Jornada sobre gordofobia y violencia estética

El objetivo fue dar visibilidad a ese tipo de discriminación y reflexionar de forma colectiva y comunitaria acerca del problema

Cuando personas gordas van al médico por una gripe, frecuentemente la receta con la que salen indica que deben bajar de peso. Situaciones como ésta, dice Miriam Barrón, encargada del área de Museología Crítica del Programa Pedagógico del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), son una típica violencia estética.

El MUAC y el Centro de Artes y Oficios Escuelita Emiliano Zapata, del Pedregal de Santo Domingo, en colaboración con las artistas y activistas Fat Alista y Erika Bülle, organizaron los días 3 y 4 de marzo la Segunda Jornada Supurando Heridas para Habitar Estrías, en el contexto del Día Mundial contra la Obesidad, a fin de dar visibilidad a este tipo de discriminación y hacer una reflexión colectiva y comunitaria sobre el problema.

“El encuentro surgió el año pasado por la inquietud de la misma comunidad; vimos una necesidad de hablar de estos temas”, explicó Barrón. “Se trata de ver estas violencias cotidianas y comprender que los cuerpos gordos no necesariamente son enfermos, sino que hay diversas corporalidades”.

La discriminación por gordura es de las más generalizadas en la sociedad, explicó por su parte Fat Alista, ya que se vive en el ámbito médico, “en donde cualquier padecimiento se justifica por el peso”; sin embargo, también en muchas otras situaciones, como la dificultad para vestirse “al no encontrar ropa de su talla o la que hay es mucho más cara”; en el bullying laboral, “ya que se prefiere contratar a personas con ciertas características físicas”, o en el transporte público, “donde no hay un asiento pensando en una corporalidad gorda”.

Ese maltrato es más grave en el caso de las mujeres, agregó, ya que la gordofobia es consecuencia de la sociedad heteronormada: “Todos podemos sufrir violencia estética, pero somos las mujeres quienes tenemos menos permitido habitar una cuerpa gorda con dignidad”.

Actividades

El programa para este año incluyó un amplio abanico de actividades artísticas y de reflexión, y tuvo en el centro principalmente las violencias estéticas que padecen las infancias y las personas de la tercera edad.

Asimismo, se llevó a cabo el taller para confeccionar e imprimir sellos corporales y stickers, guiado por la bordadora e historiadora Galia Hilos. Fue un taller de bordado feminista llamado Desnudando prejuicios, Remendando Cuerpxs, el cual estuvo centrado en hacer parches que hablen del tema ya sea con palabras o dibujos, explicó Barrón.

Se realizaron también el Anecdotario, una activación para compartir experiencias de violencia corporal y emociones con respecto al cuerpo, y la charla “Diagnóstico salvaje: violencia y gordofobia en el consultorio médico”, a cargo de la activista Alejandra Oyosa.

Después la drag queen Erick Berumen narrará historias y cuentos para reflexionar sobre la violencia estética. Además se efectuó la intervención teatral comunitaria ¿Y yo qué con la gordofobia?, a cargo de Memorias a la Deriva. Laboratorio Interdisciplinario de Artes Aplicadas.

Asimismo, tuvieron lugar la Mercada Antiviolencia Estética y Gordofobia, un espacio para comerciar productos libres de prejuicios estéticos, como ropa en tallas XL y la actividad Alimentación desde el placer, en la que Andrea Alegría Gómez, coordinadora del comedor comunitario de la Escuelita, y la nutrióloga Karla Reyes cocinaron mientras intercambiaban ideas sobre recetas para tener una alimentación placentera con un presupuesto accesible.

La psicóloga y activista Fernanda Hernández condujo la charla “Círculo de Gordoridad”, y la editora Liz Misterio ofreció la charla-taller “Princesas, chicas mágicas y villanas: devenir heroínas gordas en un mar de representaciones magras”.

Erika Bülle presentó su fanzine Corazonas Rebeldes. Mis primeras herramientas feministas para colorear, y hubo una sesión de micrófono abierto, en donde los participantes abordaron el tema de la violencia estética por medio de la poesía, el rap, la lectura de cuentos o el relato de alguna experiencia.

Finalmente, hubo la función de teatro espontáneo El cuerpx que cuenta, con Memorias a la Deriva.

Empatía, escucha y espacios de visibilización es lo que se necesita de parte de la sociedad para combatir la gordofobia, concluyó Fat Alista. “A lo largo del tiempo se ha pedido que las cuerpas gordas sean ocultadas: es mejor que no se vean, que no se muestren, que no tengan trabajos sobresalientes. Si empezamos por escuchar y visibilizar, vamos a abrir espacios para que puedan tener una vida con dignidad, con oportunidades reales”.

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