Forjar pumas desde cachorros

Olivia Ángeles Hernández, exalumna de la generación 64-69 de Iniciación Universitaria de la UNAM

“Esta generación nos unió y creó un grupo extraordinario, en el que encontramos abrigo; quienes formamos parte de él hasta la fecha nos frecuentamos. Es como si entráramos a una máquina del tiempo y pudiéramos retroceder a esos ayeres que vivimos en este edificio del Antiguo Colegio de San Ildefonso, que pisamos por primera vez para ser cachorros y terminamos siendo pumas.

Soy psicóloga y amo mi profesión, pero llegué un poco atrasada a ella, porque también quería ser arquitecta, y la puerta la abrió Iniciación Universitaria de la Preparatoria 2.

Mi vida es otra a partir de que entré a la Preparatoria porque encontré el mundo del conocimiento, de la amistad, de la honestidad, del cariño, de la pedagogía y del amor a los demás; también tuvimos maestros extraordinarios que nos amaban y, como dice Paulo Freire: nos hicieron sus competidores a través del conocimiento.

A los estudiantes que recién ingresaron les digo que Iniciación Universitaria les pone el mundo a sus pies. Por ejemplo, nosotros tenemos al primer astronauta de México: Rodolfo Neri Vela, es el primer hombre que salió de esta nación a la estratósfera y que conoce el espacio; él se formó en este programa de la UNAM”.

Conrado Reyes Molina, presidente de la Asociación de Exalumnos de la generación 64-69 de la Preparatoria 2

“Soy ingeniero civil y tuve la oportunidad de hacer algunas especialidades en geohidrología, soy Geohidrólogo de mayor desarrollo. Esto me ha permitido participar en proyectos muy importantes en el avance del país.

La Escuela Nacional Preparatoria, particularmente Iniciación Universitaria, nos marcó en nuestra vida profesional, universitaria y social.

Nos tocó presenciar varios momentos trascendentes, como el cambio de rectoría del doctor Ignacio Chávez, de una manera muy violenta, y el movimiento de 1968, en el que muchos de nosotros participamos de diferentes maneras.

Respecto al movimiento de 1968, en varias ocasiones participamos invitando gente a las manifestaciones. Recuerdo que gritábamos “únete pueblo”, que era una parte de lo que se gritaba. Andábamos por todos lados y nos correteaban miembros de lo que era en ese entonces la Policía Vial.

Juan Voutssas, socio fundador de la Asociación de Exalumnos y miembro de la generación 64-69

“Soy ingeniero mecánico, electricista de título, pero me especialicé en sistemas.

En ese entonces ser maestro de la Escuela Nacional Preparatoria era un prestigio; políticos y científicos daban clase y para ellos era un plus o un bonus profesional.

Ser universitario, desde entonces, ya se marcaba como ser parte de una élite.

La universidad no sólo fueron las clases en las aulas, pues poco a poco nos fueron formando como personas, individuos, entes sociales y académicos.

Soy investigador en la UNAM y profesor en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información desde hace más de 40 años; es una forma de retribuir lo que a mí me dieron”.

Roberto Guevara Yáñez, actual secretario del Consejo de la Asociación de la Escuela Nacional Preparatoria Generación 64-69

“La Escuela Nacional Preparatoria es una institución de alta excelencia, para que tú entraras a Iniciación Universitaria debías tener un promedio de diez.

La importancia y la trascendencia de que este modelo siga es que, a mi parecer, tuvo una visión enormemente futurista y fue un parteaguas dentro de nuestro México; considero que las generaciones que se han formando en este modelo han trascendido en todos los ámbitos.

Soy químico de formación, con maestría y doctorado en genética humana. Fui de los primeros en trabajar la genética molecular en México y logré que mi laboratorio obtuviera una certificación ISO de alcance internacional. Gracias a esta formación, tuve la oportunidad de hacer estudios de posgrado en distintas partes del mundo.

Silvia Teresa Lizarraga, exalumna de la generación 64-69 de Iniciación Universitaria de la UNAM

“Iniciación Universitaria marcó toda mi vida. En la UNAM estudié la secundaria, la preparatoria y la universidad, posteriormente laboré en empresas privadas y después comencé a trabajar en la Facultad de Psicología.

Hubo muchos maestros y compañeros que marcaron mi paso por la preparatoria; uno de ellos fue Raúl Jardón, porque me invitó a escribir en el periódico de la escuela. Recuerdo que tenía 15 años, no sabía ni escribir, pero fue fabuloso todo lo que aprendí; es importante el contacto humano con gente tan valiosa”.

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