubrir, entre otras cosas, una nueva forma de entender la salud, afirmó el investigador Oliver López Corona, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM.

Al ofrecer la conferencia ¿Qué nos puede decir la física y las matemáticas aplicadas sobre la salud de los ecosistemas?, organizada por el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la UNAM, el académico universitario comentó que la apreciación de la naturaleza a través de la física ha arrojado resultados muy exitosos y potentes, acordes con la capacidad que se ha desarrollado, a lo largo del tiempo, para adquirir, procesar, almacenar y transmitir datos.

En la construcción de la física, apuntó, se ha creado una especie de dominios y escalas como la mecánica clásica, la escala relativista o la escala de la mecánica cuántica.

“Empezamos a darnos cuenta de que tenemos que expandir la idea de salud ecosistémica, pues eso nos llevó a tratar de analizar datos de objetivos del desarrollo sustentable, y lo que nos dio aquí la perspectiva fue entender qué es lo que hacen las interacciones entre diferentes objetivos de desarrollo.”

Agregó que el estudio de las interacciones y redes de un ecosistema desde el enfoque de la física puede cambiar por completo la forma de abordar los objetivos y la agenda del desarrollo en términos muy generales, que tienen que ver con el combate a la pobreza, el crecimiento sustentable o los índices de criminalidad, pero también permite el análisis de temas más específicos relacionados con la salud humana.

“Hemos estado trabajando con el ecosistema de la microbiota intestinal que tiene que ver con todo el conjunto de funciones importantes para el organismo, de hecho, hay un mecanismo de interacción entre la microbiota intestinal y el cerebro, en lo que llaman el eje intestino-cerebro.”

La física y las matemáticas aplicadas, añadió, han permitido medir la actividad eléctrica del cerebro y entonces hacer un análisis de redes para entender la antifragilidad de la microbiota intestinal como ecosistema y, al mismo tiempo, entender el funcionamiento del cerebro en su relación con la actividad eléctrica del corazón.

“También, nos hemos preguntado cómo cambian la salud del ecosistema bacteriano y esa interacción con el pensamiento de cerebro cuando cambiamos estilos de vida. Entonces esto ha sido bien interesante porque efectivamente lo que hemos visto es que las dietas, por ejemplo, tienen un impacto muy claro, en términos de la salud del ecosistema bacteriano y su funcionamiento.”

El investigador del IIMAS puntualizó que la salud humana se puede entender desde un análisis y una perspectiva de sistemas complejos, que permiten determinar, a través de la validación de datos, si una persona se encuentra sana.

Por otra parte, López Corona resaltó que otros de los campos en donde la aplicación de la física cuántica ha resultado de gran utilidad tiene que ver con el estudio de la crisis planetaria en términos de cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.

“De acuerdo con las mediciones que registran las variaciones y cambios de temperatura, se ha podido determinar que, en las últimas décadas, el planeta está perdiendo su capacidad de autorregulación por lo que se observa una mayor variabilidad climática que se expresa en lluvias torrenciales y la presencia de un mayor número de huracanes más intensos y las consecuentes inundaciones.”

Finalmente, el especialista consideró que es necesario proponer otra definición de ecosistema, en la que se reconozcan con toda claridad los nuevos conceptos desde la óptica de la física y la matemática cuántica, con especial énfasis en el estudio de las ciudades como ecosistemas urbanos y, a partir de ahí, plantear respuestas específicas.

También podría gustarte