Hoy, Día Internacional de la Solidaridad

La solidaridad, un bien de construcción social

Valor que se edifica paulatinamente en la familia, la escuela, el trabajo, la comunidad y los países: Rita Balderas, socióloga de Acatlán


La solidaridad es una construcción social, un tipo de valor que se construye paulatinamente desde su núcleo más cercano que es la familia, y luego en la escuela, el trabajo, entre sociedades y naciones. Esta adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles, es un valor que va tomando sentido conforme lo aplicamos en los espacios en los que socialmente nos vamos involucrando, señaló Rita Balderas Zavala, profesora de Sociología en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.

Este 31 de agosto es el Día Internacional de la Solidaridad, que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas conmemora por decreto coincidiendo con el aniversario del inicio del movimiento Solidarnosc, fundado en Polonia por Lech Walesa, Premio Nobel de la Paz 1983, con la intención de promover la necesidad vital de realizar esfuerzos internacionales sustentados en esa conducta esencial.

En ciertas situaciones sociales de crisis, la solidaridad tiene una rápida capacidad de respuesta. “Con esta pandemia hemos visto algunas muestras espontáneas y rápidas, pero ha habido momentos en que nos cuesta trabajo porque tenemos pensamientos y creencias que ponen una barrera”, opinó Balderas.

La solidaridad ayuda a crear sociedades más justas porque considera el bien común, no sólo el individual. “Abona para que la sociedad se construya de una manera más justa, incluyente, realista y equitativa”, dijo.

La socióloga consideró que en la historia, las revoluciones son eventos claves en donde se han dado cambios relevantes y distintos sectores sociales han empujado porque se están adhiriendo con una serie de demandas o requerimientos.

“El movimiento Solidarnosc, en Polonia, comenzó como una revuelta para luchar contra el comunismo, y luego se convirtió en un sindicato y en un partido político, pero sostuvo la mirada al otro, las necesidades distintas y la lucha valiente. Es un recordatorio de que no sólo importan las cosas de manera individual, sino que además tenemos que construir esos lazos de solidaridad que tienen que ver con el bien común, con movimientos reivindicativos que buscan un cambio estructural, de fondo. Lech Walesa y sus seguidores en Polonia mostraron que los seres humanos somos capaces de construir visiones comunes”, explicó.

Balderas citó también los movimientos sociales, como en México el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, cuando la gente se identificó con él y reconoció esas diferencias que se han dado con sectores excluidos de indígenas, volteó a ver al otro y pensó con generosidad en construir una sociedad distinta.

Movimiento feminista

Asimismo, la académica destacó el movimiento feminista en nuestro país, actualmente en auge, “porque nos están volteando a ver a las mujeres, están reivindicando nuestros derechos. De unos cinco años a la fecha vivimos un momento histórico del feminismo”.

La pandemia de la Covid-19 ha generado un movimiento social y global solidario, dijo, porque está afectando a todo el mundo y está llevándonos a responder rápido, a ser generosos y pensar en el bien de la mayoría apoyándonos. “Creo que es un momento parteaguas para pensar en la solidaridad y en una sociedad distinta”.

A las personas nos hace bien el ayudarnos, tener respeto en casa y en la calle, ser cívicos y cumplir las reglas, respetar las medidas sanitarias en estos momentos. “Son pequeños actos individuales que se vuelven trascendentes en el presente en que estamos inmersos”, expresó.

“En este momento de pandemia debemos retormar esta efeméride y rendir homenaje a los que participaron en el movimiento polaco con Lech Walesa.”

Balderas invitó a ser diferentes, desde lo individual y lo colectivo, en este momento de crisis global, un evento sanitario y social inédito.

“Necesitamos una buena dosis de solidaridad, por ejemplo con el arribo de la vacuna, para que se distribuya de manera universal y no con una disputa comercial. También en términos económicos y de manejo de la pandemia hay que considerar el bien común y no sólo la competencia entre países”, finalizó la universitaria.

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