Generación de empleos, salarios e inclusión, pendientes para la recuperación nacional

Última jornada del Diálogo Nacional por un México Social. Reconstrucción para el Desarrollo

Saúl Escobar, Norma Samaniego, Karina Videgain, Enrique del Val y Jesuswaldo Martínez. Foto: cortesía Álvaro Saavedra.

Para superar los rezagos derivados de la pandemia que aún no termina, México debe pasar a una estrategia de generación de empleos de calidad e inclusión, priorizando aquellos trabajos con valor agregado, fomentar una mayor inclusión de las mujeres y apostar por un Ingreso Ciudadano Universal (ICU), coincidieron especialistas durante la última jornada de trabajo del 15º Diálogo Nacional por un México Social. Reconstrucción para el Desarrollo.

Durante el encuentro, realizado en el Auditorio Jesús Silva Herzog, del Posgrado de Economía, los economistas Norma Samaniego Breach, Enrique del Val, Saúl Escobar y Jesuswaldo Martínez Soria reflexionaron sobre los problemas que enfrenta la economía nacional y propusieron acciones para un futuro mejor para los mexicanos.

Samaniego Breach, investigadora del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo y miembro del Comité Asesor del Programa Universitario de Estudios de Desarrollo (PUED), destacó que nuestra nación ha pasado por dos crisis económicas, lo que plantea hacerse cargo de muchos de los rezagos históricos acumulados, revisar de manera seria la senda del desarrollo del país, el papel de México en el mundo y encarar los desafíos que enfrentamos en los distintos ámbitos.

Estimó que la nación requiere una inserción distinta en los mercados mundiales, pues el modelo de maquila o ensamblaje es altamente vulnerable con los cambios tecnológicos y se debe trabajar en mejorar los salarios mínimos.

Al hacer uso de la palabra, Enrique del Val Blanco, coordinador general de Planeación y Simplificación de la Gestión Institucional de la UNAM, destacó que su propuesta de un Ingreso Ciudadano Universal (ICU) poco a poco cobra más forma y fuerza, pues implica un ingreso pagado por el Estado como derecho ciudadano a cada miembro residente de la sociedad, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de ingreso y sin importar con quién conviva.

Esta iniciativa difiere del asistencialismo por su carácter general; es diferente a los programas convencionales de combate a la pobreza; mejoraría el ingreso real de las personas y su nivel de vida; abatiría la trampa de la pobreza gracias a su incondicionalidad; no afectaría la dignidad de las personas, al no tener que declarar su situación económica; reduciría el paternalismo gubernamental, la burocracia y el manejo electoral, y su implementación sería por etapas, detalló el también presidente de la Asociación de Exalumnos de la Facultad de Economía.

Estimó que si el ICU otorgara recursos equivalentes a la línea de pobreza extrema a la población total de México (126 millones de personas) implicaría invertir el 36 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación y el 9.7 del PIB. Actualmente, el programa de Pensión para el Bienestar de Adultos Mayores lo reciben 9.9 millones de personas, es decir, casi 10 millones de individuos tienen recursos bimestrales, que representan el 1.1 por ciento del PIB.

Saúl Escobar Toledo, profesor de Historia y Economía, detalló que según registros del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social el crecimiento de la pobreza laboral es evidente en 2020 y, hasta el momento, no se ha recuperado plenamente el nivel de generación de empleos que se tenía antes de la pandemia. Sin embargo, las personas dejaron de percibir su ingreso, pero después los recuperaron y esto se debe a que tuvieron que vender parte de su patrimonio, endeudarse o reducir su consumo en bienes básicos.

Al hablar del empleo, dijo, se debe hablar de la “brecha laboral” que incluye a la población en desocupación abierta, la población no activa disponible y los subocupados, que en el tercer trimestre de 2020 se elevó a 22.4 millones de personas.

Finalmente, Jesuswaldo Martínez Soria, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, destacó que nos encontramos en un entorno de crisis y débil recuperación, con bajo nivel de inversiones privadas y públicas y un alto grado de incertidumbre que no logra disiparse, lo que lleva a un escenario con expectativas de crecimiento insuficiente para mantener altos los niveles de inversión extranjera directa para la creación de empleos, y sigue pendiente una reforma profunda del sistema que logre corregir las limitaciones actuales para garantizar la satisfacción de los derechos sociales y laborales en el largo plazo.

El encuentro fue moderado por Karina Videgain, especialista del PUED.

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