Investigador de Biotecnología, a la Academia de Ciencias de AL

Reconocimiento a su labor en favor de la ciencia de alto nivel

Foto: archivo Gaceta UNAM.
Foto: archivo Gaceta UNAM.

Por su actividad científica de alto nivel, sus aportes orientados al progreso de la ciencia y la integración de la región mediante la cooperación en este ámbito, Mario Enrique Zurita Ortega, integrante del Instituto de Biotecnología, ingresó a la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).

La misión de la agrupación es contribuir y promover el avance de las ciencias matemáticas, físicas, químicas, de la vida y de la Tierra, y sus aplicaciones en beneficio del desarrollo y de la integración humana, cultural y social de América Latina y el Caribe.

El propósito de la ACAL, explicó Mario Zurita, es difundir la ciencia, establecer colaboraciones y ser un punto de referencia para el crecimiento científico de la región mediante la congregación de especialistas que han hecho aportaciones importantes al conocimiento.

Para ingresar, el universitario fue propuesto por Edward De Robertis, experto mundial en biología del desarrollo, de la Universidad de California, Los Ángeles, Estados Unidos, y por Pablo Wappner, del Instituto Leloir, en Buenos Aires, Argentina.

Su participación consistirá en impulsar a este organismo, detectar a investigadores en el país que divulguen la indagación científica, establecer colaboraciones y el intercambio de estudiantes, además de ofrecer pláticas y seminarios.

Mosca de la fruta y cáncer

Zurita Ortega, también ganador del Howard Hughes Medical Institute International Research Scholar (2002-2006) y expresidente de la Sociedad Latinoamericana de Biología del Desarrollo, estudia a la mosca de la fruta, en aspectos de regulación de genes durante el crecimiento.

“En laboratorio hemos contribuido en entender cómo algunos factores intervienen en la modulación de la expresión genética en diferentes momentos del desarrollo de Drosophila melanogaster, a nivel genético y epigenético.”

A partir de las experiencias con la mosca de la fruta, desde hace cinco años decidió enfocarse en el cáncer humano, “porque muchos de los factores con los que trabajamos en estos organismos también están presentes en las personas, y tienen un papel importante para la cura o la generación de este padecimiento”, dijo.

Usando este modelo animal, el universitario y su equipo indagan la regulación de la expresión de los genes en el desarrollo, la regulación en células cancerosas y cómo atacar la enfermedad. “Tenemos un proyecto de búsqueda de fármacos nuevos que exterminen de manera preferencial a las células cancerosas. Queremos saber cómo responden y cómo se defienden, y cómo su mecanismo de respuesta potencia la malignidad y el cáncer se hace más agresivo; este aspecto es esencial porque se relaciona con la resistencia a los fármacos”.

Respecto a su ingreso a la Academia, remarcó que es un reconocimiento a su trabajo y a su grupo, conformado por alumnos e investigadoras asociadas, así como a su labor como impulsor de la ciencia en la región.

“La Academia se siente muy complacida por su elección porque, además de la satisfacción que nos produce la posibilidad de hacerle este justo reconocimiento académico, confiamos que su participación será muy valiosa para el logro de los fines mencionados”, se lee en la carta de aceptación firmada por su presidente, Claudio Bifano, y por el canciller Rafael Apitz-Castro.

Su primer actividad será asistir al simposio de celebración de los 150 años de la Academia Argentina de Ciencias.

Fue creada en 1982 por un grupo de científicos de la región, en memoria de Simón Bolívar. En 1983 estableció su sede permanente en Caracas, Venezuela, año del bicentenario del nacimiento del libertador. Con ese propósito, desarrolla programas de cooperación que comprenden la divulgación de eventos científicos, evaluación permanente del potencial de investigación de América Latina y el Caribe, intercambio de investigadores y estudiantes, transferencia de conocimientos y formación de redes regionales de investigación.

También fomenta y realiza estudios de política científica y promueve el interés por la ciencia en los diferentes niveles educativos y entre la población.

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