La lengua es tan poderosa que puede ser amada o desecrada

México ha sido y es sede de una gran diversificación de hablas, afirmó Angelina Muñiz-Huberman, de la FFyL

La lengua es tan poderosa que puede ser amada o desecrada (cuando algo sagrado se trata sin el debido respeto). Ella acompaña en el exilio, borra la soledad, establece la hermandad y es consuelo; es fuerza que para los dictadores puede ser una amenaza, y niega su habla a los pueblos derrotados, afirmó la ensayista, narradora, poeta y profesora de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Angelina Muñiz-Huberman.

Ella puede ser impuesta a los países conquistados como ocurrió con el latín, el español, el inglés, el francés o el portugués, frente a la lengua primigenia de los pueblos originarios que, sin embargo, persiste, escapando del dominio, la violencia e ideologías, y aun el polémico llamado lenguaje inclusivo, añadió la integrante de la Academia Mexicana de la Lengua.

La también ganadora de reconocimientos como los premios Xavier Villaurrutia (1985), Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz (1993), Universidad Nacional en creación artística y extensión de la cultura (2003) y Nacional de Artes y Literatura (2018), refirió que el ser humano se ha caracterizado por la necesidad de moverse de su territorio original; atraviesa fronteras por diversas causas y se instala en nuevos lugares. A donde va, “la lengua lo acompaña y siempre será su consuelo poder usarla para expresar sus más íntimos sentimientos o pensamientos. Lengua y vida serán una y la misma”, recalcó en la Sexta Jornada de Charlas y Conferencias por el Día Internacional de la Lengua Materna, organizada por la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad León.

En la inauguración, Laura Susana Acosta Torres, directora de la entidad, señaló que ese encuentro es ya un referente y un gran evento institucional para el plantel. “Se ha organizado un amplio programa de conferencias, mesas de diálogo, pódcast, con información muy importante que nos va a hacer pensar, recordar y valorar las lenguas originarias, y contribuir para que no se pierdan”.

Esta jornada, recalcó, es muy pertinente para nuestros alumnos de desarrollo y gestión interculturales y traducción, pero también es una gran aportación para la formación integral de nuestros estudiantes del resto de las licenciaturas y posgrados.

Alicia Escobar Latapí, coordinadora de Difusión Cultural de la ENES León, al citar al historiador universitario Miguel León-Portilla, dijo que cuando muere una lengua, la humanidad se empobrece. En contraste, cuando se aprende otra lengua se abren ventanas y uno entra en contacto con una nueva cosmogonía, una nueva forma de ver el mundo a través de otros ojos.

El castellano

Al continuar su explicación en la sesión presentada por Alan Sánchez Vázquez, coordinador de las jornadas, Muñiz-Huberman añadió que México, como país de acogida de diversas emigraciones, ha sido y es sede de una gran diversificación de lenguas. Las originarias existen en una cantidad de varias decenas, entre ellas maya, náhuatl, mixteco, zapoteco, totonaco, chol o mazateco, y son habladas por más de siete millones de personas. Con la Conquista, sobre ellas se impuso el castellano. A la manera de los romanos y de la imposición del latín en los países europeos que fueron conquistando, dando origen a las lenguas romances; el proceso de la influencia de unas lenguas sobre otras es imparable. Así, existe el proceso a la inversa, la influencia de las originarias sobre la impuesta: ejemplo de ello son mexicanismos como chocolate, aguacate, tlapalería, chapulín o chamaco.

Debido a la Segunda Guerra Mundial, nuestro país se convirtió en un espacio de acogida de refugiados que huían del fascismo. Así llegaron polacos, franceses, alemanes, judíos, con sus lenguas viajeras. Hoy, además, podemos pensar en otras lenguas, como el inglés y sus tecnicismos que nos estamos acostumbrando a usar, sobre todo en torno al fenómeno creciente del mundo cibernético.

La experta recordó que la garganta, el paladar, la lengua, los dientes y su disposición han permitido pronunciar sonidos que conducen a la palabra. Fonemas, unidades mínimas, van acomodándose y repitiéndose, combinándose para llegar a significar algo. “Aparecen el ritmo y el acento para ayudar a la memoria. La música va paralela al lenguaje; surge el canto para contar y deleitar.

Esa mujer africana que hasta ahora es la más antigua hallada arqueológicamente, llamada Lucy, nos legó las lenguas que hoy seguimos hablando. Los investigadores se dividen entre un solo origen y muchos; no importa, el caso es que el género humano habla, recalcó.

Y lo hace gracias a la mujer, a la madre del recién nacido, que ya desde el útero escuchaba el eco de las palabras, y al nacer y estar en sus brazos pudo mirar la boca y oír los sonidos que de ahí escapaban. “Por eso se llama así, lengua materna, y la seguimos celebrando”. Luego viene la aventura de aprender otras, concluyó Angelina Muñiz-Huberman.

También podría gustarte