Los múltiples discursos condicionan nuestra relación con la naturaleza

Muestra colectiva de artistas contemporáneos en el CCU Tlatelolco

Foto: CCU Tlatelolco.

Dos momentos de la historia documental y visual de la época virreinal dan cuenta de cómo el lenguaje y la manera de nombrar las cosas imponen visiones de la realidad en la exposición Renombrar el mundo: Expediciones botánicas en la Nueva España, inaugurada en Xaltilolli, espacio de artes, memorias y resistencias del Centro Cultural Universitario (CCU) Tlatelolco.

A partir de la expedición botánica realizada por Francisco Hernández de 1570 a 1577 por territorio de lo que hoy es México, y de la llamada Real Expedición Botánica de la Nueva España, liderada por Sessé y Mociño en el siglo XVIII, un grupo de artista contemporáneos plantea la manera siempre cambiante de nombrar al mundo, a la vez que interroga sobre las formas de pensamiento que se develan con esta actividad, y cómo es que el lenguaje escrito y visual nos vincula o separa de nuestro contexto.

Prueba fehaciente de ello es cómo los expedicionarios que viajaron a la Nueva España, a fin de conocer y renombrar los recursos de este territorio, implementaron mecanismos para instaurar su visión del vínculo con nuestro entorno, destacándose “una categorización del intelecto como único atributo del ser humano y el entender la naturaleza como un ‘recurso’ explotable y comercializable”, se lee en las fichas de la exhibición.

Francisco Hernández reuniría una colección de herbario e información que sería ilustrada por Pedro Vázquez, Antón y Baltasar Elías, en tanto la Real Expedición fue una misión que “puso en juego los conocimientos europeos sobre botánica y alimentó la investigación y las colecciones naturalistas en el viejo continente”.

Esta muestra colectiva, curada por Lizette Gutiérrez, da cuenta de cómo nuestra pertenencia a la naturaleza se narra de muchas formas distintas, prevaleciendo aquella que nos separa como observadores o incluso como controladores de algo que nos excede inevitablemente.

La idea central de la exposición es que el espectador se cuestione cuál es el vínculo que nos rodea y qué nos hace sentir este mundo, a la vez de que se percate que tenemos capas y capas de discursos que condicionan nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza.

Asimismo, por vez primera se exhibe el Rerum Medicarum Novae Hispaniae Thesaurus, excepcional libro donde se reseñan 3 mil 76 plantas, de las que al menos 800 eran desconocidas en Europa. En este valioso ejemplar, Francisco Hernández hace una descripción detallada sobre cada “raíz, ramas, hojas, flores y frutos, olores y virtudes, momento de recolección, manera de cultivar y las cantidades que se aplican, además de una impresión del paisaje y la diversidad de sus ecosistemas”.

También en la exposición se pueden observar 95 esquizos contemporáneos en los que se muestra la morfología de la planta junto a una descripción de sus usos culturales y naturales. Este es un trabajo de Dulce Chacón basado en la historia de los manuscritos perdidos de Francisco Hernández, y su denominación de esquizos para las ilustraciones realizadas durante su expedición de siete años.

Manrico Montero participa con Intermezzo en la reserva de la biósfera de Sian Ka’an, 2015. Se trata de una obra grabada en la selva ubicada en la costa sur de Quintana Roo en la que habitan 300 especies de pájaros, un gran número de vertebrados y la segunda barrera de arrecifes más grande del mundo.

Otro de los trabajos que la integran es el de Yohanna Roa, intitulado: Calihtic. En el vientre de la casa. Instalación huipil, mural donde la artista colombiana “evidencia cierta información cancelada en los libros de expediciones botánicas, entre ésta algunos cuerpos, nombres, trabajos, territorios e historias. La imagen funciona aquí como memoria que confronta estos cuerpos borrados frente al poder discursivo de los expedicionarios”, se precisa en la ficha.

Renombrar el mundo: Expediciones botánicas en la Nueva España, que permanecerá abierta al público hasta el 23 de abril de 2023, contiene obras de Lorena Mal, Dulce Chacón, Manrico Montero, Yohanna Roa, Erika Parra, Javier de la Cruz, Silvia Bolaños, Silvia Rubio, Jessica Michelle Hernández, Gretchen Rodríguez, Andrea Carreón y Marytere Nosti.

El visitante a la exposición, que contó con la valiosa colaboración del Instituto de Biología de la UNAM, a través de su Acervo Histórico, Herbario Nacional y Jardín Botánico, tiene la oportunidad de interrogarse cómo es que con la palabra construimos una utopía de control sobre la naturaleza, intentando así homologar una visión colonizadora.

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