“Literatura y resistencia, difícil encontrar puntos para coincidir”

La escritora sueca participará en la Fiesta del Libro y la Rosa; el feminismo es algo positivo, pero ahora es mucho más controversial, menos resistente, asegura

Siempre me ha apasionado el conflicto y el dilema frente a temas como la violencia, dice la autora europea. Foto: Elvira Glänte.

Hanna Nordenhök es una escritora sueca cuyas novelas están marcadas por la exploración profunda de temas históricos y humanos, para lo cual desarrolla una prosa cautivadora que ha dejado huella en la literatura contemporánea.

Invitada a la Fiesta del Libro y la Rosa, participó en la charla Escritoras en pie de lucha. La literatura como forma de resistir los abusos del patriarcado, en la que estuvieron también Neige Sinno (Francia) y Nadia Chonville (Martinica), mientras que la moderadora fue Guadalupe Nettel.

Cesárea

Hanna Nordenhök, desde Suecia, platicó acerca de esta visita, de la cual dijo sentirse “muy honrada por compartir esa mesa redonda con las otras autoras. Me interesa mucho el planteamiento de la literatura como forma de resistencia, pues son temas que siempre han estado presentes en mis novelas”.

En su más reciente obra, titulada Cesárea, que aparecerá en México a mediados de año, presenta una historia ubicada en el siglo XIX, cuyo origen es su investigación en el archivo histórico de Suecia acerca de la forma en que se veía al cuerpo femenino en ese momento, desde la perspectiva masculina y de la ciencia.

“Me interesó conocer las tendencias ideológicas de esa práctica, la forma de clasificar al cuerpo del otro, de la mujer, o del obrero. En este caso estaba muy interesada en la historia de la medicina, en la mirada masculina acerca de cómo debería ser tratado el cuerpo femenino”.

La novela Cesárea narra la historia de una niña que nació a través de ese tipo de intervenciones, a la que el médico decidió ponerle como nombre el de la operación realizada a su madre. A partir de este caso, la autora desarrolló una ficción en la cual el médico decide llevarla a una casa ubicada en el campo donde la cuida y educa, pero sólo permite que tenga contacto con él, la mujer que la cuida y la biblia que ella le lee.

“Trata acerca de la condición de ser niña en este mundo –señala Hanna Nordenhök–. La joven vive en un universo muy cerrado, distante del mundo real. Las únicas fuentes de información que tiene son el paisaje a su alrededor, su propio cuerpo, las palabras del doctor, que le enseña medicina, así como las de la mujer que la ciuda. Es una forma de contraponer la ciencia y la fe, dos fuertes discursos”.

“Siempre me ha interesado mucho el conflicto y el dilema frente a temas como la violencia, algo que siempre aparece en mis historias. Cesarea la escribí durante el movimiento ‘Me too’, por lo que me interesé muchísimo en el cuerpo de la mujer, en la violencia contra nosotras, en cómo ésta se construye en una sociedad, entre mujeres y hombres, pues todos somos parte de la situación, lo vivimos en colectividad”.

Hanna Nordenhök opinó que la relación entre lo político y la literatura es una pregunta complicada: “Yo creo que la literatura en cierta medida sí puede afectar al mundo; pero en muchos aspectos no tiene nada de poder real, es decir, no tiene un papel político. Pienso que se trata más de una relación de empatía. La literatura siempre debe resistir la simplicidad de la existencia, lo cual muchas veces va en contra de las agendas políticas que, por necesidad, tienen que reducir las complejidades, a favor de la acción”.

“Crecí en una familia marxista y muy involucrada en la política, pero en mi vida adulta me he ido alejando del activismo. Soy autora, no soy activista. Estamos en un punto de la historia lleno de mucha violencia, de guerras, de líderes populistas, de ultraderechas, es espantoso. Pero enfrento ese mundo en llamas ante todo con mi escritura”.

La escritora resaltó que en relación con este estado mundial políticamente alarmante, también hay una resistencia visible. Como el apoyo global al pueblo palestino en Gaza, como el movimiento de ‘Black Lives Matter’ o como en el caso del ‘Me Too’ que “fue muy importante para muchas mujeres y que nos daba una sensación de liberación. Lamentablemente el feminismo en Suecia después del Me Too ha vivido un revés enorme y está hoy en día considerado mucho más controversial en el contexto sueco”.

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