La obligatoriedad, enemiga de la lectura: Benito Taibo

Se realizó en el Auditorio de Comisiones Mixtas; participaron más de 20 editoriales y 25 expositores

La obligatoriedad es el peor enemigo del placer de la lectura, el forzar a alguien a leer es como imponerle amar, y es imposible, uno ama y lee porque lo siente y lo disfruta, dijo Benito Taibo Mahojo, director general de Radio UNAM.

Autonombrado lector, pero también escritor de más de una decena de libros, el exalumno de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de esta Universidad fue el invitado principal a inaugurar la Primera Feria del Libro del STUNAM, en la que puntualizó: “no hay mejor fomento a la lectura que los libros se acerquen a los individuos, desatendiendo la idea de objeto lejano o de reverencia absurda”.

En el Auditorio de Comisiones Mixtas de dicha agrupación sindical en Ciudad Universitaria, Benito Taibo, junto a Julio César Domínguez Galván, director de la Feria, y varios funcionarios del STUNAM pusieron en marcha las diversas actividades que tuvieron lugar los días 13 y 14 de febrero, donde intervinieron más de 20 editoriales y 25 expositores.

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Conferencia

Al iniciar la conferencia inaugural “Leer es resistir”, el titular de la emisora radial universitaria se presentó a sí mismo: “Me llamo Robin de Locksley, me conocen como Robin Hood; le robo a los ricos para darle a los pobres, soy perseguido por el sheriff de Nothingham, los alegres muchachos del bosque de Sherwood me acompañan…, soy también Moby Dick, Aurelia Buendía, me llamo Sancho Panza, obviamente no podría ser don Quijote…”.

“Yo soy –aclaró– todos esos personajes, soy lector, tengo 62 años por fuera y 17 en mi interior, porque como dijo el escritor argentino Tomás Eloy Martínez: ‘Somos los que hemos leído, o por el contrario, seremos la ausencia que los libros han dejado en nuestras vidas’, es una suerte de sentencia de muerte”, agregó.

Al interactuar con los asistentes en su mayoría trabajadores universitarios, Taibo resaltó: “cuando te das cuenta no leíste todo lo que pudiste haber leído, todo aquello que pudo haberte nutrido, llenado, transformado o convertido en otra u otro. Uno no nace siendo lector, es un proceso complejo largo, y pasa de maneras distintas”.

Compartió que a los 12 años de edad leyó La Ilíada y La Odisea de Homero, así como el Cantar del mío Cid del año 1200 en castellano antiguo, y “estuve a punto de odiar los libros”. Pero al enfermar de hepatitis en su adolescencia fue cautivado en definitiva por la lectura y pasó “las mejores vacaciones de mi vida en cama”.

“Mi acta de nacimiento es también de abril de 1972 cuando me declaré lector, y a partir de los 13 años y medio leía ya un libro por semana. Le dije a mi padre ya sé que quiero ser en la vida: quiero ser lector…”, relató.

Este cuadrángulo de papel y tinta –continuó– tiene la capacidad de transformar personas, hay que perderle el miedo; la lectura es un acto de rebeldía, de fe y educación sentimental.

“A los 17 años descubrí Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y les pregunté a mis amigos lectores: ¿qué hacemos con Cien años de soledad para rendirle el tributo que merece, y alguno de mis compañeros dijo: ‘vamos a plantarlo, tendrá que crecer por fuerza un árbol inmenso, magnífico, donde haya mariposas amarillas, donde todo sea maravilloso y esplendido’…”

Para toda la comunidad

Julio César Domínguez informó que dicho encuentro se caracterizó por contar con presentaciones editoriales cortas en apoyo a editoriales y autores emergentes.

Además: “no es sólo para trabajadores, sino para toda la comunidad universitaria y el público en general. Acercamos preponderantemente la oferta a los trabajadores, en un perímetro donde existe una vida sindical intensa”.

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