A 500 años de su llegada a Mesoamérica

Hernán Cortés, ni héroe ni antihéroe

Su legado, la visión de que América tenía el potencial para convertirse en un puente para alcanzar nuevos mercados y riquezas

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Más allá de ser genocida, ladrón, redentor de almas o héroe, Hernán Cortés fue sólo un hombre que supo aprovechar las oportunidades que tuvo a su alcance y que lo llevaron a ser alguien que no pasó ignorado en la historia tanto de México como de España, consideraron expertos en el coloquio 500 Años del Desembarco de Hernán Cortés 1519-2019.

Reunidos en el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl), especialistas en historia y en ciencias jurídicas y literatura, reconocieron que el legado de Cortés fue su visión de que América tenía el potencial de ser un puente para alcanzar nuevos mercados y riquezas.

Ana Luisa Izquierdo y de la Cueva, del Centro de Estudios Mayas, detalló que para legitimar las acciones emprendidas en la Nueva España, Cortés empleó la jurisprudencia castellana, particularmente refugiándose en las lagunas presentes en el orden legal de Castilla, movido por la búsqueda de grandeza y satisfacción de su codicia.

“Debemos pensar en Cortés no como un héroe o antihéroe, sino como una persona que para lograr sus objetivos no le importó recurrir a la ilicitud. Esto es un trabajo complejo, por lo que impulsó la guerra justa y fundación de municipios, estrategias que fueron clave en la Conquista y formación de la Nueva España en 1519”, destacó la experta del IIFl.

Ejemplo de ello es que según los reyes católicos (Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla), quienes tenían la concesión pontificia de descubrir nuevas tierras y poblarlas, se podía venir al nuevo mundo siempre y cuando se siguieran las normas de derecho vigentes, reglas bien conocidas por Cortés, quien tuvo contacto con ellas en Salamanca, donde además aprendió latín y derecho castellano.

Se sabe que obtuvo el grado de bachiller a los 16 años, tema también muy polémico pues se duda de la documentación, y posteriormente comenzó a trabajar con notarios, en litigios. A los 19 años Cortés ya estaba en Las Antillas, donde inició su labor como funcionario público y fue nombrado juez durante la pacificación de Cuba. A él le tocó pregonar las leyes de Burgos-Valladolid y reglamentos en Cuba. No se sabe si lo hizo, pero por su posición le tocaba hacerlo, detalló la investigadora.

Reunidos en el Auditorio del IIFl, Ana Luisa Izquierdo añadió que Cortés llegó a tierra firme con instrucciones políticas, morales y religiosas, además de facultades para ejercer jurisdicción militar, civil y criminal, lo que le permitía gobernar a su hueste, dejándolo ejercer todo a su criterio y responsabilidad.

Manuel González Oropeza, de la Facultad de Derecho, agregó que el objetivo que se le asignó a Cortés era ampliar la fe católica, socorrer a la armada de Juan de Grijalva, rescatar náufragos, apaciguar a los que derrotaron a Grijalva y rescatar valores (oro, piedras preciosas, etcétera), lo que no justificaba las acciones que realizó: fundar, poblar y conquistar.

“Todas las violaciones que Cortés hizo o pudo haber hecho a las instrucciones de Diego Velázquez fueron subsanadas, posteriormente, por la seducción a Carlos V y I de España, pues cuando Cortés le detalla el valor del proceso, alimenta la codicia de aquél al soslayarle que a partir de aquí podría descubrir y conquistar el Océano Pacífico y que puede obtener el título de Emperador del Mundo, sugiere que se le podría perdonar cualquier pecadillo cometido en el camino” precisó González Oropeza.

Ascensión Hernández Triviño, de la Facultad de Filosofía y Letras, coincidió en que fue justamente esta visión y las expediciones que emprendió Cortés hacia las costas de Acapulco, principalmente, las que le permitieron llegar a obtener el título de Marqués que tanto anhelaba.

La noticia del viaje de Cortés fue motivo de una publicación en Barcelona, España, como un folleto que es “copia de una carta venida de Sevilla a Miguel Salvador de Valencia”, la cual narra la aventura del descubrimiento que termina así: “Y los de México están muy ufanos con su descubrimiento que tienen entendido que serán ellos el corazón del mundo”. Exageración o no, así fue como la Nueva España se convirtió en un centro de poder en expansión hacia las tierras del norte del continente americano y contribuyó grandemente al cambio que produjo en la geopolítica del Renacimiento, explicó la lingüista miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

Mario Humberto Ruz, director del IIFl, y María Eugenia del Valle Prieto, titular de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, agradecieron a los conferenciantes que participaron en el encuentro –que se efectuó también en el INAH–, pues mostró no sólo el lado de los vencidos, sino también el momento histórico por el que pasaban los vencedores, tanto en la península Ibérica como en Mesoamérica.

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