Será presentado en la FILPM el 5 de marzo
María Virginia Estenssoro narró para lectores del futuro
Primera escritora boliviana que abordó el tema del aborto
Es una alegría muy grande que una autora tan maravillosa y extraña como María Virginia Estenssoro sea leída, conocida, estudiada, más allá de las fronteras de Bolivia, porque se trata de una escritora que permaneció olvidada durante muchas décadas, afirma Liliana Colanzi.
Su libro se publica en 1937, acota en entrevista con Gaceta UNAM, “y tienen que pasar varias décadas para su segunda edición; de hecho, ella tiene que morir para que se haga otra. Fallece en 1970 y sus hijos organizan sus papeles, los libros inéditos que ella dejó, y publicaron nuevamente El occiso un año después de su muerte en 1971. Entonces María Estenssoro no tiene otra edición del texto hasta 2019”.
Son tres ediciones en, más o menos, 70 años, precisa Colanzi, “lo cual es inexplicable para una obra tan hermosa y transgresora, tanto estilística como temáticamente. Y creemos que este es el primer libro de ficción en Bolivia en el que se habla del aborto, era un tema tabú para la sociedad boliviana, y es María Virginia Estenssoro la primera escritora que narra sobre este tema”.
El libro también es transgresor, innovador en su estilo fragmentario, indica. “Aunque si bien están como cuentos, por lo menos El occiso también se lee como si fuera un texto poético. Y por eso también el crítico y poeta Eduardo Mitre dice que es el mayor aporte de María Virginia Estenssoro a la lírica, a pesar de que esta publicación sale como una obra de cuentos”.
Escribe Estenssoro en “El hijo que nunca fue”, uno de los relatos de El occiso: “En lugar de la cuna abrigada y de tus cantos amorosos, me perderé en el frío, en la noche, en lo desconocido… Tú quieres que me vaya, y me iré”.
El primero de los cuentos de El occiso está incluido en la antología Vindictas. Cuentistas latinoamericanas, y se vuelve a incluir en la propuesta de la colección Relato Licenciado Vidriera, de la que Colanzi realizó la selección y la nota introductoria.
Cuando El occiso se publica en 1937 constituye una suerte de terremoto para la sociedad boliviana de la época, reflexiona. “Se agota rápidamente pero no por motivos literarios, sino por el escándalo que suscita la temática. Por un lado, aborda el tema de una relación fuera del matrimonio, por otro, habla del aborto. Y también de un muerto en términos eróticos. Hay una escena en la que se narra la descomposición de un cadáver que está siendo devorado por gusanos, y es descrita en términos que resultan pavorosos, pero también eróticos”.
Todo esto ocasionó que el libro se agotara muy rápido, dice, “y que se formara una reputación de escándalo en torno a esta autora, el cual es tan grande que ella decide no publicar ningún libro más en vida, a pesar de que sigue narrando. Ella escribe novelas, poesía, además en la prensa, pero no vuelve a editar otro texto. Y serán sus hijos después de su muerte quienes se encarguen de recopilar toda esta obra y de publicarla”.
Disruptora
María Virginia Estenssoro es una gran disruptora para su época, afirma Colanzi. “Y su libro, a pesar de la distancia que media con la época en que se publicó por primera vez, que son los años 30 del siglo pasado, cuando se lee resulta nuevo, resulta contemporáneo, a la vez que extrañamente atemporal, y esa es una de sus virtudes”.
De alguna forma, acota Liliana Colanzi, “tengo la sensación de que Estenssoro, autora quizá no comprendida en su época, estaba escribiendo para los lectores del futuro, les hablaba a personas que todavía no habían nacido. Y gran parte de los temas que narra esta autora tienen mucho eco, mucha resonancia del presente: “Está la temática gótica, esta exploración de un cuerpo, de una subjetividad que se está midiendo con la nada, con aquello que está más allá, con el infinito. Pero también hay otro tipo de exploraciones como la maternidad, las relaciones amorosas, la subjetividad femenina, el deseo femenino, que son temáticas que para la época resultaban extrañas, que no eran exploradas por una literatura dominada por la mirada masculina, que sin embargo le hablan a nuestro presente”.