La IA obliga a desarrollar nuevas formas de enseñanza y evaluación

Junto a sus riesgos, se tienen muchas ventajas y posibilidades que ofrecen las aplicaciones cibernéticas: Raúl Trejo Delarbre, del IIS

Nos guste o no la inteligencia artificial (IA) llegó para quedarse, y eso nos obliga inevitablemente a actualizar y modificar nuestras formas de enseñar, investigar, obtener información y hasta de discutir y analizar, aseguró Raúl Trejo Delarbre, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales.

Al participar en la primera sesión del Seminario Universitario de Redes Sociales y Cultura Digital, el universitario comentó que el acelerado avance que se registra en el desarrollo de nuevas tecnologías, inteligencia artificial y herramientas digitales nos lleva a pensar en la necesidad de explorar formas innovadoras de evaluación del conocimiento en las universidades.

“No creo que se deban reemplazar las tesis, pero sí tienen que modificarse las formas para verificar sus contenidos y determinar si el alumno que nos entrega el documento es el autor o no, interrogándolo, haciendo un examen más riguroso sobre lo escrito, de modo que defienda aquello que se supone conoce, puesto que es suyo.”

Agregó que las tareas de actualización y alfabetización digital son urgentes, pues desde hace más de un año comenzó a destacar en las aulas la llamada inteligencia artificial generativa. Pero la respuesta en el campo de la docencia y la investigación no ha sido suficiente, y los espacios de reflexión, análisis y toma de acciones concretas han sido muy limitados.

Trejo Delarbre consideró que comenzar a hablar de los riesgos de la inteligencia artificial quizá no sea la mejor forma de acercarnos a las herramientas digitales, porque junto a esos riesgos se tienen muchas ventajas y posibilidades que ofrecen las nuevas aplicaciones cibernéticas.

Aimée Vega Montiel, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, especialista en la agenda feminista en comunicación, apuntó que la era de la IA está demostrando ser la de la centralización, la consolidación y monopolización de la economía de mercado, y por ello es vital que el pensamiento y la acción feminista profundicen en su política hacia la tecnología.

Señaló que, la IA, como otras tecnologías que le han antecedido, agudiza la discriminación y la violencia contra las mujeres.

“La tecnología conocida como IA –que resulta de la combinación de algoritmos, cuyo propósito es emular procesos propios de la inteligencia humana en máquinas– está siendo presentada como el gran paradigma que esta vez sí resolverá los problemas que el Estado y la sociedad no hemos podido solucionar en relación con la desigualdad y la discriminación de las mujeres, lo cual evidentemente no está sucediendo.”

La universitaria añadió que en materia laboral la inteligencia artificial ha contribuido a la feminización, la discriminación y la precarización de las mujeres en este ámbito. En la transición en curso hacia la automatización inteligente en industrias tradicionales, se espera que los logros obtenidos con esfuerzo en la reducción de las brechas de género –en términos de salario y estatus en la planta laboral– retrocedan debido a la amplia sustitución de empleos inducida por la tecnología.

En materia de representación, puntualizó, la IA ha agudizado la hipersexualización de las mujeres y otras formas de estereotipos sexistas.

“En la actualidad se han identificado por lo menos 25 tipos específicos de violencia sociodigital contra las mujeres y las niñas, que incluyen la producción y difusión de videos e imágenes en donde los retratos de víctimas son superpuestos en videos y fotografías pornográficas.”

Felipe Neri López Veneroni, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, mencionó que una vez que se han abierto las puertas de la inteligencia artificial y se ha cruzado el umbral, no hay camino de regreso y no se puede desinventar lo inventado, por lo que estamos obligados a vivir o cuando menos a coexistir con ella.

Indicó que uno de los grandes pendientes es determinar cuáles son las implicaciones del desarrollo de la IA, y de los sistemas en su conjunto, desde el punto de vista político.

Es decir: “Cómo se traduce esto en términos de un control social acompasado por cuestiones como la vigilancia de los usuarios, de las redes, las bases de datos, la biométrica y el seguimiento de nuestra huella digital por aquello que consultamos, preferimos y descargamos”.

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