Islas de plástico, un triste y preocupante paisaje
Contienen bisfenoles y ftalatos, dos compuestos que contaminan mar y aire
No son una, ni dos, sino al menos siete grandes islas de plástico las que entristecen el paisaje de los mares, son un gran problema de contaminación y una amenaza para la humanidad y la vida en general.
Este gran problema de contaminación mundial es abordado en el artículo “How microplastic components influence the immune system and impact on children health: focus on cancer”, publicado recientemente (Birth Defects Res. 2020 Aug 6. doi: 10.1002/bdr2.1779) y cuyos autores son Mariana Segovia Mendoza, Karen E. Nava Castro, Margarita I. Palacios Arreola, Claudia Garay Canales y Jorge Morales Montor.
La mayor isla de plástico, ubicada en el Pacífico norte, a unos mil kilómetros de Hawai, contiene mil 800 millones de piezas de plástico. Pesa unas 80 mil toneladas y tiene un área aproximada de 1,6 millones de kilómetros cuadrados.
Es la mayor pero no la única, dice el doctor Morales Montor, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. Entre Australia y América del Sur hay otra del tamaño de Irán. En el Atlántico sur hay una “pequeña” isla de unos 715 kilómetros cuadrados y con dos mil 860 toneladas de plástico.
Islas plásticas hay también en Atlántico norte y el Océano Índico, una en el Mar Caribe y dos en el Mar Mediterráneo. Se estima que éste contiene unos 3,5 millones de toneladas de plástico en total.
2050 y la basura plástica
Las islas de plástico son acumulación de todos los desechos mundiales. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico. Solo 9 por ciento se recicla y 12% se incinera. 79% va a vertederos o es tirada en el ambiente.
Según un informe de la ONU Medioambiente titulado “El uso único de plástico”, 13 millones de toneladas de estos residuos son lanzados al océano cada año.
Si no cambiamos los patrones de consumo y no mejoramos la gestión de residuos, para 2050 se generarán 12 mil millones de basura de plástico.
Ftalatos, más ubicuos y dañinos
Los plásticos son una amenaza porque contienen bisfenoles y ftalatos, dañinos para la vida marina y para la salud humana, cuando los microplásticos entran a las cadenas alimenticias.
No solo contaminan el océano, sino también la atmósfera del mundo. Un montonal de fábricas de productos plásticos emiten muchos compuestos contaminantes, entre ellos bisfenoles y ftalatos, que forman parte, por su tamaño nanométrico, del material particulado.
El bisfenol A (BPA), por ejemplo, es un compuesto presente en todos los productos de plásticos (policarbonatos), o sea, plásticos duros como los famosos “tupers”, en donde almacenamos, transportamos y calentamos alimentos. También están en los recubrimientos plásticos de latas de alimento, las botellas de agua y en miles de productos de uso diario.
Asimismo, los ftalatos son componentes químicos utilizados en los plásticos para hacerlos blandos y están en una amplia gama de productos de uso diario, como perfumes, desodorantes, cremas, maquillajes y todos los insumos plásticos de hospitales, entre otros.
Según el informe de la ONU Medioambiente, cada año, en el mundo, se consumen 5 billones de bolsas de plástico. Es decir, casi 10 millones cada minuto.
En 2015, casi la mitad de residuos de este material fueron embalajes de plástico. China fue el mayor generador de esta basura plástica, pero EU es el país que “más empaquetado de plástico per cápita desecha”.
En México, no se sabe cuánto plástico producimos, usamos, tiramos… y apenas se empieza a reciclar. Tampoco, apunta Morales Montor, sabemos cuánto de esos compuestos del plástico (bisfenoles y ftalatos) están en la atmósfera. En parte porque no hay una política pública para su medición, como ocurre para establecer contingencias por otros contaminantes.
“Se sabe mucho del material particulado, pero no de los ftalatos que contiene, que es un contaminante más ubicuo y más dañino que el bisfenol”, sostiene el investigador de la UNAM.
¿Un ciclo peligroso?
Así como hay ciclos naturales y vitales como el del agua, el del nitrógeno y el del carbono, puede haber —postula Morales Montor—otros ciclos, que son antropogénicos y dañinos, como los ciclos de los bisfenoles y de los ftalatos.
Los plásticos de las diferentes islas que se forma en el océano están expuestas a temperaturas muy altas. El calor propicia que bisfenoles y ftalatos se liberen de su matriz y se vayan al agua.
Como ambos son compuestos orgánicos (grasas), forman manchitas similares a las del aceite en el agua. Y, por su tamaño nanométrico, “puede ser mandados a la atmósfera y regresar, tal vez, en gotas de la lluvia”
Para Morales Montor, ese ciclo podría ser peligroso, porque bisfenoles y ftalatos podrían caer en lugares donde no se producen plásticos, como en selvas y bosques.
“Esto nadie lo ha estudiado en el mundo”, puntualiza el investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas.
Su bioacumulación
Plásticos y microplásticos no solo son una gran problema de contaminación, sino una amenaza para la vida y humanidad, “porque se acumulan en la grasa corporal”, asegura Morales Montor.
Una vez que los microplásticos entran en la red de alimentos marinos, existe una fuerte posibilidad de que contaminen también la cadena alimentaria humana, a través de un proceso llamado bioacumulación; donde los productos químicos de los plásticos entran en el cuerpo del animal cuando se alimenta del plástico. Luego, es consumido por la presa y los productos químicos pasan al depredador haciendo su camino por la red de alimentos que incluye a los seres humanos, lo que conduce al desarrollo de múltiples enfermedades para la vida silvestre y los seres humanos (Hammer et al., 2012; Sharma & Chatterjee, 2017).
Medidas rentables
Para ONU Medioambiente “el plástico no es el problema, es lo que hacemos con él”. Por eso recomienda a gobernantes “repensar cómo el mundo produce, usa y gestiona los plásticos de un solo uso».
Propone medidas como mejorar el manejo de los residuos, impulsar alternativas ecológicas, educar a los consumidores o implementar prohibiciones para determinados usos de los plásticos.
Tomar esas y otras medidas, que ayudarían a evitar los costos de la contaminación, puede ser indoloro y rentable, con grandes ganancias para la gente y el planeta, concluye el informe sobre la relación plástico y economía en 60 países, que Erik Solheim, director de ONU Medioambiente, presentó en Nueva Dheli, India, en 2018.