Formalmente democráticos, no todos los comicios son legítimos

A final de cuentas, las normas se adecuan en función de intereses políticos y personales muy particulares, y las tendencias autoritarias prevalecen: Cristina Rosas, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Este año que comienza, en 76 países, 4,200 millones de personas (poco más de la mitad de la población mundial, la cual está compuesta por 8,100 millones de seres humanos) participarán en elecciones presidenciales o legislativas, o en ambas.

Habrá comicios en Finlandia, El Salvador, Indonesia, Senegal, Rusia, Panamá, República Dominicana, México, Ucrania, Mauritania, Ruanda, Mozambique, Uruguay, Estados Unidos, Namibia, Egipto, Eslovaquia, Ghana, Venezuela, por nombrar algunos.

“En la Unión Europea se elegirán, en un ejercicio democrático verdaderamente pasmoso, 720 parlamentarios a lo largo de cuatro días, del 6 al 9 de junio”, dice Cristina Rosas González, académica del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

¿La mejor del mundo?

Si bien es cierto que este año se celebrarán más de 70 procesos formalmente democráticos, no todos pueden ser calificados como genuinamente democráticos.

“Gobernantes como Vladímir Putin en Rusia, Nayib Bukele en El Salvador o Paul Kagame en Ruanda modificaron la Constitución de sus respectivos países para ser reelectos como presidentes. Y en relación con Estados Unidos, hay que destacar un par de cosas. Primero, en esta nación que nos vende la idea de que su democracia es la mejor del mundo, la gente no elige a su presidente; allá, el proceso de elección presidencial es indirecto; es decir, el próximo 5 de noviembre, su población votará por un Colegio Electoral que elegirá al presidente; es más, ha habido veces que un candidato gana el voto popular, pero no el del Colegio Electoral. Y segundo, en las elecciones del año 2020 incluso el presidente Donald Trump quiso desoír los resultados y desconocer a las instituciones. En pocas palabras, en naciones que presumen tener un sistema democrático ejemplar, la democracia se encuentra francamente debilitada. A final de cuentas, las normas se adecuan en función de intereses políticos y personales muy particulares, y las tendencias autoritarias prevalecen. En todo el mundo vivimos una crisis de las instituciones que sin duda impactará en los ejercicios electorales que presenciaremos en 2024”, apunta Rosas González.

El Salvador, Rusia y Ucrania

Debido a que en Centroamérica también se generan grandes migraciones de personas que buscan llegar a Estados Unidos para alcanzar el “sueño americano”, y hay redes de la delincuencia organizada vinculadas a las nuestras, las elecciones que se llevarán a cabo en El Salvador el próximo 4 de febrero cobran una importancia especial para México.

“Si gana Bukele y ejerce la presidencia por segunda vez, ¿mantendrá su política de contención de la delincuencia organizada y, por lo tanto, seguirá llenando las prisiones de criminales? Y no olvidemos que Bernardo Arévalo, que fue electo democráticamente, acaba de asumir el poder en Guatemala en medio de una grave crisis política desatada por algunas fuerzas que hicieron todo lo posible para desbarrancarlo. ¿Cómo maniobrará?”

Asimismo, en opinión de la académica universitaria, habrá que observar con atención lo que suceda en Rusia durante las próximas elecciones presidenciales, las cuales se realizarán a lo largo de tres días, del 15 al 17 de marzo.

“En 2021 se decidió que las elecciones legislativas en Rusia duraran tres días por la pandemia de la Covid-19, porque no se quería que la gente se juntara demasiado en torno a los lugares de votación. En ese momento, la medida estuvo justificada. Pero ahora la oposición alega que tres días de elecciones pueden darle tiempo a Putin para que cometa fraude”, añade.

Por lo que se refiere a Ucrania, también debería tener elecciones este año, pero el presidente Volodímir Zelenski ha dicho que, a consecuencia de la guerra con Rusia, no hay condiciones para efectuarlas.

“De acuerdo. Pero debemos recordar que Ucrania se encuentra en una situación bastante precaria. El apoyo de Occidente a Zelenski, a su lucha contra Rusia, parece que está mermando. Incluso, en el Congreso de Estados Unidos, los republicanos le dijeron recientemente al presidente Joe Biden que, si no endurece las políticas migratorias contra México, ellos no votarán a favor de la asistencia militar y económica para Ucrania. Y como también habrá elecciones en el Parlamento Europeo, yo no sé hasta qué punto este ejercicio democrático hará que la Unión Europea fije su atención en temas domésticos y reduzca, de algún modo, su apoyo a Ucrania. Es evidente que el futuro de Ucrania depende mucho del apoyo de Occidente; sin embargo, éste ha empezado a flaquear”, indica Rosas González.

México

Nuestro país tendrá, el próximo 2 de junio, una elección presidencial inédita, porque por primera vez en la historia se elegirá a una mujer como presidenta de nuestra nación. Además, según el padrón electoral del Instituto Nacional Electoral (INE) será la ocasión en que más mexicanos podrán votar, porque la población ha aumentado desde la elección anterior.

“No obstante, en México todavía votamos por una figura, por una persona, no por un plan de gobierno. Hasta donde he visto, las dos precandidatas punteras se han descalificado mutuamente y han hablado de temas que no emanan de un plan de gobierno estructurado. Todavía nos falta madurar desde el punto de vista electoral, analizar las plataformas de los candidatos o candidatas, y a partir de ahí tomar una decisión más informada, porque, repito, hoy por hoy votamos por una figura, por una persona, no por un plan de gobierno”, señala Rosas González.

Fake news, crackers y hackers

Las noticias falsas (fake news) abundan hoy en día en los medios de comunicación y las redes sociales, y pueden desempeñar un papel determinante en las elecciones de este año. Por eso, en opinión de la académica, es necesario que la ciudadanía se alfabetice en términos digitales para estar en condiciones de discriminar las noticias verdaderas de aquéllas que no lo son.

“El tema de las noticias falsas es preocupante porque cualquier persona con un teléfono celular o una computadora tiene la capacidad de difundir, por medio de las redes sociales, algo que no es veraz y que puede marcar tendencia y desinformar. Durante la pandemia de la Covid-19, la divulgación de noticias falsas se potenció de manera exponencial y ahora que lo más feo de dicha pandemia terminó, porque todavía no se ha ido del todo, la desinformación sigue. Así que hay que combatir el analfabetismo digital y aprender a descartar la información falsa en aras de la información de calidad.”

Por otro lado, ante las elecciones que se avecinan, no se puede subestimar a los crackers y hackers que trabajan bajo las órdenes de algunos gobiernos precisamente para manipular los resultados electorales.

“Hace un rato mencioné a Vladímir Putin como uno de los gobernantes que modificó la Constitución de su país para volver a figurar en las boletas como candidato presidencial. Pero también sabemos que su régimen se ha entrometido en los procesos electorales de Cataluña y Estados Unidos, por lo menos, para favorecer el arribo al poder de personajes que pudieran ser menos hostiles con él. Naciones con capacidades ciberbélicas y ciberdelincuenciales muy desarrolladas, como Rusia y China, entienden que, mediante ciberoperaciones de desinformación, pueden alterar los resultados de procesos electorales a favor de sus intereses”, finaliza Rosas González.

Cristina Rosas. Foto: Archivo Gaceta UNAM.

Con el 40.1 % de los votos emitidos, el pasado 13 de enero, en medio de una gran tensión, el actual vicepresidente y candidato por el oficialista Partido Progresista Democrático (PPD), Lai Ching-te, se impuso en las elecciones presidenciales de Taiwán a Hou Yu-ih, del Kuomintang (KMT), un partido nacionalista con una postura más colaborativa con el gobierno central de la República Popular China.

Sobre este caso, la académica de la UNAM comenta: “El PPD, en el poder desde 2016, es un partido soberanista que rechaza la unificación con la República Popular China y que ha endurecido su postura frente a Pekín. Antes de las elecciones, yo consideraba que, ganara quien ganara, la situación en Taiwán sería difícil. De haber triunfado el Kuomintang, habría habido un mayor acercamiento entre Taiwán y la República Popular China, lo cual no hubiera beneficiado a Estados Unidos. Pero ahora que se ha ratificado la permanencia en el poder del PPD es posible que la hostilidad del gobierno de Taiwán hacia Pekín crezca, lo cual también puede resultar problemático para Estados Unidos y el resto del mundo. Y el planeta no necesita más conflictos. Son más que suficientes los de Ucrania, Yemen, Sudán y, ahora, el de Israel con Hamás en la Franja de Gaza. Con todo, yo no veo que Pekín se vaya a quedar cruzado de brazos si el nuevo gobierno taiwanés asume una postura de independencia, de separatismo o de soberanismo más exacerbada con respecto a la República Popular China. Así que habrá que estar atentos a lo que ocurra en esa parte del orbe.”

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