“Hay vulnerabilidad política y social en América Latina”

Simposio: El regionalismo latinoamericano frente al nuevo ciclo de izquierda: ¿crisis o relanzamiento?

El profesor de la UNAM. Foto: Francisco Parra.

América Latina enfrenta hoy problemas económicos complejos y los países registran una mayor vulnerabilidad política y social, por lo que es necesario retomar los esfuerzos para una integración regional, como un tema prioritario de seguridad global, afirmó el profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Alfonso Sánchez Mugica.

En el Simposio El regionalismo latinoamericano frente al nuevo ciclo de izquierda: ¿crisis o relanzamiento?, durante el Panel Una visión general del regionalismo en América Latina, Sánchez Mugica destacó que después de la pandemia se han complicado los escenarios económicos para los países de la región.

Se observa, dijo, un proceso de desindustrialización, cada vez hay más dependencia del sector primario y hay un aumento exponencial en la extracción de recursos naturales por parte de grandes trasnacionales, que beneficia a los mercados internacionales, pero sobre todo al chino.

“Hay movimientos sociales explosivos y problemas económicos que la primera marea rosa no resolvió del todo, además del grave problema de la migración y de la polarización de la riqueza, como factores de riesgos para la seguridad local regional, pero también global.”

En su ponencia Orden latinoamericano frente al orden mundial: tendencias y retos, el universitario consideró que hoy en día tenemos una diplomacia complicada a la que le cuesta operar y reestablecer lazos de cooperación regional debido a la guerra económica, tecnológica y de apropiación de recursos.

En el caso de México, hay una interdependencia con América del Norte y en particular con Estados Unidos, la cual se acentúa cuando se presentan conflictos comerciales de gran escala como la controversia del litio frente a China en donde nuestra nación reafirma dicha pertenencia a esa región del norte y alejada de Latinoamérica.

Por su parte, la profesora de la Universidad de los Andes en Venezuela e investigadora del Instituto de Integración Latinoamericana en la Universidad de La Plata, Argentina, Rita Giacalone, en su conferencia ¿Es posible una visión general del regionalismo en América Latina?, indicó que en su momento, la coyuntura global en torno al comercio y otra coyuntura hemisférica de seguridad laxa, por parte de Estados Unidos, hicieron posible crear un foro político regional durante un ciclo ideológico de izquierda, pero el fin de esas coyunturas y ese ciclo se combinaron también para hacerlo desaparecer.

“Después de la crisis del regionalismo que se vivió a finales del siglo pasado por falta de voluntad política y debilidades institucionales, hoy han cambiado los actores, el contexto y las características de los acuerdos, pero el relanzamiento de un proyecto de integración regional en América Latina, aun con gobiernos de izquierda, es poco probable si no se hacen esfuerzos para compatibilizar las distintas visiones”, señaló.

Desafíos globales

En su turno, el profesor de la Universidad de Estocolmo, en Suecia, Andrés Rivarola Puntigliano, durante su ponencia Disyuntivas Latinoamericanas: izquierda, derecha y regionalismo ante nuevos desafíos globales, aclaró que aun con el retorno de nuevos gobiernos de izquierda, a la iniciativa sobre un posible relanzamiento de un proyecto de integración latinoamericana, le sigue faltando claridad en sus alcances y objetivos, pero sobre todo le falta el respaldo popular y no termina de entusiasmar.

Destacó que en el contexto de globalización que se enfrenta, la integración ya no sólo depende de los latinoamericanos, sino también de movimientos externos que están empujando proyectos mucho más amplios y ambiciosos.

“Si los latinoamericanos no toman la iniciativa, otros la harán por ellos, y eso es lo que estamos viendo en el caso de América del Norte, en donde Estados Unidos está liderando procesos de integración en América del Norte y esto se puede ir extendiendo aún más hacia otros lugares de América Latina.”

Enfatizó que lo mismo ocurre con Europa que está interesada en el acuerdo con el Mercosur y que pueda generar procesos en América Latina. Esto puede ser positivo en varios aspectos del comercio y el desarrollo, pero también hay efectos negativos porque los latinoamericanos no van a poder definir los procesos de integración para el lado que más les convenga.

Algunos de esos intereses tienen que ver con la industrialización, con el desarrollo del control de los recursos y en qué forma los latinoamericanos quieren insertarse en las redes globales de comercio, el control de las cadenas de producción y de consumo, sobre todo en los recursos naturales, concluyó.

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