Primer dopaje comprobado y sancionado

En México 68 también se innovó en la cuestión reglamentaria, el atleta sueco Hans-Gunnar Liljenwall, de pentatlón moderno, dio positivo por alcohol y fue sancionado

Luego de la muerte del ciclista danés Knud Enemark Jensen, durante los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, ocasionada por el consumo de anfetaminas, Arthur Porritt propuso en la 63ª Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), el establecimiento de nuevas políticas sobre el dopaje. Por tal motivo, el COI accedió a condenar el uso de drogas y sancionar a los deportistas que las usaran. Así solicitó a los Comités Olímpicos Nacionales que examinaran a sus atletas.

El 9 de mayo de 1967, se aprobó una política de pruebas antidopaje y se estableció que, a partir de México 68, se realizarían los exámenes de orina, aleatorios a los atletas, en la búsqueda de sustancias que serían consideradas prohibidas, como los estimulantes, narcóticos, antidepresivos y tranquilizantes.

Como un preámbulo de los juegos, del 26 al 30 de junio de 1968, el Comité Olímpico Organizado de México 68 y la Universidad Nacional Autónoma de México realizaron el Primer Congreso Internacional de Derecho del Deporte, en la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional de la Ciudad de México, al que fueron invitados diversos organismos internacionales y todas las universidades del mundo.

Entre los acuerdos que se lograron en ese evento, se determinó prohibir el dopaje en el deporte, así como la no interferencia del movimiento deportivo internacional por razones políticas, además de considerar el estudio y práctica del deporte como un derecho de la niñez y la juventud.

Ante los nuevos lineamientos, en México se realizaron 667 pruebas antidoping y solamente una resultó positiva, la del atleta sueco Hans-Gunnar Liljenwall, de 
pentatlón moderno, quien dio positivo por alcohol. Fue sancionado.

También en los Juegos Olímpicos de México se realizaron por primera vez las 
pruebas de género, con la aplicación de 640 exámenes cromosómicos.

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