“La segmentación en salud, ineficaz”

El presupuesto destinado a ese rubro se asigna de manera inercial y no da prioridad a los problemas esenciales, afirma

Se tienen que aumentar los recursos dirigidos a dicho sector.
En México debemos transitar hacia un sistema universal de salud en el que se reconozca que la segmentación es muy ineficaz, altamente costosa desde la perspectiva administrativa, genera un caos presupuestario con baja rendición de cuentas, y se traduce en servicios de mala calidad. Llegó el momento de una gran reforma en el tema, afirmaron en la UNAM especialistas.

Además, el presupuesto destinado a la atención de la salud en México tiene un déficit crónico y contribuye a profundizar la desigualdad y la injusticia, y en la medida que se siga posponiendo una modificación al esquema básico de ese sistema, se seguirán reproduciendo tales desigualdades y las carencias de acceso a esos servicios, añadieron en el Seminario sobre Medicina y Salud.

En el encuentro con el tema Análisis y reflexión sobre el sistema de salud en México, organizado por la Facultad de Medicina (FM), el exrector de la UNAM, José Narro Robles, opinó que el presupuesto destinado a ese rubro se asigna de manera inercial, no da prioridad a los problemas esenciales y no se ha ajustado a las nuevas realidades demográfica y epidemiológica. Por lo tanto, “debe incrementarse anualmente de forma sostenida”.

El también exsecretario de Salud añadió que ese sistema se caracteriza por su cobertura parcial, duplicaciones y carencias marcadas: “su financiamiento es mixto, público y privado, con énfasis en los servicios personales y curativos; muy heterogéneo en su calidad, inequitativo e inercial”, entre otros factores.

Narro recalcó que el país ha cambiado: hoy en día cuenta con 80 millones más de habitantes que hace 50 años y es más urbano. Además, ha habido una transición epidemiológica: de 1980 a 2020, mientras la población creció 1.9 veces, las defunciones por enfermedades cerebrovasculares aumentaron 2.4, por padecimientos del hígado 2.8, por homicidios 3, por tumores 3.4, por afecciones cardiovasculares 5.9 y por diabetes 10.3 veces.

En el Auditorio Dr. Alberto Guevara Rojas de la FM, el universitario advirtió que se tienen que aumentar los recursos destinados a ese sector, “y si se hace gradualmente, deberá ser de por lo menos 0.3 puntos del producto interno bruto (PIB) durante 10 años: es totalmente viable”, al igual que cambiar la manera en la que se asignan los recursos.

Se deben definir prioridades y apoyarlas presupuestalmente, concluyó Narro: prevención, educación para la salud, detección temprana de riesgos y enfermedades. Además se requiere un primer nivel de atención fortalecido (medicina familiar) y generar estímulos para alcanzar metas.

Posible, su unificación

Santiago Levy Algazi, investigador de Brookings Institution y exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló que la arquitectura de salud en México está segmentada, al igual que su financiamiento. Pero es posible una unificación. “Todos los obstáculos técnicos, administrativos, laborales, jurídicos y presupuestarios para crear un sistema universal de salud son superables”.

El principal inconveniente para lograrlo, abundó, es pensar que “las cosas son como son”. Desde hace 80 años arrastramos una segmentación que ha sido un lastre para el desarrollo de los servicios de salud en el país; actualmente, nuestro gran reto es “imaginar que las cosas pueden ser diferentes y mejores”.

Se debe transitar de la salud como un derecho del trabajo asalariado en el caso de quienes laboran formalmente, a uno ciudadano. Para ello, propuso un financiamiento 100 por ciento federal, y que la Secretaría respectiva tenga la rectoría y el control efectivo sobre los recursos de la salud pública en el país.

En esta propuesta se desprenderían todas las áreas médicas del IMSS, incluyendo la infraestructura, para crear el Instituto Mexicano de Servicios de Salud, que sería una instancia descentralizada de la Secretaría respectiva, detalló en su intervención a distancia.

La Secretaría de Salud sería la responsable de la provisión de servicios para todas las personas y de la administración de recursos que se transfieran a los estados, siempre con carácter federal. Esto implica convertir al IMSS en lo que debió haber sido desde 1943: la institución de seguro social de todos los mexicanos, y una entidad aseguradora de riesgos de longevidad, invalidez, muerte o accidentes de trabajo, e idealmente de desempleo; pero no un prestador de servicios médicos. Lograrlo tendría un costo viable del 2 % del PIB, concluyó Levy.

Al comentar las ponencias, Enrique Provencio Durazo, coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, dijo que desde hace mucho tiempo se ha planteado la necesidad de avanzar hacia un sistema universal de salud, integrado, de acceso efectivo, oportuno, gratuito, con servicios de calidad.

Eso, porque la consecuencia de prolongar el sistema segmentado de salud ligado a la condición laboral es que “seguiremos castigando a la población pobre”. Hasta ahora se ha reproducido la exclusión con consecuencias muy ingratas: no sólo en el aumento de patologías, sino también en la pérdida de calidad y condición de vida de la población, opinó.

Por último, Arely Sánchez Negrete, exsecretaria de Salud del Estado de Puebla, mencionó que la falta de financiamiento, por un lado, y la ineficacia manifestada en la aplicación de los recursos disponibles, por el otro, impactan de manera determinante en los malos resultados de la actual administración en la materia.

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