La REPSA, el ecosistema más diverso en el Valle de México

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Ciudad Universitaria es la única región de la capital del país que posee una área natural propia. Desde hace 40 años, tiene bajo su custodia la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), ecosistema singular, el matorral xerófilo de palo loco, dentro del cual cohabitan alrededor de 1,500 especies de plantas y animales.

El 3 de octubre de 1983 la UNAM, bajo la rectoría de Octavio Rivero Serrano, decidió establecer como zona ecológica inafectable 124.5 hectáreas del campus universitario. Desde entonces, ha ido incrementando su territorio dentro del campus central de la UNAM, demostrando su importancia más allá de la conservación ecológica, y sumando trabajo de cultura y educación ambiental, dijo Silke Cram Heydrich, directora de la REPSA.

Así, para 1990 la REPSA creció a 147 hectáreas, en 1996 a 172, en 1997 a 212 y en 2005 a 237 hectáreas, las cuales se mantienen hasta ahora, explicó la científica al participar en la Cátedra Extraordinaria de Bioética de la Facultad de Filosofía y Letras y el Programa Universitario de Bioética.

En la sesión nueve de la Cátedra, Cram Heydrich dejó clara la relevancia ética de mantener este ecosistema natural y de que los integrantes de la comunidad universitaria participen como voluntarios en funciones de limpieza y conservación de la Reserva.

Recordó que al establecerse como área de protección estricta, la REPSA se convirtió en un área natural protegida bajo resguardo y jurisdicción de la UNAM, por lo cual requiere contar con un plan de manejo, actualmente en marcha.

Explicó que el sitio tiene una geodiversidad única (con grietas, hondonadas, promontorios, cuevas, oquedades y planicies) que crean diversos microambientes con características propias de humedad, temperatura, luz y nutrimentos que resultan en una gran biodiversidad. “Se trata del ecosistema más diverso en el Valle de México”, señaló.

Reeducarnos y recrearnos

La REPSA, acotó, significa una oportunidad única para reeducarnos y recrearnos en un ámbito diferente a la naturaleza artificializada que encontramos en los parques, camellones y áreas verdes de la ciudad.

“Su ambiente natural, el cual está circunscrito a la dinámica de CU y al de la megaurbe de Ciudad de México, es un fiel reflejo del paisaje anterior a la transformación del Valle de México”, mencionó.

Abarca 800 kilómetros cuadrados de derrame lávico del volcán Xitle, es decir, la tercera parte del campus universitario; también representa el patrimonio natural de la Universidad Nacional y, por consiguiente, de la sociedad mexicana. Al conservarla y permitir que siga su proceso natural podremos apreciar su inigualable riqueza y compartir este legado con las generaciones venideras.

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